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El presidente Chávez y el asunto Joaquín Pérez Imprimir E-mail
Miércoles, 11 de Mayo de 2011 23:02

 

Lucía Ruiz / Argenpress 

Acontecimientos importantes permiten que afloren nobles y éticos principios, o en su defecto, perversas pasiones y falencias ideológicas.

 El secuestro y entrega express de Joaquín Pérez Becerra al Estado terrorista de Colombia es uno de estos casos que nos permite valorar en su justa dimensión el derrotero demo-liberal a que viene siendo sometido el proceso bolivariano de Venezuela, por la derecha endógena en la dirección del PSUV y el gobierno central. El ‘asunto Pérez’ de sopetón tumbó la máscara dejando al descubierto todas las vergüenzas y quiebras ideológicas. Sectores progresistas, democráticos y revolucionarios quedamos atónitos ante la aptitud asumida por un gobierno que se autoproclama “revolucionario”. Lo grave no es que se haya caído la máscara, así, de golpe y porrazo; lo terrible y absurdo es que el presidente Hugo Chávez crea que las masas y los pueblos no se han dado cuenta de la incoherencia ética que ha asumido en todo este grave asunto.

El ‘asunto Pérez’ marca el punto de inflexión del proceso progresista y democrático que venía impulsando el gobierno de Hugo Chávez en estos doce años. Esto no quiere decir que a l presidente Hugo Chávez, no se le reconozca y valore en su justa dimensión el rol que ha jugado y el que puede jugar aún a pesar de la crisis. Y que su liderazgo representa en gran medida el anhelo de liberación para el pueblo venezolano. Incluso Chávez puede salir elegido nuevamente como presidente de Venezuela. Pero como de lo que se trata, cuando se habla de transformaciones socialistas, no es de elegir meramente presidentes, sino realizar de verdad grandes y profundos cambios económicos, sociales, políticos, culturales a favor de las masas populares y que afecten radicalmente las estructuras capitalistas de explotación y que supriman la opresión. Y esto no se logra con modelos económicos extrativistas, ni siendo condescendiente con las clases capitalistas que se llenan los bolsillos a caballo del “rojo, rojito”, ni guardando silencio servil ante la galopante corrupción institucional, ni dejar a sus anchas a la boliburguesia.

Veamos algunas de las realidades que develó el ‘asunto Pérez’. Por un lado está la deplorable y arbitraria posición asumida por Chávez y su gobierno, que pisoteó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que reza así el “Capítulo III, De los Derechos Civiles , Artículo 44.

La libertad personal es inviolable, en consecuencia:

2. Toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiares, abogado o abogada o persona de su confianza, y éstos o éstas, a su vez, tienen el derecho a ser informados o informadas sobre el lugar donde se encuentra la persona detenida, a ser notificados o notificadas inmediatamente de los motivos de la detención y a que dejen constancia escrita en el expediente sobre el estado físico y psíquico de la persona detenida, ya sea por sí mismos o por sí mismas, o con el auxilio de especialistas [...]

Respecto a la detención de extranjeros o extranjeras se observará , además, la notificación consular prevista en los tratados internacionales sobre la materia .”

Esto demuestra que en la práctica en Venezuela no existe un Estado democrático y social, de Derecho y Justicia, sino que el ejecutivo (poder presidencial) impone sus criterios según el estado de ánimo e intereses particulares a los otros poderes sin siquiera consultar y acogerse a las respectivas instancias y normas procesales a que están obligados todos los poderes del Estado, y más en un asunto como el que venimos analizando. Además de violar la constitución venezolana el gobierno del presidente Chávez, también viola estatutos y convenciones de la legalidad internacional y diplomática. Como por ejemplo, la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, de la Organización de las Naciones Unidas, de la que Venezuela es signataria, en la que se establece que “Ningún Estado Contratante podrá, por expulsión o devolución, poner en modo alguno a un refugiado en las fronteras de los territorios donde su vida o su libertad peligre”. Y en este caso se entregó a Joaquín Pérez a un Estado terrorista con espeluznantes records en la violación de los derechos humanos, en fosas comunes, en el uso de motosierras para asesinar a líderes opositores populares, campesinos y políticos que son críticos con ese estado que usa el terror para perpetuarse en el poder.

