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ONU: Coalicion de 66 países repudió la discriminación de las minorias sexuales en el mundo Imprimir E-mail
Viernes, 19 de Diciembre de 2008 01:24

Catalina Herrera en Opusgay  

La iniciativa impulsada por Francia con el acompañamiento de Holanda fue leída por Argentina y contó con el respaldo de Chile. Es la primera vez que Estados miembros de las Naciones Unidas se unieron para exigir la derogación de leyes homofóbicas y transfóbicas. A 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la diversidad sexual está alcanzando justicia.

La Asamblea General de las Naciones Unidas aún no da el paso para reconocer oficialmente que los atropellos padecidos en todo el mundo por lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGTB) constituyen una violación a los derechos humanos que es preciso combatir y enfrentar.

Sin embargo, si eso ayer era un sueño, hoy se acerca más a la realidad, pues 66 de los 192 países que integran la o­nU hicieron historia al respaldar la inédita "Declaración Sobre Derechos Humanos, Orientación Sexual e Identidad de Género", un texto impulsado por Francia con el fuerte apoyo de Holanda que llama a la derogación de toda ley que criminalice o sancione a las personas sólo por ser LGTB.

En el texto, leído en la o­nU por el embajador de Argentina ante ese organismo, Jorge Argüello, se llamó a los "Estados a que tomen todas las medidas necesarias, en particular las legislativas o administrativas, para asegurar que la orientación sexual o identidad de género no puedan ser, bajo ninguna circunstancia, la base de sanciones penales, en particular ejecuciones, arrestos o detención".

La petición no es antojadiza, sino de urgencia, pues en al menos 90 países se sanciona la homosexualidad o transexualidad hasta con le pena de muerte, como ocurre en Irán y Arabia Saudita. "Esto significa que hay hombres y mujeres que no son capaces de vivir su identidad sexual con libertad, sin correr el riesgo de ser encarcelados o de ser llevados ante los tribunales", se lamentó la secretaria de Estado de Derechos Humanos francesa, Rama Yade, quien desde mayo a la fecha jugó un papel protagónico para capturar apoyos a la propuesta de su país.

A fines del mes pasado ya se contaba con más de 50 apoyos y hasta anoche con 60. En las últimas horas, fueron seis los países que se sumaron y todos ellos sacaron la cara en el pleno de la Asamblea General por un tema que, hasta hoy, era invisible en las discusiones de esa instancia, aún cuando diversas relatorías de la o­nU ya han tenido por separado pronunciamientos al respecto.

No en vano, el ministro de Relaciones Exteriores de Holanda, Maxime Verhagen, se apresuró en señalar que desde ahora la orientación sexual y la identidad de género "han dejado ser un asunto tabú en Naciones Unidas", aspecto imprescindible para avanzar con mayor celeridad hacia un mundo más justo por cuanto "a cientos de millones de personas se les violan sistemáticamente sus derechos humanos", sólo por ser parte de la diversidad sexual.

DECLARACION Y OPOSICIONES


El texto dividido en 13 puntos, que venía trabajando desde mayo Francia, parte por citar el articulo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, según el cual "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos".

Con la convicción de que tal principio aún no es realidad en el caso de las minorías sexuales, se expresa "preocupación", "alarma" y "condena" por "la violencia, acoso, discriminación, exclusión, estigmatización y prejuicio que se dirigen contra personas de todos los países del mundo por causa de su orientación sexual o identidad de género, y porque estas prácticas socavan la integridad y dignidad de aquellos sometidos a tales abusos"

En particular se repudió "el uso de la pena de muerte basada en la orientación sexual o la identidad de género, las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, la práctica de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, el arresto o detención arbitrarios y la denegación de derechos económicos, sociales y culturales, incluyendo el derecho a la salud", este último negado de manera especial a la población transexual.

Se llamó también "a todos los Estados y mecanismos internacionales relevantes de derechos humanos a que se comprometan con la promoción y protección de los derechos humanos de todas las personas, independientemente de su orientación sexual e identidad de género" y con la protección de quienes defienden la calidad de vida de las minorías sexuales, sin dejar de lado que todo acto homofóbico o transfóbico debe ser investigado y sancionado por la justicia.


