Argentina: Persecución a la dip. Lubertino y Estado Laico Imprimir
Miércoles, 03 de Octubre de 2012 15:08

CAEL - Coalición Argentina por un Estado Laico 

Hoy más que nunca reivindicamos aquélla frase que el movimiento de mujeres supo acuñar, y le pedimos a todas y todos quienes objetaron cuestiones religiosas para oponerse a esta ley que saquen sus rosarios, kipás y cualquier otro elemento religioso de nuestros ovarios.

PERSECUSIÓN A LA DIP. LUBERTINO Y AFRENTAS AL LAICISMO DE ESTADO EN LA LEGISLATURA

Ante hechos de público conocimiento ocurridos en la madrugada del pasado viernes en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el marco de la sesión en que dicho cuerpo aprobó la Ley sobre protocolo de aborto no punible, desde la Coalición Argentina por un Estado Laico (CAEL) creemos necesario denunciar lo ocurrido con la diputada Lubertino como un acto de persecución y extorsión.

En primer lugar, debemos expresar nuestra convicción de que las expresiones cuestionadas que la dip. Lubertino publicó en Twitter no revisten carácter discriminatorio en los términos de la Ley Nacional 23.592. Por el contrario, se basan en la conocida consigna del movimiento de mujeres "ĦSaquen sus rosarios de nuestros ovarios!", que exhorta a terminar con la obstaculización en el ejercicio de sus derechos en base a pretextos de índole religiosa. La referencia a las kipás aludía a los argumentos religiosos con que el diputado Bergman, rabino judío, había argumentado su voto negativo al protocolo de abortos no punibles, llegando al punto de decir que ningún/a creyente podía votar dicha ley. Dicha expresión sí ofendió profundamente a varias/os legisladoras/es de la oposición, como lo manifestó la dip. Sánchez Andía, de la Coalición Cívica.

Menos aún configuran dichas palabras un delito, como dijo el dip. Bergman en más de una ocasión durante la sesión. Lo ocurrido no encuadra en modo alguno en cualquiera de las figuras tipificadas en el código penal o en la Ley 23.592. Esto demuestra, no sólo el desconocimiento sobre la materia, sino también la absoluta desprolijidad y el apuro con el que se analizó la cuestión. Más bien pareciera ser que se buscó desviar la atención sobre el debate de fondo respecto de los abortos no punibles y sobre la compleja situación política en que se desarrolló la sesión.

Es importante recordar que la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires establece en su art. 78 que "Ningún diputado puede ser acusado, interrogado judicialmente ni molestado por las opiniones, discursos o votos que emita en el ejercicio de su función, desde el día de su elección hasta la finalización de su mandato". En este sentido, la manera violenta y desmedida en que las palabras de la dip. Lubertino fueron respondidas pareciera constituir más bien un ataque directo a sus fueros. De hecho, muchas otras expresiones realmente violentas y agraviantes se escucharon durante la sesión sin que diputadas ni diputados del bloque PRO las cuestionaran; por ejemplo, durante varias instancias del debate sectores de las barras afines al oficialismo de la Ciudad gritaban "asesinos" a miembros de la oposición, exabruptos que sólo fueron amonestados por el dip. Gullo, del FpV, en ocasión de ocupar transitoriamente la presidencia del cuerpo.

No podemos dejar de mencionar que en ocasión de otros debates locales y nacionales de similar calibre -por caso, la ley de matrimonio igualitario- se han vertido palabras mucho más agraviantes que no merecieron condena por parte de quienes hoy se rasgan las vestiduras. Los mismos sectores agraviados han dejado pasar tales expresiones como parte del debate parlamentario a pesar de considerarlas en extremo ofensivas y, sobra decirlo, nadie ha sido sancionado por ello. Por caso, muchas de las frases vertidas por el dip. nacional Olmedo, aliado del PRO en la provincia de Salta, constituyen afrentas gravísimas a la dignidad de las personas LGBT que no han sido cuestionadas por el dip. Bergman o la dip. Morales Gorleri.

En cualquier caso, el dip. Bergman y la dip. Morales Gorleri pueden haberse molestado, ofendido, incomodado, pero de ningún modo sentirse discriminados/as. La cuestionada frase de  la dip. Lubertino no constituye un ataque basado en su religión, sino que cuestiona el hecho de querer imponer sus creencias religiosas al resto de la sociedad, en particular, en detrimento del ejercicio de los derechos fundamentales a la salud, la vida, la dignidad y la autodeterminación de millones de mujeres.

Por cierto, mucho más preocupante que las expresiones erróneamente denunciadas como discriminatorias resultan las palabras del dip. Bergman, quien explícitamente dijo que sus decisiones como legislador se regían por la Constitución y por la Torá sin establecer ninguna distinción entre aquella norma que rige la vida de todas y todos los ciudadanos y el libro sagrado de su religión que con interpretaciones más que diversas incluso en la materia que se discutía impone determinadas pautas morales que sólo son aceptadas por quienes adscriben a dicha religión y a dicha interpretación.

Es en este punto necesario recordarle al dip. Bergman y a la Legislatura en general que representa a todo el pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, y que legislar desde su religión menoscabando el libre goce de derechos consagrados en la Constitución de la Ciudad y de la Nación es una afrenta al principio del laicismo de estado y al mandato popular.

Por todo lo expuesto, solicitamos se dejen sin efecto todas las sanciones previstas y pretendidas contra la dip. Lubertino, y llamamos a todos y todas las representantes del pueblo de la Ciudad de Buenos Aires a reflexionar sobre el verdadero rol de los poderes públicos de un Estado Laico.

Finalmente, esperamos que los hechos mencionados no oculten la importancia de la ley sancionada por la Legislatura, que pondrá tras su entrada en vigencia en pleno vigor lo establecido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el Fallo F. A. L., y solicitamos al Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, su inmediata promulgación a fin de resguardar los derechos humanos de todas las mujeres de la Ciudad.

Hoy más que nunca reivindicamos aquélla frase que el movimiento de mujeres supo acuñar, y le pedimos a todas y todos quienes objetaron cuestiones religiosas para oponerse a esta ley que saquen sus rosarios, kipás y cualquier otro elemento religioso de nuestros ovarios. No más intromisión de las creencias religiosas en las vidas de todos los ciudadanos y ciudadanas, creyentes o no.

Coalición Argentina por un Estado Laico


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