Gerardo Romero Diaz

Hablar de emancipacción y de los riesgos de reproducción de la realidad capitalista en el seno antagonista olvidando la reproducción del imaginario patriarcal invalidará nuestros deseos. 

CONSTRUYAMOS ESPACIOS DE AUTONOMÍA ANTICAPITALISTA…..¡CONSTRUYAMOS ESPACIOS DE AUTONOMÍA ANTIPATRIARCAL ¡“Los riesgos y los olvidos desde este lado de la barricada”.

Carta a Carlos Taibo (comentarios a su artículo “Por una izquierda de los movimientos: el 15-M como espejo y como modelo”) Gerardo Romero Díaz( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )

1. Aclarar desde el principio la cercanía política e incluso la simpatía personal que tengo por C. Taibo. Son conocidos sus lúcidos textos y prácticas políticas desde el derrumbe de los regímenes del mal llamado socialismo real, sus argumentos en torno al proceso de desmembramiento de la antigua Yugoslavia (ni OTAN ni Milosevic), sus didácticas reflexiones acerca de la globalización, el acercamiento a l@s jóvenes de la tradición libertaria, etc, etc. En fin, voy a escribir sobre un escrito de alguien que es uno de mis referentes cercanos, sobre un artículo publicado recientemente (“ Por una izquierda de los movimientos. El 15-M como espejo y como modelo”, Kaos en la red el 14 de noviembre de 2011).

2. Coincido con Taibo en su defensa e impulso de las prácticas libertarias que se producen en el seno el 15-M tales como la primacía de la democracia directa en la que la gente de a pie toma las riendas de sus luchas y deliberaciones sin la ingerencia de ningún tipo de expertos autocolocados por encima jerárquicamente del germen de horizontalidad y descentralización que están suponiendo esas prácticas y movilizaciones del 15-M. Creo asimismo que la defensa del derecho de autodeterminación es inexcusable. Me identifico con su actitud claramente anticapitalista siendo, sin ninguna añoranza de los Estados del bienestar, ingrediente básico de los procesos emancipatorios de transformación , capitalismo que nos aboca a la crisis ecológica y a la idolatría del consumo como espejismo de bienestar: está claro que “Hay que recordar que el mundo del trabajo y de la mercancía sigue estando en el centro de muchas cosas”.

3.Mi crítica al artículo la sitúo desde una perspectiva por la autonomía anticapitalista y anti(hetero)patriarcal que algunos hombres queremos ir concretando en un discurso político y unas prácticas cotidianas que asuman él “ni Estado, ni Mercado, ni (hetero)Patriarcado”. Decir a su vez que lo que voy a comentar tiene mucho que ver con “olvidos”, que no adjudico a Taibo; lapsus muy generalizados entre los hombres heterosexuales que nos posicionamos por una sociedad en la que merezca la pena vivir, una sociedad que conjugue la libertad con la igualdad de tod@s. Así a muchos de nosotros nos parecen muy apropiadas las pancartas que dicen: “sin feminismos no habrá revolución, igualdad y apoyo mutuo” y sin embargo, en nuestra cotidianidad y en nuestras luchas, en nuestro imaginario, eso de “feminismos” se nos olvida, no deja de ser asunto de mujeres, bolleras, maricas y trans; nuestra memoria de pez delata la subjetividad patriarcaly sus privilegios en la que estamos inmersos como hombres.

Me parecen acertadas las ideas que Taibo expone en su artículo de que además de anticapitalista cualquier proyecto de emancipación tiene que ser por fuerza antipatriarcal, antiproductivista, antimilitarista e internacionalista ycon acabar en todos los órdenes con la marginación, material y simbólica que sufren las mujeres. Estoy totalmente de acuerdo.

Sin embargo y dado el ninguneo que muchos hombres hacemos, a la hora de la verdad, sobre las aportaciones que los feminismos producen a la construcción de esa sociedad querida y sin dominación; me atrevo a analizar el artículo rastreando algunas de sus carencias anti(hetero)patriarcales…. Cómo te atreves, se me puede decir y me respondo:

a)los comentarios los hago a lo dicho por alguien que representa, para mi, a la izquierda heterodoxa y radical ; las ortodoxias tanto marxistas como anarquistas están muy alejadas de entender lo que quiero decir más allá de adoptar alguna coletilla difusamente feminista “siempre quedará bien hacerlo”.

b)quiero, modestamente y siempre desde, como señala Taibo, mi posiciónde “gente de a pie”; ir generando debate y curiosidad entre los hombres antagonistas, ya que como en algún taller organizado por hombres antipatriarcales se ha dicho: “si los hombres no hablamos sobre el patriarcado lo reproducimos” y así encontramos cotidianamente tristes y tozudos ejemplos de machismo en lo personal y en lo político.

4.Recordar que la Constitución de 1978 ,no es solamente un modelo de democracia liberal, sino que instituye la división sexual del trabajo (DST) cuando dice (en el art.35 sobre el derecho al trabajo ):“…y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo”

Se da un subtexto de género, de dominación patriarcal, en la formulación del citado artículo (“Sin vuelta de hoja. Sexismo: poder, placer y trabajo” Mª Jesús Izquierdo ): en el momento en el que son los cabezas de familia (solo los españoles, no tod@s)quienes reciben los ingresos, siendo estos últimos no un derecho individual sino un derecho familiar al que se accede por mediación del cabeza de familia. La Constitución contiene un sesgo de dominación patriarcal.Señalar la imbricación que tiene el capitalismo con el (hetero)Patriarcado desde sus inicios hacia el S XVIII es de mayor importancia para l@s antagonistas.

Indagar en las consecuencias políticas, económicas, personales, etc de la DST o de la centralidad social que tiene la heterosexualidad (son varios más quienes intervienen en la dinámica de simbiosis de estas dos realidades sociales ) es empezar a ser más conscientes del movimiento sincronizado del (hetero)patriarcado con el capitalismo. Podríamos resumir a que nos referimos cuando hablamos de DST de la siguiente manera:consagrar la ciudadanía al varón propietario y relegar a las mujeres al hogar, al cuidado de la familia. El hombre a lo público, la política, la producción; mientras se invisibiliza y relega a las mujeres hacia lo privado, la reproducción social.

Esta formulación, esta realidad social e individual, no es sencillamente reformable con medidas institucionales, por ej.,el derecho al voto de las mujeres.Se inscribe en el imaginario social e individual (en los cuerpos, intereses, valores, hábitos, etc, etc) de mil maneras y se reproduce actualmente en todos los ámbitos sociales, incluso en la cotidianidad de los movimientos sociales y en la importancia política que muchos hombres damos a la lucha antipatriarcal.

Así pues y hablando de proyectos de emancipación y de los riesgos de reproducción de la realidad capitalista en el seno del proletariado que decía Castoriadis y que Taibo concreta, si no me equivoco, en “abandonar el imaginario de la jerarquía, de los personalismos, de la ciencia , de la tecnología, del crecimiento, del consumo, de la productividad y de la competitividad”; tendríamos que contar con un riesgo añadido que es el de olvidar que la reproducción de la dominación patriarcal invalidaría cualquier imaginario que se quisiera emancipatorio ( “sin feminismos no habrá revolución, igualdad y apoyo mutuo”).

Construir pues espacios de autonomía en los que se apliquen reglas de juego distintas de las que se hacen valer al calor del capitalismo y de las que se hacen valer al sopor patriarcal.