La entrega exprés se quiso justificar con un twiter y un comunicado firmado por el ministro Andrés Izarra a nombre del gobierno venezolano de un tinte tan reaccionario que da asco. No solamente se asume orgullosamente la política antiterrorista imperial sino que se enriquece con creces los postulados de ésta. En la pretendida defensa de la “papa caliente” que hiciera el presidente Chávez queda claramente demostrado hasta donde se ha llegado a abrazar esta política antiterrorista gringa, en la que alumno supera al profesor: “[…]Se bajó en Maiquetía y lo capturamos. Así como entregamos a Chávez Abarca a Cuba, entregamos a este señor a Colombia” . Si, así no más, s in un ápice de vergüenza —a grito en cuello—, burlando el principio universal de la presunción de inocencia y sin juicio alguno se condena y se equipara al periodista de Anncol y luchador popular Joaquín Pérez con un terrorista.

Hay un refrán libio que dice que cuando el bolsillo queda vacío los errores son cada vez más garrafales. Transpolado al gobierno venezolano de Hugo Chávez encontramos que cuando el morral que contenían los valores éticos, revolucionarios, humanistas, democráticos, progresista, ha sido vaciado, los errores hacen presencia a borbotones y cada vez con mayor capacidad autodestructiva. En este punto de inflexión como estamos estupefactos nos negamos a entender y a asumir la realidad, que el morral está vacío y derruido. De lo que si estamos seguros es que las masas populares y revolucionarias no cejarán en lucha por alcanzar la libertad, del tren de la revolución se bajan aquellos que simplemente han fungido de revolucionarios. Este proceso bolivariano y revolucionario — con o sin Chávez — seguirá adelante, ya nada ni nadie lo detiene en su camino hacia el socialismo.

En toda esta cascada de errores éticos que el ‘asunto Pérez’ deja al descubierto, podemos resaltar unas perlas. No se puede decir cuál ha sido peor, si el silencio sepulcral de una semana de un gobierno locuaz o la censura impuesta por el presidente Chávez — él personalmente en alocución televisada asume la responsabilidad en este asunto — a los medios de comunicación como Telesur, Venezolana de Televisión, YVKE Televisión, entre otras. Hay que resaltar que con escasas excepciones individuales se criticó la postura del gobierno venezolano, como fue la de Vladimir Acosta. La pregunta que surge es ¿por qué si estaba actuando correctamente y apegados a los valores bolivarianos y revolucionarios se amordaza a estos medios? ¿A qué se le tiene miedo, a la voz del pueblo y de las masas? Si es así, ¡qué horror! ¿Por qué los periodistas que trabajan en esos medios no dijeron esta boca es mía, en dónde están los Vladimir Danchev venezolanos?

Fallo que se respete no viene solo, el morral está vacío. Inmediatamente vinieron otros errores que se pueden clasificar entre patéticos como la nota escrita ‘en pleno desarrollo’ por la movilizada “ sección venezolana de ese elefante blanco, que se conoce como la Red de ‘Intelectuales en Defensa de la Humanidad’ [Heinz Dieterich ].” Comunicado que “ exhorta a no utilizar la revolución de manera poco solidaria ni someterla a riesgos innecesarios ”, esto no otra cosa que llamar al silencio reverencial, a no hacer la crítica. Qué clase de intelectuales son estos que llaman a no confrontar los errores por medio de la crítica, con el cuento, para evitar riesgos innecesarios. Son ustedes precisamente como intelectuales — y si son revolucionarios — los primeros en haber criticado el atropello hecho por el gobierno venezolano a los valores éticos en este asunto y además, advertir de la gravedad y peligros que conlleva para un proceso revolucionario tal desmesura antiética. ¡el mundo al revés!

