Informe Z: Mujeres y VIH, crece la epidemia en los vínculos estables |
Miércoles, 22 de Agosto de 2012 15:35 |
Natalia Gelós / Redacción Z La gran mayoría de las mujeres diagnosticadas con el virus del sida se contagió de su pareja. Y se enteró de que era portadora en un examen médico de rutina o prenatal. Es el sector de mayor riesgo. Mujeres heterosexuales, con pareja estable, que no imaginan haber contraído el VIH de sus maridos o de sus novios y que se enteran de esta noticia en algún estudio de rutina o en los controles prenatales. Es el caso de la mayoría de las mujeres que contrajeron el VIH en los últimos tres años. Las relaciones sexuales sin protección son la principal vía de contagio, confirma el "Estudio de mujeres con diagnóstico reciente", realizado por la Red Bonaerense de Personas Viviendo con VIH/Sida, la Red Argentina de Mujeres Viviendo con VIH/sida, Onusida (programa de las Naciones Unidas), el Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires y el Ministerio de Salud de la Nación, entre otros."La estabilidad en las relaciones de pareja no protege a las mujeres de infectarse con el VIH", advierte el informe y muestra, además, que con frecuencia la violencia de género es el escenario de fondo de la situación. Los datos coinciden con los de la investigación realizada por la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) en 2009. La violencia ejercida por sus parejas contra las mujeres y la falta de información son factores que predisponen al contagio. La encuesta se realizó sobre un total de 465 mujeres con diagnóstico reciente de VIH (desde 2009), residentes en ciudades medianas y grandes, entre ellas Buenos Aires. Y se agregaron entrevistas a 31 mujeres con iguales características y a 12 varones, parejas de algunas de las consultadas. Son mujeres de entre 17 y 70 años, aunque 51 por ciento de las consultadas tienen entre 25 y 39. Alrededor del 70 por ciento alcanzó a cursar algunos años de la enseñanza secundaria. Las otras tienen estudios universitarios y terciarios completos. En la ciudad, los datos provienen de hospitales públicos y de obras sociales que proveen de medicamentos a personas con VIH. El 92 por ciento de las encuestadas se infectó por mantener sexo sin protección a pedido del varón y el 73 por ciento mantenía con él una relación estable. Violencia y desigualdad La situación de vulnerabilidad no es nueva. El informe de FEIM describe un escenario similar. Mabel Bianco, directora de la fundación, dice: "En nuestro país, 9 de cada 10 mujeres que viven con VIH fueron víctima de algún tipo de violencia a lo largo de su vida y ocho de cada diez padecieron violencia antes de conocer su diagnóstico de VIH. Esto demuestra que la violencia contra las mujeres y las desigualdades de género son un importante factor de vulnerabilidad para el VIH en las mujeres. La interacción entre violencia y VIH debe ser reconocida, difundida e incorporada en los programas de prevención, atención, cuidado y apoyo", concluye. Aunque estos estudios indagaron ante todo la situación de personas de bajos recursos, Bianco aclara que la relación violencia/ VIH trasciende las clases sociales: "Las mujeres de sectores medios y altos padecen lo mismo, pero suelen ocultar la violencia, que por eso a veces es más grave. Se debe difundir para que sepan, consulten y se protejan". Feminización de la epidemia Los primeros enfermos de sida en la Argentina se registraron en 1982. Recién cinco años después, en 1987, se registró el primer caso de una mujer infectada. La proporción era una mujer con VIH cada 92 hombres con igual diagnóstico. Dos décadas más tarde, en 2007, esos números habían variado. Bianco explica: "En el período 2007-2008, en el nivel nacional, la razón hombre/mujer en notificaciones del VIH fue de 1,6, y marca una franca feminización de la epidemia". Cómo se dice El "Estudio de mujeres con diagnóstico reciente" echa luz sobre el momento en el que la mujer se entera de que es portadora de VIH y también qué atención recibió en ese momento. A Vanesa su madre le dijo que era seropositiva, los médicos ignoraron su derecho a la confidencialidad. No es un caso aislado. Varias entrevistadas describieron situaciones similares: antes que a ellas les llegó la noticia a su pareja o a otros. Por otra parte, más de la mitad de las mujeres participantes no tuvo consejería previa al test de VIH, una entrevista que debe realizarse en el momento anterior al análisis, en la que además de información se busca brindar contención a la persona que está por hacerse el estudio. Tampoco la tuvo luego del diagnóstico. Y hay más: porque el silencio es una constante en estas historias de olvidos y cosas no dichas, apenas un 10 por ciento de estas mujeres sabía que su pareja era portadora al momento de conocer el propio diagnóstico. Y subraya que es necesario "apoyar a quienes se enteran del diagnóstico positivo en ese primer impacto. Los datos sobre falta de consejería en el momento del diagnóstico son alarmantes". Pecheny señala que "a veces se las informa sin la orientación adecuada. En la mayoría de los casos se implementan los protocolos para prevenir la transmisión vertical, prevención que debería ser universal. También es necesario involucrar a los varones, no sea cosa que la infección se produzca en el embarazo: la mujer pudo haber sido testeada en el primer control prenatal e infectarse luego, ya que durante el embarazo no se usan los preservativos como método anticonceptivo". El politólogo también subrayó que "mujeres y parejas con VIH siguen teniendo hijos a pesar del diagnóstico. Lo que debe hacerse no es desalentarlos, sino instrumentar los medios para proteger la salud de cada una y cada uno", enfatizó. Frente a la contundencia de una estadística que asocia mujeres con VIH y situaciones de violencia intrafamiliar, los especialistas coinciden en que el Estado debe implementar políticas de prevención. Bianco sostiene: "Desde FEIM venimos reclamando la integración de los servicios de atención de VIH con los de salud sexual y reproductiva y violencia hacia las mujeres. Es necesario implementar un registro nacional unificado y sistemático de violencia contra las mujeres; desarrollar estrategias de prevención y promoción dirigidas especialmente a mujeres jóvenes en situación de pobreza; ampliar en la vigilancia epidemiológica del VIH/sida; integrar los servicios de prevención, prueba y consejería del VIH/sida a los servicios de asistencia a mujeres en situación de violencia e incluir en los servicios de consejería previos y posterior al examen de VIH, herramientas para la detección de situaciones de violencia y su derivación para atención de esta situación, entre otros". Desde el punto de vista del politólogo Pecheny, se impone "proseguir en la integración entre las políticas de VIH y salud sexual y reproductiva, involucrar a los varones, descriminalizar el uso de drogas y el aborto, ya que la aún persistente sospecha sobre la capacidad de las mujeres como para decidir sobre sus cuerpos afecta en la adopción de comportamientos de cuidado".
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