Muy en concordancia con lo planteado, los 66 países aplaudieron que las relatorías especiales del Consejo de Derechos Humanos de la o­nU estén integrando entre sus preocupaciones los abusos contra las minorías sexuales, además de valorar que la Asamblea General de los estados Americanos aprobara el 3 de junio pasado la declaración "Derechos Humanos, Orientación Sexual e Identidad de Género".

Y como uno de los principales objetivos es llevar el debate de manera oficial al Consejo de Derechos Humanos, los países recordaron que ello ya había sido solicitado en el 2006 por representantes de 54 países que respaldaron la denominada "Declaración de Noruega".

Al igual como ha ocurrido con iniciativas similares que han intentado trasladar el tema de forma más institucional a la o­nU, los reparos y oposiciones de los países más conservadores fueron instantáneos durante la lectura del documento.

Así es como la Misión de Siria ante la o­nU calificó al texto como una injerencia en la soberanía de los Estados, apreciación que a su juicio es compartida por otros 62 países. Sin embargo, y a diferencia de lo ocurrido con intentos pasados, en esta ocasión el Vaticano suavizó el rechazo homofóbico que históricamente lo ha caracterizado.

Y en ello, Francia fue más que hábil, pues la columna vertebral de su Declaración hace referencia al derecho humano más básico, la vida. Así, y tras una oposición inicial, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, debió salir aclarar días atrás que "por supuesto que ni siquiera se discute el que la Iglesia pueda estar a favor de criminalizar los comportamientos homosexuales o, incluso, la pena de muerte. La Iglesia está en contra de leyes penales que consideren un crimen la homosexualidad. La Iglesia está a favor de la despenalización".

MOVIMIENTO LGTB Y CHILE

Organizaciones LGTB de diversos países intensificaron en los últimos meses sus contactos con sus gobiernos, en especial con las Cancillerías, a objeto de garantizar respaldos a la Declaración.

En paralelo, asociaciones internacionales, como la ILGA, la IGLHRC y ARC International, fueron informando vía correo electrónico a sus grupos parte sobre los países que ya habían expresado su apoyo, gracias a la gestión de los movimientos locales, y sobre las estrategias a cursar frente a los más reacios.

A esas acciones siguió justamente hoy un foro panel sobre orientación sexual e identidad de género en la sala del Consejo Económico y Social de la o­nU (ECOSOC), que contó con la participación de diversas activistas, de Verhagen, y de Yade, todos moderados de la co-secretaria general de la ILGA, Gloria Careaga,

 

En tanto, otras instancias, como la RED LGTB del MERCOSUR, vinieron desde al año anterior sensibilizando a los países miembros y asociados de ese bloque regional, sobre sus derechos humanos, alcanzando un hito cuando esa instancia debió por primera vez emitir el 2007 un pronunciamiento positivo sobre la materia, que abrió en forma inédita las puertas de los países del Conosur a esta temática, con huellas que lograron sentirse hoy.

En Chile, la movilización estuvo encabezada por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), que desde el 2003 ha conseguido que la Cancillería respalde y apoye la totalidad de las declaraciones extranjeras que hacen referencia a la no discriminación basada en la orientación sexual y el género y que, en relación al último texto, estuvo en permanente contacto con el gobierno y en más de un diálogo con el ministro de Relaciones Exteriores, Alejandro Foxley.

"Hoy es un día histórico, de celebración para la población LGTB de gran parte del mundo, pues no nos debemos olvidar de aquellos Estados que persisten con sus crímenes homofóbicos y transfóbicos y daña derechos básicos de las minorías sexuales. Sin embargo, ellos hoy tienen la visión de que el mundo va cambiando", sostuvo la activista del Movilh, Sofía Velásquez.

Agregó que Chile no está ajeno a esa realidad por cuanto diversos artículos del Código Penal, como el 373 y el 365, se usan para detener o agredir "en forma injusta a personas homosexuales o transexuales. Es tiempo que el Estado, avance ahora hacia la derogación de estas normas y lleve a la practica la Declaración de hoy, que es una esperanza".

Una esperanza que cae como anillo al dedo, pues justamente este mes la Declaración Universal de los Derechos Humanos cumplió 60 años. Es de esperar que no deban pasar 60 más para que la  ONU asuma oficialmente una postura clara y tajante.


 

 
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