Argentina: Jesús Cabral detenido en la Unidad N 48 de San Martínen peligro de muerte Imprimir
Miércoles, 22 de Junio de 2011 23:41

 

Agencia Walsh

Luego de enterarse que este compañero tenía una grabación que involucraba en acuerdos espurios al ex director Oscar Saravia, surgieron las enésimas amenazas y presiones hacia él: "Me quieren voltear, necesito ayuda para que no me maten", dijo el detenido vía telefónica.

Jesús ya hizo otras denuncias, incluso llegó a contactarse con Alicia Kirchner y esta Agencia publicó su rostro destrozado a golpes, recibidos luego de alzar su voz ante el verdugueo. Entiéndase que estamos ante el SPB, en la U48, donde obligaron a los presos a salir a robar, al que se negaba le violaron a su mujer y si se seguía negando la muerte era su destino. Llamamos a expresar toda nuestra solidaridad con el compañero.


Jesús Cabral está detenido en la Unidad N 48 de San Martín. Purga una condena de cuatro años por tenencia ilegal de arma de uso civil y cursa el segundo de sociología en la sede que la Universidad de San Martín posee dentro de la cárcel. En las últimas semanas, comenzó a recibir presiones porque las autoridades penitenciarias se enteraron que tenía en su poder una grabación donde dos internos negociaban distintos beneficios con el entonces jefe de la unidad, Oscar Saravia, quien luego fue removido de su cargo por las irregularidades detectadas dentro del penal. Agencia Walsh tuvo acceso exclusivo a la grabación y charló con Jesús, que contó que los guardias penitenciarios que lo "apretaron", fueron enviados por el alcalde mayor Antonio Pedrozo, quien también aparece citado en la grabación. Cabe destacar que está no es la primera denuncia que realiza Cabral, él se contactó con Alicia Kirchner en varias oportunidades y le expuso a la funcionaria su preocupación por lo que sucede dentro del penal y el peligro que supone para su seguridad.

"Me agarraron el martes 7 de junio. Me quieren voltear, necesito ayuda para que no me maten", dijo el detenido vía telefónica.
La conversación entre Saravia y dos internos ocurrió en una oficina de la Unidad N º 48 de San Martín. De cara a las fiestas de fin de año, los detenidos querían arreglar inter-visitas -de una unidad penal a otra- dentro del mismo complejo. Los presos grabaron la conversación. Fue el 10 de diciembre de 2010, en la oficina de Saravia, cuya tonada formoseña es inconfundible.

Saravia: Decime dale
Interno: ¿Qué pasa que no me querés atender, toda la semana, con vos, con Pedrozo (Antonio), van y vienen, está todo mal conmigo que no me querés atender? Yo entiendo que andás con este bondi que te mataron a uno
Saravia: Sabés que el tiempo no alcanza
Interno 1: Queremos estar con los chicos. Nada más, con su familia y la mía.
Una cosa más: ¿A qué hora van a engomar para las fiestas?
Saravia: Como el año pasado.
Interno 1: No estaba el año pasado.
Interno 2: Yo tampoco
Saravia: Y a las 11 y después a las 10.
Saravia: El director lo va a entrevistar a ustedes dos. Lleva el mismo tiempo que yo el chabón y no sé. Lamentablemente de acá para arriba son unos muertos, unos resentidos que en su puta vida hicieron nada.
Terminan ahí arriba. Nunca jamás hicieron nada y si los han sacado de penales, fue por inútiles
Interno: Pero se han cansado de chorear.
Saravia: Hoy están ahí y tienen el poder.
Luego uno de los internos pide tarjetas telefónicas al jefe e insiste con su visita para la semana próxima. El jefe se comunica por teléfono con alguien y pregunta si hay. Se hacen bromas.
Interno: Lo de la visita ya está. Ahora el tema de los alargues- término que refiera a la prórroga del horario de visita-.
Saravia: Voy a estar yo el 24, 25 y 26.
Interno: Pero vas estar en pedo.
Saravia: Yo no, tengo información de que le quieren caer a (no dice el apellido) por todas estas denuncias que hacen.
Interno: ¿Que me das si yo te digo cuando viene la Melluzo (jueza de San Martín)?
Saravia: ¿Cuando viene? Ya vino Interno: Vino anoche. Yo sé todo lo que pasa.
Saravia: Me van a caer el 24.
Interno: No sé si el 24.
Tras un breve diálogo sobre la visita a la unidad de la jueza, el diálogo vira hacia el catering del penal.
Saravia: La comida que mandan es una mierda, me cansé de escribir. Se cagan de risa. ¿Sabés de quien es el catering de todos los presos?
Del cuñado del ministro de Justicia, del cuñado de Casal. Loco, mirá vos lo que hacen. Como haces para boquear que acá la comida es mala, si el cuñado es el dueño de todo el catering. ¿Algún juez puede boquear?
Durante la charla, Saravia deja entrever arreglos económicos con jueces favores políticos para que la situación actual de la comida que recibe el SPB no tome estado público.
Luego comienza a hablar de la situación de otro interno y arreglan para que al otro día pueda salir al SUM (Salón usos múltiples) y le piden otro beneficio con una chicana: "¿Cual es el único pabellón donde no te hacen sonar la escopeta y no tener problemas?"
Saravia no discute, anota el número de pabellón (N de R: Era el Nº 3 y las celdas beneficiadas fueron la N º 1 y N º 3). Luego se escucha el ruido del sello de goma y que el jefe firma. El acuerdo estaba sellado.