La división sexual del trabajo y las estrategias del capital (Parte II) Imprimir
Miércoles, 15 de Agosto de 2012 15:31

Ester Kandel / ARGENPRESS

¿Es posible lograr la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres en el ámbito laboral dentro de este sistema?.

 

Una vasta experiencia de luchas del movimiento de mujeres y de la intensificación en estos últimos años, para enfrentar fenómenos como la violencia doméstica, la trata, derechos sexuales y reproductivos, aborto, acoso sexual e igualdad de oportunidades en el ámbito laboral, hacen visible que muchos de estos hechos han sido considerados naturales. Aunque distintos organismos del gobierno tomaron algunas iniciativas para abordar la gama de problemas enunciados, creemos necesario interrogar ese conjunto de prácticas e introducir una reflexión acerca de la relación de nuestras propuestas, los logros, las dificultades y las perspectivas.

Cuando las mujeres solicitamos y/o exigimos al Estado:

• Reconocimiento a decidir sobre nuestro propio cuerpo;

• Igualdad de oportunidades entre varones y mujeres en el ámbito laboral.

¿A qué Estado nos estamos dirigiendo?

Creemos pertinente un debate sobre el carácter del Estado en el sistema capitalista, diferenciando el gobierno, como sistema administrativo aparentemente neutro con su base material y su andamiaje jurídico.

¿Cuáles son las condiciones de vida, de producción y de reproducción y el papel de las instituciones sociales?

Las instituciones sociales dijo F. Engels (1), bajo las que viven los hombres de una época y de un país dado, están íntimamente enlazados con estas dos especies de producción, por el grado de desarrollo del trabajo y por el de la familia.

F. Engels (2), caracteriza el Estado:

El Estado no es más que una máquina para la opresión de una clase por otra, tanto en la república democrática como en la monarquía; y en el mejor de los casos, un mal que transmite hereditariamente al proletariado triunfante en su lucha por la dominación de clase, cuyos peores lados, el proletariado victorioso, lo mismo que la Comuna, no podrá cercenar de golpe hasta que una nueva generación, educada en nuevas y libres condiciones sociales, sea capaz de tirar a la basura todo el armatoste del Estado.

A. Borón analiza tres dimensiones analíticamente separables:

En primer lugar, el estado capitalista es un estado de clase y, en cuanto tal, “representa” la condensación de las relaciones de dominio y supeditación que existen en un determinado momento del desarrollo social. Esa y no otra es “representatividad” de la vida estatal; no representa la voluntad de todos los/as ciudadanos como pretende el saber convencional de las ciencias sociales sino el provisorio equilibrio a que se llega en la lucha de clases. Equilibrio que no borra la existencia de una clase dominante, más o menos diversificada o unificada según los casos y su enfrentamiento con las clases dominadas. Y como estado capitalista su lógica de funcionamiento lo lleva a garantizar incesantemente la reproducción de las relaciones capitalistas de producción (…)

El Estado es también un aparato administrativo, político, legal, pero esta superestructura descansa sobre un conjunto de relaciones de fuerzas entre las clases fundamentales, sus aliados y sus representantes políticos (…) Cabe recordar que el estado, en tanto conjunto de aparatos administrativos, burocráticos, legales e institucionales tiene, como su fundamento final y decisivo el monopolio de la violencia.

En tercer lugar el estado también aparece como un escenario “neutro” dónde se dirimen los grandes enfrentamientos sociales. Apariencia que oculta su esencia clasista para mejor garantizar el predominio de la clase dominante.

¿Qué rasgos tienen estos enfrentamientos? Según Samir Amin. (3)

La modernidad y la democracia inicia la liberación del individuo y, más allá potencialmente, la de la sociedad. Pero solamente la inician porque quedan encerradas en las exigencias de la reproducción capitalista (…). Simultáneamente, la modernidad y la democracia transforman al Estado y la política, lugar a la vez de conflictos alrededor del poder y de conflicto en sus propios terrenos.

En este terreno se mueven las luchas que hacemos referencia al inicio del artículo. Cada una de ellas implica subvertir un andamiaje construido durante siglos. Las alteraciones que permite este orden, tiene un núcleo duro, donde confluyen intereses económicos, políticos en connivencia con el poder policial.

Estas barreras las encontramos cuando hablamos de igualdad de oportunidades de varones y mujeres en el campo laboral, dado que el cuerpo social es desigual. Asimismo sucede con otras reivindicaciones legítimas como la prevención de las muertes de las mujeres por abortos clandestinos o la trata de personas.

