Hablar de feminismo: “El feminismo no es un movimiento contra nadie, sino por la libertad…” |
Miércoles, 17 de Diciembre de 2008 01:35 |
Carmen Alborch - Alma Gloria Chávez en El Cambio de Michoacán
Es innegable que a través de los siglos la concepción patriarcal que ha prevalecido en el mundo ha sido plasmada en los distintos instrumentos nacionales e internacionales, al considerar al hombre (varón) como paradigma de la humanidad, situación que se ha reflejado en los derechos humanos, en su lenguaje, en sus ideas, valores, costumbres y hábitos, pues los mismos sólo tienen como referencia a una parte de la humanidad: la masculina, a través de cuyos sentimientos y pensamientos se nos ha ubicado en la sociedad como seres inferiores: sumisos y dependientes, sin derecho a nuestra identidad genérica. Históricamente hablando, sabemos que el patriarcado (supremacía masculina institucionalizada) surgió en el cuarto milenio antes de Cristo en Mesopotamia y que se extendió gradualmente por el mundo, enfrentando numerosos desafíos. No obstante, ha sido el feminismo el primer movimiento que lo desafía como tal, al exigir las mujeres ser tratadas como seres humanos con derechos, el derecho a una salud sexual y reproductiva plena y sana; el derecho a conservar nuestros ingresos; el derecho a acceder a la tierra y a las facilidades financieras; el derecho a ser tratadas con dignidad… en fin, a gozar efectivamente, en igualdad de condiciones y oportunidades de los derechos de que gozan los varones. Los distintos movimientos de mujeres a nivel mundial han continuado la labor de promoción y vigencia efectiva de nuestros derechos y libertades fundamentales, luchando por una formulación global de los derechos humanos con perspectiva de género. Fue en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, celebrada en Viena en 1993, que la comunidad internacional organizada por primera vez, se vio precisada a declarar y reconocer que los derechos de las mujeres son también humanos, al señalar que “los derechos humanos de las mujeres y de las niñas son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales”. El feminismo es ética, política, filosofía, cultura. Es un movimiento de liberación por la igualdad entre los seres humanos. No para que las mujeres seamos iguales a los hombres, si no para que se ejerza la equidad entre ambos. El feminismo reconoce que todas las personas tenemos el mismo valor, los mismo derechos y las mismas posibilidades de realizarnos como seres autónomos. En palabras del colectivo La Revuelta, el feminismo… “intenta develar las apariencias y comprender el mundo como uno solo. Porque una visión política que desconozca los problemas domésticos por los que ha de pasar una obrera para militar en su sindicato, no es una visión feminista, como tampoco lo sería aquella que mide las posibilidades de lucha solamente en cuanto a enfrentarse al dominio del marido. Para el feminismo (además a las mujeres no nos queda alternativa) es necesario analizar todos los problemas a la vez: los de clase y los de sexo, los íntimos y los públicos. Es esta visión de las feministas uno de los aportes más importantes para la transformación de las condiciones actuales de vida”. Muchos son los ejemplos que señalan las prácticas que construyen una educación discriminatoria, los cuales se proyectan en prácticas de vida con las consiguientes frustraciones y desequilibrios. En la medida en que se perpetúe una percepción rígida de lo que es masculino o lo que es femenino y su asociación a estereotipos inflexibles, el desarrollo -tanto del hombre como de la mujer- adolecerá de deficiencias que perjudicarán la convivencia, tanto al interior de la familia (relación entre hermanas y hermanos, esposa y marido, convivientes, etcétera.) como de la sociedad en su conjunto (instituciones sociales, culturales y políticas). Por estas razones, quienes participamos de nuevas propuestas educativas y que creemos en su potencial liberador, estamos comprometidas(os) a promover por todos los medios y sensibilizar a toda la sociedad en torno a este importante aspecto de la vida: una educación humana “no sexista”. Algunas de las propuestas a adoptar: -Posibilitar el desarrollo de programas de perfeccionamiento docente en los cuales se aborden los temas de la identidad de género. Para los medios de comunicación: -Tomar conciencia de los modelos que están transmitiendo a su público, a través de programas, publicidad y noticieros, en términos de la imagen estereotipada de hombre y mujer. |
Última actualización el Miércoles, 17 de Diciembre de 2008 06:32 |