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Argentina. Zaffaroni también contra el aborto Imprimir E-mail
Viernes, 26 de Abril de 2013 10:00

 Zaffaroni también contra el aborto

Julia de Titto

El pasado domingo, en una entrevista publicada en el diario Tiempo Argentino, el juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Eugenio Zaffaroni realizó polémicas declaraciones sobre el aborto en nuestro país.

“Hay quien piensa que el aborto es un pedacito del Código Penal, y hay quienes pensamos que el aborto son un millón de fetos pudriéndose en un cerro”, dijo el juez al ser consultado sobre la temática. Rápidamente la entrevista, realizada en el marco del lanzamiento de un ciclo de cine en la TV Pública del que es presentador, circuló por redes sociales y grupos feministas y del movimiento de mujeres y, con la misma velocidad, surgió la indignación. Los abortos, para Zaffaroni “se cometen”, cual si fueran un crimen, dándole legitimidad, con la selección de esa palabra, a la penalización que sufren las mujeres que deciden interrumpir un embarazo, según dicta el Código Penal desde 1921.

El “pedacito de papel” al que se refiere, no es ni más ni menos que una ley que modifique el Código Penal y garantice el aborto seguro y gratuito para todas las mujeres que decidan, con autonomía sobre sus propios cuerpos, interrumpir un embarazo.

También aseguró, contraponiendo la situación actual con la década del 90, que la asignación universal por hijo (AUH), mediante la cual el Estado otorga por mes 340 pesos por niño o niña en edad escolar a sus familias, es la “mejor política anti aborto” posible. Ahora bien, resulta difícil asegurar que las mujeres interrumpen menos sus embarazos que hace 20 años, ya que no existe ningún relevamiento estadístico ni monitoreo social que así lo demuestre. Aún dándole el beneficio de la duda, y suponiendo que esto fuera así, cabe preguntarse por las mujeres que deciden abortar por cualquier otra cuestión que no sea la económica. La decisión de las mujeres sobre sus cuerpos y potenciales maternidades parecen, para Zaffaroni, fuera del marco de lo posible.

No es la primera vez que el juez realiza declaraciones públicas sobre el aborto. En enero de 2012 había afirmado, en el marco del debate sobre la realización de un aborto no punible a una niña de 11 años abusada, que lo que necesitamos como sociedad “es saber cómo ocuparnos del fenómeno del aborto como realidad y ver cómo lo bajamos y salvamos vidas de fetos y de mujeres, de los dos”. Varios años antes, en 2003 había planteado, sobre la necesidad o no de eliminar del Código Penal los artículos que penalizan y criminalizan la realización de abortos: “Los fetos no son de papel, son esperanza de vida”.

Consultada por Radio Sur, Ruth Zurbriggen, militante feminista y parte de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, analizó que la lectura del juez “atenta contra el laicismo de la sociedad”, porque “sus presupuestos -por ejemplo el nombrar fetos a los embriones- esconden presupuestos vinculados a sus normas de fe” y además “expresan su misoginia”. “¿En qué voy a coincidir de todo estos planteos de Zaffaroni?”, se preguntó Zurbriggen. Y se respondió: “En qué claramente la legalidad del aborto y el cambio en el Código Penal no va a traer la solución inmediata para las mujeres, pero sí va a traer muchos menos riesgos para la salud de las mujeres”. Además agregó que desde la sanción de una ley hasta la garantía de su aplicación las mujeres han hecho un recorrido histórico que muestra que hay que estarle encima a cada legislación y presionar públicamente para que se efectivicen.

Negar una realidad a gritos

El proyecto de ley de la Campaña, contaba en 2012 con 59 firmas de diputados y diputadas de casi todo el espectro político. Pero la discusión parlamentaria está trabada por la falta de voluntad política de quienes ostentan la mayoría necesaria de impulsar el tratamiento y aprobación de este derecho.

En 2011, tras ser boicoteada en la cámara de Diputados la discusión del proyecto de ley, el ministro de Justicia de la Nación, Julio Alak, afirmó que la discusión sobre la despenalización y legalización del aborto en nuestro país “no está en la agenda del Ejecutivo”.

Mucho más cerca en el tiempo, el pasado 4 de abril, el senador Aníbal Fernández quiso escudar la decisión del Gobierno nacional de no impulsar este debate en el Congreso en la efervescencia social que generó la asunción del argentino Jorge Bergoglio como cabeza de la Iglesia Católica. “Si vos me decís que antes era difícil sacar el tema del aborto, ahora es imposible”, declaró el ex Jefe de gabinete. Curiosamente, en la misma entrevista también afirmó que la designación de Francisco no iba a resultar una traba para la reforma del Código Civil que impulsa el oficialismo. Fernández dijo: “¿Vas a negar la existencia o la posibilidad de algunas formas de matrimonio, de concepción? Si practican todos los días, ¿no las vas a regular? Es negar una realidad a gritos”.

El actual senador, parece ignorar que, con o sin ley que garantice el acceso en todo el sistema de salud a este derecho, las mujeres abortan igual. Como se reitera desde hace años desde la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, en Argentina anualmente unas 400 mil mujeres interrumpan sus embarazos. El fallecimiento de mujeres por realizarse abortos en la clandestinidad es, según el ministerio de Salud de la Nación, la principal causa de muerte de mujeres gestantes.

Jueces, ministros, senadores. Los tres poderes del Estado hacen oídos sordos a una realidad que provoca que entre 300 y 400 mujeres fallezcan en nuestro país anualmente. En Cuba, por ejemplo, la legalización del aborto produjo una disminución del 40 por ciento en la tasa de mortalidad materna sin incremento del número total de abortos. Pasan los años, pasan los jugadores, y las mujeres siguen abortando en la clandestinidad y, muchas de ellas, falleciendo. 

 
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