Caso Becerra, Telesur y ministro Izarra: La censura en él es de vieja data Imprimir
Martes, 10 de Mayo de 2011 22:15

 

Juan Carlos Vallejo*

La censura en él es de vieja data: Desenmascarando a un trepador

Guardé prudente silencio por lealtad revolucionaria con el presidente Chávez, la Revolución Bolivariana y el querido pueblo de Venezuela. Después de la impúdica actuación del Comandante en el caso de mi amigo Joaquín Pérez Becerra y la forma como se censuró a los medios alternativos para tapar su proceder, sumado al despido injusto y retaliativo de la profesora Cristina González, directora de la Radio del Sur, me veo en la penosa y triste labor de romper todo compromiso con el primero y desenmascarar a un trepador cuya práctica de censurar no es nueva en él, pues yo mismo la sufrí en carne propia.   

Conocí a Andrés Izarra, hijo de William Izarra, porque Rodrigo Chávez, que entiendo hoy es embajador en Grecia, me lo presentó en la Embajada de Venezuela en los Estados Unidos. La razón de mi visita no era otra que presentar un plan comunicacional integral para hacer conocer los logros de la revolución en todo el mundo y vincular nuevos países a una red informativa que permitiera romper el cerco comunicacional sobre la realidad latinoamericana.  Esto era lo que el comandante Hugo Chávez pedía a sus cercanos allegados en el filme “La Revolución no será Televisada” cuando les decía a  manera de reproche que no se informaban los logros de la revolución.  Izarra se mostró bastante interesado y quedamos de volver a reunirnos pero las razones de agenda de ambos impidieron que la cita se diera en Washington D.C.. Sin embargo, en el segundo semestre de 2003 coincidí con Izarra en un evento en Nueva York City donde volvimos a retomar el tema y esta vez giró acerca de los nombres. Nos sentamos a tomar un refresco en un establecimiento sobre la calle 14 del centro de la ciudad y como yo no tenía papel utilicé el reverso de su tarjeta de presentación mientras él apuntaba lo que yo decía:

Juan Gossaín, de la cadena de noticias RCN de Colombia, hacía enlace todas las mañanas con otras emisoras de América del Sur entre las que se contaba Radio Mitre de Argentina.  Este enlace lo llamaban SUR (Sistema Unificado de Repúblicas o Radiodifusoras), y le dije que había que crear medios en televisión, radio y prensa que tuvieran esa palabra. Fue así como le escribí para prensa, “PRENSUR”; para radio, “RADIO DEL SUR” y para television, “TELESUR”.  Así quedó plasmado todo en el reverso de la tarjeta la cual conservé, no como prueba de ello sino porque era la única que yo tenía y donde aparecían sus números telefónicos y correo electrónico.
(Copia de ambos lados de la tarjeta la pueden ver arriba).

Andrés Izarra en un evento de Telesur.
Nunca más lo volví a ver ni a saber de él hasta que un día leyendo APORREA me encontré con que lanzarían “TELESUR”. Mi alegría fue tal que lo contacté para felicitarlo y desearle mucha suerte. Sin embargo, le pedí que al menos diera crédito al autor de la idea que había sido yo. Hasta ahí supe de él.   Nunca más me volvió a pasar al teléfono ni a responder mis correos electrónicos.  Luego comencé a notar que a eventos sobre Venezuela no me volvieron a invitar y que artículos que escribía para algunos medios alternativos comenzaron a ser vetados.
El 4 de marzo de 2006 escribí una carta al embajador  de Venezuela en los Estados Unidos, Bernando Alvarez:

“En el evento National Venezuela Solidarity Conference, que se iniciará hoy, sábado, 4 de marzo y hasta el día 6 del mismo mes del presente año, en las instalaciones de la Universidad George Washington en la misma ciudad Distrito Capital, yo era uno de los panelistas pero me fue prohibido hablar. 

Hecho sumamente grave que, a todas luces, viola derechos fundamentales y leyes de los Estados Unidos de América; pues ningún ciudadano, ni mucho menos funcionarios de embajadas o consulados extranjeros, puede atribuirse autoridad fuera de los espacios jurisdiccionales descritos por las leyes internacionales.

Por razones que desconozco, pues sólo me dijeron que “la orden venía de arriba” y “si quiere puede asistir pero no puede hablar“, me ha tocado hacer mis propias averiguaciones y ellas apuntan, según los mismos ciudadanos venezolanos y colegas que me lo informaron solidariamente, al presidente de TELESUR, a funcionarios de la la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela,  y, en especial, de dos de sus Consulados.  Es más, se afirma que, en el pasado Encuentro de los Círculos Bolivarianos en New York , en el cual usted estuvo presente, se impartieron  las debidas instrucciones para no permitirme hablar en el evento.    

Yo estoy seguro que usted desconocía de estos hechos, pero, también, que pondrá toda su atención en aclararlos.  

Así que, Su Excelencia,  con el ánimo de clarificar estos sucesos, le reitero mi disponibilidad de hacerme presente en su Embajada para presentarle  un recuento cronológico pormenorizado de los hechos, no aislados,  con los que sistemáticamente, se me ha pretendido vetar en los diferentes ámbitos académicos y periodísticos del orden nacional e internacional.

"¡Trotzalledem!"  (Adelante a pesar de todo), fue la frase de Karl Liebknecht quien, junto con Rosa Luxemburgo, fue ejecutado con el silencio cómplice de   quienes consideraba sus amigos”.

La carta nunca fue respondida ni siquiera por quienes fueron destinatarios de las copias. A ellos los excuso porque los conozco y sé la clase de caballeros y revolucionarios que son. No sé si el presidente Chávez se quemará otra vez por su ministro. Pero sí me pregunto: ¿Quién tenía el poder suficiente para que esto no se supiera hasta hoy cuando las circunstancias me obligan a romper el silencio? 

No pretendo reclamar ya ningún beneficio diferente a que el pueblo bolivariano sepa que algo muy malo está sucediendo en el interior de nuestra querida revolución y que esto de censurar es de vieja data y muy propio de una misma persona.  Solamente es el pueblo bolivariano de Venezuela quien tiene la autoridad moral para tomar cartas en el asunto.  

Alerto, eso sí, que el imperialismo y los imperialistas no duermen y ven en estos hechos de flaqueza la gran oportunidad de socavar todas las conquistas logradas. Por eso se necesitan líderes firmes y consecuentes con las realidades y que no titubeen en lols momentos más cruciales de nuestra historia.

*Escritor, periodista y analista politico internacional


Radio Zamora Libre, 101,9 FM, Charallave: Dick Emanuelsson, periodista, co fundador de ANNCOL es entrevistado por Darwin Suárez Bustamante sobre el trabajo de ANNCOL y la detención y deportación de su amigo y colega en ANNCOL, Joaquín Pérez Becerra. (50 min).
AUDIO, 64 kb: http://www.box.net/shared/k0srmmvorb (23 mb)
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