Hay un fallo consumado que además de aberrante e infame es la importancia que le dieron los medios de comunicación oficiales a la un artículo titulado “Acerca de Joaquín Pérez Becerra” y que está suscrito por un tal Ivan Maíza. La relevancia dada a este escrito por las redacciones de TeleSur y Venezolana de Televisión a manera de editorial y durante varios días, refleja que dicho artículo no es otra cosa una directiva impartida desde Miraflores y una imposición en la cual se mostraba la posición del gobierno de Hugo Chávez en el ‘asunto Joaquín Pérez’, a ver cómo salía la cosa. Lo que dice este ‘editorial’ palabras más palabras menos, es lo que han venido diciendo tanto Nicolás Maduro como Hugo Chávez en sus declaraciones.
Esta primera andanada la cierra el gobierno de Chávez con broche de oro: gases lacrimógenos contra las masas y organizaciones que protestan. Las organizaciones y masas populares que se movilizaron frente al ministerio de relaciones internacionales y a la Asamblea Popular para exigir explicaciones por el secuestro y la entrega exprés del periodista y luchador popular Joaquín Pérez al Estado terrorista de Colombia, se encontraron con las puertas cerras y bloqueadas por la policía, fueron ninguneadas por los medios de comunicación oficiales y lo que es más deplorable fueron gaseadas para que se dispersaran, como si con gases lacrimógenos se pudiera acallar la rabia un pueblo arrecho. Ante un morral vacío y derruido este hecho puede estar señalando derrotero de lo que le puede esperar en el inmediato futuro a las masas que se movilicen para exigir sus derechos y la profundización de reformas económicas, sociales y políticas en Venezuela.

El punto de inflexión lo marcó el presidente Chávez cuando hace su aparición en el Teatro Teresa Carreño con el morral vacío al hombro creyendo que el pueblo no se ha dado cuenta de que el rey está desnudo. La defensa de lo indefendible no sólo es patética sino deplorable en todo sentido. Recordemos que fallo que se respete no viene solo y que cada vez tenderán éstos a ser más garrafales.

Allí, Chávez Frías, en medio de su bravuconada lanzó odiosas e infames acusaciones y comparaciones entre un luchador popular, revolucionario y bolivariano que ha mostrado su valía durante muchos años como es el caso de Joaquín Pérez, con un terrorista de la calaña de Chávez Abarca. El show insulso continuó, en medio de la defensa por el secuestro y entrega exprés fingió no saber el nombre del periodista Joaquín Pérez ni de qué país venía, “¿cómo es que se llama ese señor?”, ¿de dónde es que venía? preguntó, cosa que repitió el 1 de mayo, con esto quería dar la apariencia y resaltar que ese asunto era una mera nimiedad. Y si es así, ¿por qué Chávez se ha visto obligado a referirse al ‘asunto Pérez’ en dos eventos importantes? Y peor aún, atizándole más leña al fuego ­ — en una constante contradicción en lo que iba diciendo — rabiosamente dijo “A mí nadie me va a estar chantajeando, ni de la extrema derecha ni de la extrema izquierda”. “Todo el mundo sabía que venía, hasta la CIA. Son movimientos infiltrados.” “Le tendieron una trampa para clavarme a mí una puñalada. Reflexionen en vez de estar acusando a Chávez, yo les respeto su crítica pero el que no sabe es como el que no ve".

El 1 de mayo una vez más se vio obligada a abordar el asunto, y dijo que "Yo no estoy diciendo que él sea un terrorista, yo espero que el gobierno de Colombia le respete sus derechos humanos y derecho a la defensa" — el día anterior había condenado a Joaquín y comparado con un terrorista, ¿en qué estamos entonces? — ; agregó que “El que quiere criticarme, que me critique. Los que me critican no saben muchas cosas". Y al condenar quema de los muñecos de Maduro e Izarra además remató indignado, "en alguna ocasión, a estos señores quema muñecos, tuve que llamarlos porque andaban reuniéndose con la guerrilla colombiana y haciendo unos planes para montar en Venezuela unas bases de la guerrilla colombiana a espaldas de todos nosotros (...) una excusa perfecta del imperialismo para agredir a la revolución y al pueblo de Venezuela”.