Un debate que tiene un siglo en nuestro país

Debate y revisión con las tesis de Marx

El debate central era alrededor del tema del poder, consustanciado con la idea de progreso dentro del sistema capitalista.

Desde el año 1911 se publicaron en La Vanguardia una serie de artículos que en forma directa e indirecta, polemizaban y/o bosquejaban un abordaje diferente frente al sistema capitalista. El común denominador era la propuesta de reformas dentro del propio sistema, oponiéndose al esquema de división de clases existente.

En forma sintética exponemos los conceptos de Antonio Tomaso, Enrique Dickman, Emilio Vandervelde, Carlos Kautsky, A. Zerboglio, Jaime Vera, Juan B Justo sobre temas como la relación entre el socialismo y la patria, el nacionalismo, la democracia y la lucha términos en que se desarrolla la lucha de clases.

Contra el dogmatismo, se revisa la tesis sobre la conquista violenta del poder y los términos en que se desarrolla la lucha de clases.

El 17 de marzo de 1911, Antonio Tomaso, en un extenso artículo titulado Dos aniversarios –Carlos Marx, resalta sus méritos:

 “una poderosa cabeza pensadora” y una gran “vida en constante lucha de ideal”. El autor reconoce que con el desarrollo del capitalismo, “la realidad social nos dice que la relativa concentración de la industria ha corrido pareja en gran parte con una mayor distribución de la riqueza (…) que el progreso del capitalismo ante el cual se ha levantado la múltiple organización de los trabajadores, no va seguido de una miseria creciente, sino al contrario por un creciente bienestar; que la complicada división del trabajo producido por el enorme adelanto de la técnica que aumenta y diversifica las operaciones, se ha roto la homogeneidad en el campo del pueblo productor, dentro del cual hay ahora distintas necesidades y aspiraciones y que con la extensión del sufragio se hace cada vez más difícil la conquista violenta del poder político porque asciende cada vez más la democracia, estado político social menos rígido, más maleable, más susceptible de transformaciones. (…)

La lucha de clases es hoy resorte conocido y comprendido de la historia nueva, hecha intencionalmente por los hombres por ese formidable ejército de la Internacional obrera y socialista que bajo distintos cielos y adaptándose a las condiciones históricas y peculiares de cada país, realiza la conquista del poder político extendiendo la democracia y creando por su esfuerzo técnico y directo un poder económico propio.

En 1912, en el X Congreso del PSA, continuando con su preocupación por la legislación en materia laboral, la organización de los/as trabajadores/as, consideraron que el salario femenino era la principal causa de la depresión de los salarios masculinos y resaltaron la necesidad de la participación de las mujeres en las organizaciones gremiales y resolvieron (4):

1- organizar a las mujeres trabajadoras en ‘Sindicatos Mixtos’ en las industrias que empleen obreros de ambos sexos y en ‘Sindicatos femeninos’ donde haya sólo empleadas mujeres;

2- promover una encuesta sobre el trabajo a domicilio y reglamentar el trabajo del mismo;

3- establecer la jornada máxima de 8 horas;

4- fijar un salario mínimo legal.

Los términos de la acción parlamentaria de los diputados socialistas fue planteada por Juan B. Justo en 1912, en relación con la clase trabajadora y el DNT. (5)

Polemiza con los que creían que la cuestión social se terminaba con algunas leyes obreras señalando:

El punto de vista de los diputados socialistas es otro muy distinto. Tratamos ante todo, dar a la lucha que sostiene la clase trabajadora por su emancipación (…) la intervención del Estado, la extensión de sus atribuciones no la queremos, señor presidente, sino en la medida en que la clase trabajadora penetre dentro del poder político e impregne al Estado de sus ideales. (…)

No es posible que una nación cualquiera joven o vieja, nos dijo un día Jaurés llegue a la plenitud de la vida nacional sin la intervención de una fuerza obrera organizada; ella agranda la patria porque con su progreso la patria deja de ser un privilegio, para convertirse en la esperanza de todos. La frase famosa del manifiesto comunista, casi idéntica a la de patriota Saint Just, podía aplicarse como lo hace notar Bernstein a los obreros de la época excluidos de la vida política; pero ha perdido su valor en nuestros días y lo perderá cada día más a medida que gracias a la influencia creciente de la democracia social, el obrero se convierta cada vez más en ciudadano cooperador de los bienes común de la nación.”

Existe un hilo conductor entre el cuestionamiento a Marx de Antonio Tomaso y la expectativa abierta que la clase obrera tuviera un interés común con quienes la explota y un aparato estatal estructurado para avalar la opresión.

