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El capitalismo destruye la sociedad Imprimir E-mail
Lunes, 26 de Octubre de 2009 00:35

Confraternizar Hoy

El capitalismo se desarrolla aumentando cada vez más la desigualdad de los países centrales respecto a los periféricos y de las clases dominantes respecto a la diversidad popular de cada país.

¿Ayuda social a los jóvenes?
El capitalismo se desarrolla aumentando cada vez más la desigualdad de los países centrales respecto a los periféricos y de las clases dominantes respecto a la diversidad popular de cada país. Sobre este funcionamiento esencialmente injusto e inmoral (por tener como objetivo exclusivo al crecimiento lucrativo de los oligopolios) ilustra el hecho de que privilegia la existencia y multiplicación de automóviles a las de las personas y poblaciones humanas. Lo hace aun cuando es un transporte antisocial e ineficiente porque significa despilfarro de recursos energéticos y otros (en su fabricación, su mantenimiento e infraestructura para su circulación); alto índice de muertes por accidentes, contaminación ambiental y estrés ante el caos de tránsito, etc.

Contextos
¿Seguridad de quiénes y para qué?

El capitalismo se desarrolla hacia la creciente acumulación de riquezas de los oligopolios imperialistas y sus socios locales. La hace posible etiquetando su obrar de defensa de la libertad, pero no aclara de quiénes, porque es un sistema perfeccionista en cuanto a crear distintas formas de aprisionar a los de abajo e incluso militariza cada vez más y guerrea contra las grandes mayorías.


¿Independencia del FMI?
El avance continuo de la concentración y desnacionalización económica desde la dictadura militarizada de los monopolios locales e imperialistas, hoy se da fundamentalmente mediante los agronegocios y la megaminería a cielo abierto.

Bajo el disfraz de gobierno nacional y popular se sigue con la recolonización que se fundó y funda en el pago permanente de la gran estafa al país que es la llamada deuda externa, que dio lugar a otro motor del avasallamiento de Argentina consistente en la transferencia de las empresas estratégicas a los países imperialistas. Hoy se extrema la recolonización mediante la ocupación y desertificación del territorio. Se vuelve inhabitable al país por saqueo y arrasamiento de la fertilidad de los suelos, vaciamiento de hidrocarburos, destrucción y agotamiento de las fuentes hídricas, sustitución de la biodiversidad por monocultivos de exportación con las consiguientes catástrofes socioambientales, contaminaciones ambientales, enfermedades, epidemias, etc.

En Honduras, ante el golpe de estado, la diversidad de los de abajo comprendió que era la hora de afirmarse en sus derechos y de unirse para resistir el vasallaje total. En Argentina, dos metodologías ocultan que se está completando el vasallaje total: cambios legislativos que aparecen propicios a desandar la desigualdad e injusticia social instalada mediante terrorismo de estado y la descentralización (ideada e impulsada por el Banco Mundial para facilitar la entrega del país) que –en apariencias- desliga al gobierno nacional del proceder en contra de los intereses populares que llevan a cabo todos los ejecutivos provinciales y el de la ciudad de Buenos Aires. Por eso, es prioritario no quedarse en las dicotomías diseñadas por los poderes establecidos y constituir un frente de resistencia contra los desalojos por los agronegocios, la megaminería, la superexplotación pesquera e hidrocarburífera, los mega emprendimientos turísticos e inmobiliarios y la IIRSA.

 
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