Como podemos ver no hay explicación de lo sucedido. Ni una alusión a la gravedad ética y política de la actitud entreguista de un gobierno que se dice revolucionario. En ningún momento explica por qué el gobierno bolivariano se plegó al empeño de un Estado terrorista como el de Colombia, con la simple llamada de un personaje tan siniestro como es Juan Manuel Santos. Sólo nos encontramos con el siempre eterno intento de acallar con la autoridad. ¡A mí no se me chantajea! dice Chávez, con esto está ordenando, ¡a mí no se me puede criticar! Yo asumo la responsabilidad, fue una orden mía, resopla. Con esta forma de proceder Chávez sienta un pésimo precedente, y es como YO soy el que manda, impongo mi autoridad y asumo la responsabilidad en este caso sin que pase nada, ya no hay nada que decir ni que investigar, aunque se hayan violado las normativas jurídicas nacionales e internacionales. Yo soy el Señor y punto. ¡Todos los críticos a callar! y los abyectos ministros sentados en primera fila a aplaudir hasta reventar y a tomar apuntes obedientemente que las cámaras eso sí lo muestran.

Existe algo tan importante que pueda y permita con esta vergonzosa entrega exprés se enloden los principios y los valores éticos del proceso bolivariano y el anhelo de cambio y de libertad del pueblo venezolano, si es así, entonces el deber del presidente Chávez es que entendamos y que sepamos las muchas cosas que no sabemos. O esas palabras son una excusa perfecta para no asumir la crítica y la autocrítica responsablemente y con toda la responsabilidad que le corresponde dada su condición de presidente y de líder la revolución bolivariana. O ¿usted está exento de ello? ¿es el presidente Chávez consciente del grave y profundo daño que se le asestó al proceso revolucionario bolivariano venezolano y a las luchas liberadores de América Latina y del mundo con el deplorable secuestro y entrega exprés del periodista Joaquín Pérez?

El presidente Chávez aún tiene una gran oportunidad de resarcir el desacertado error cometido contra Joaquín Pérez, todos lo estamos esperando impacientemente. El ‘caso Pérez’ es de gran importancia y de trascendencia histórica más allá de las fronteras físicas y geográficas no sólo porque él sea un periodista, un luchador popular y un revolucionario, sino por este grave asunto deja al descubierto a dónde es que se quiere conducir la revolución bolivariana. Para zurcir nuevamente el delicado tejido social, político, cultural, del apaleado y ajado morral de los valores éticos, es urgentemente necesario cuidarlo, protegerlo, llenarlo con confianza, solidaridad, fraternidad, de democracia, de participación popular, de masas, de socialismo, de verdaderas y profundas reformas sociales, económicas y políticas, de cambios estructurales profundos a favor de los pobres y las masas venezolanas. Esta sí que es una excusa auténtica y perfecta para defender la revolución bolivariana y las luchas liberadoras de los pueblos del mundo. Lo otro, lo cómodo, la corrupción, la burocracia abyecta y las razones de Estado no son más que el combustible para una invasión burguesa de las mentes populares y del imperialismo.

Presidente Hugo Chávez tienes una oportunidad histórica ¡no la desperdicies! si te montas en el tobogán burgués que te brinda el aceitado punto de inflexión, será un viaje a la claudicación aplaudido hasta reventar de palmas por la derecha endógena, por ministros y burócratas abyectos y por la reacción mundial. Presidente Chávez al pueblo revolucionario y a las masas ya nadie las detiene en su camino hacia el socialismo, por lo tanto usted tiene la palabra.

 
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