El distanciamiento del concepto de clases sociales, la descalificación sobre el sentido de las luchas, los intereses contrapuestos surgidos en esta sociedad quedan cristalizados en esta teoría:

El socialismo y la vida es “la doctrina más amplia y universal que registra la historia. En su seno caben muchas hipótesis teorías, escuelas, etc. No por eso es menos científico ni verdadero. Y los hombres que en sus filas se alistan, lucha, meros detalles del conjunto.

Enrique Dickman, lanza esta propuesta en La Vanguardia del 19 de agosto de 1913, basándose en la teoría de la evolución, considera: el concepto más fecundo y universal que haya formulado la mente humana. Es la moderna brújula de las ciencias físico-naturales, como de las económico-sociales. Es la estrella polar que guiara a los hombres hacia un risueño y feliz porvenir.(…)

Que la lucha cotidiana se entable en tal o cual terreno; que en un momento dado sea más o menos áspera; que los grupos sociales, combatan más o menos lealmente y con tal o cual arma; que a veces sea necesario el sacrificio de muchas vidas para obtener una insignificante reforma; todo esto no autoriza a generalizar ni a formular teorías. Son simples incidentes de la lucha, meros detalles del conjunto.

De este modo queda descalificado el aporte realizado por Marx y Engels, pues concibe que “los que luchan por el bienestar del pueblo, antes que en escuelas económicas, filosóficas y sociales, han de inspirase en la escuela de la vida.”

En septiembre de 1913 esta visión se completa con la publicación de la traducción de Les Documents du Progrés registran la teoría de la evolución y el progreso humano del Doctor Broda; éste propone: para intervenir eficazmente en la marcha de la evolución es necesario que esta voluntad de progreso se encarne en un movimiento amplio, en un verdadero partido internacional, “el partido de la civilización.”

El 21 de noviembre de de 1913, el artículo El socialismo y el estado, comienza con esta afirmación:

Toda definición es peligrosa, pero en ciencias sociales la falta de definiciones es más peligrosa aún. La definición dada por quienes la ignoran es imperfecta. Se dirá, por ejemplo, que el socialismo es la apropiación por el estado de los instrumentos de producción. Pero ¿qué es el estado, el gobierno o la nación? Si el estado es la nación, la tesis es cierta, si el gobierno, falsa.(…) Emilio Vandervelde, autor de esta nota, después de citar a varios autores, entre ellos a Engels, formula esta pregunta:

¿Cuál ha de ser el fin de los trabajadores? Apoderarse del poder político y utilizar entonces al estado para suprimir las clases, el privilegio y el antagonismo de clase. Cuando se establezca la producción cooperativa, el estado desaparecerá automáticamente.

La democracia – dice Kautsky –tiende a transformar el estado en una gran cooperativa económica. (…)

En resumen, el socialismo está contra el estado político burgués, que ejerce una coerción moral sobre una clase y está con el estado si éste es la nación misma.

La democracia moderna era un tema de debate; tal es así que fue dos extensos artículos de Carlos Kautsky, los días 12 y 13 de diciembre de 1913. Allí, parte de reafirmar que el absolutismo llegó a su apogeo en el siglo XVIII y en este mismo siglo nacieron las fuerzas que debían hacerle perecer.

Hace mención a los “diferentes grupos de las clases burguesas, pequeños burgueses y campesinos, que se unieron al proletariado para desbaratar y destruir a la nobleza. Los problemas eran destruir un parlamento monárquico y hacer que pasase a ser “servidor del pueblo”. De ahí que ubica la lucha por el derecho al sufragio como un hecho importante para saber si el parlamento:

será un instrumento de dominación para la clase aristocrática, si servirá a la burguesía o si será el campo de batalla para la lucha de clase entre la burguesía y el proletariado.

El sufragio universal, igual y directo es el medio más importante aunque no el único, de hacer que el parlamento sea el servidor del pueblo y la fiel expresión de las tendencias que en su seno dominan. (…)

Ver también:

- La división sexual del trabajo y las estrategias del capital (Parte I)

http://www.argenpress.info/2012/08/la-division-sexual-del-trabajo-y-las.html

Notas:

1) Engels, Federico, El origen de la familia, la propiedad privada y del Estado, Editorial Claridad, 1974.

2) Engels, Federico, Introducción a La guerra civil en Francia de Carlos Marx. 1891.

3) Samir, Amin, Ser marxista hoy, ser comunista hoy, ser internacionalista hoy, Revista Periferias, Año 13- Nº 17 – Primer semestre 2009.

4) Propuesta realizada por Carolina Muzzilli.

5) La Vanguardia, 20 de junio de 1912.

 

 http://www.argenpress.info/2012/08/la-division-sexual-del-trabajo-y-las_14.html