Argentina: Ministerio de Agricultura aprobó nueva soja transgénica. Se considera un "avance científico" Imprimir
Martes, 30 de Agosto de 2011 19:57

Insurrectasypunto / Kaos. Argentina

Es evidente que en estas cosas gobierno, empresas y oposición están muy de acuerdo. Mientras tanto, las malas hierbas resistentes al glifosato se encuentran asociadas con cultivos transgénicos.

 

En cultivos de soja transgénica en Argentina, nuevas malas hierbas, resistentes al glifosato, están reemplazando a las malas hierbas abituales. Asimismo, ya se han comenzado a anunciar herbicidas para controlar las malas hierbas esistentes al glifosato.

Los cultivos transgénicos resistentes al glufosinato no son muy comunes pero, si comienzan a serlo, las malas hierbas resistentes a este herbicida se convertirán, sin duda, en un problema con graves consecuencias económicas, como gastos adicionales en herbicidas para los agricultores, y medioambientales, debido a un aumento en la necesidad de utilizar herbicidas más potentes.

La expansión de la soja transgénica y el uso indiscriminado de agroquímicos arrasa con la agricultura familiar y diversificada. Se trasladan cientos de familias rurales hacia las zonas marginales de las ciudades por la pérdida de empleo y, después de casi dos décadas, empiezan a aparecer  distintas enfermedades que en muchos casos llevan a la muerte. Según una amplia gama de científicos independientes y organizaciones ambientalistas, la culpa es de un herbicida llamado glifosato.

Son muchas las ciudades del sistema sojero-dependiente que se desarrolla en nuestro país, que este año dejará como saldo unos 19 mil millones de dólares y un centenar de pueblos contaminados.
Los vecinos, rodeados por extensas plantaciones de soja y por las corporaciones del rubro –como Cargill, Nidera y Bayer–, sufren fumigaciones a metros de sus casas o frente a las escuelas, quedando expuestos a los efectos de los agroquímicos, pese a la existencia de ordenanzas y leyes que limitan la actividad pero que, como en tantos otros lugares del país, no se cumplen ni se hacen cumplir.
En zonas como Chacabuco desde hace cuatro años, cuando diferentes patologías –cáncer, abortos espontáneos y enfermedades neurológicas– comenzaron a multiplicarse en la ciudad. “Las enfermedades neurológicas son estrella en Chacabuco. Y en una misma cuadra hay tres o cuatro casos de cáncer”, denunció a Tiempo Argentino Santiago Muhape, integrante de la Agrupación Chacabuco Sustentable y colaborador de la campaña “Paren de Fumigar” del Grupo de Reflexión Rural.

Los 800 mil litros de agroquímicos con que se fumiga anualmente en Chacabuco no enfrentan los controles esperados por parte del Estado. Las máquinas aplicadoras de glifosato –llenas de ese material altamente tóxico– se lavan y circulan dentro de la ciudad como cualquier otro automóvil; los depósitos de agroquímicos están al lado de las viviendas de los vecinos; los envases vacíos de “Round-Up” –nombre comercial del glifosato– quedan tirados en los campos sin el tratamiento correspondiente; las fumigaciones se realizan frente a viviendas o colegios; y los vecinos dicen que los aviones que aplican agroquímicos “pasan por encima de nuestras casas”.

A continuación, la "buena noticia" noticia tal y como la daba un diario de la oligarquía financiera y de la oposición al gobierno K. 

Aprueban una nueva soja transgénica

Diario La Nación

Después de 15 años sin nuevos eventos transgénicos en soja, el Ministerio de Agricultura anunció ayer que están autorizadas en el país dos sojas Liberty Link (LL), resistentes al glufosinato de amonio, propiedad de la firma Bayer.

"Con esto nos ponemos a la par con Brasil y Estados Unidos en este tipo de eventos. Esta aprobación permite la liberación comercial, o no, según decida la firma. Lo importante es que estamos ofreciendo hoy dos nuevas sojas aprobadas que van a permitir una alternancia con respecto al único evento que teníamos", explicó el secretario de Agricultura, Lorenzo Basso, que hizo el anuncio en el marco del XIX Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).

Bayer aún no confirmó si comercializará las variedades aprobadas y cuándo lo hará. La empresa, como el resto de la industria semillera, está pendiente de que el Gobierno resuelva el viejo problema de la propiedad intelectual, vinculado con el cobro de regalías de la soja, para poner en circulación nuevos eventos. Las compañías reclaman el pago de un canon específico por el uso del gen.

Por otro lado, en caso de decidir comercializar el evento Liberty Link, Bayer también analiza combinarlo con otros eventos, para lograr una solución más eficiente para las malezas resistentes.

Mientras tanto, desde principios de año las compañías semilleras impulsan la firma de acuerdos privados con los productores que quieran acceder a las nuevas tecnologías, como la soja RR2 de Monsanto, ya disponible en Brasil.

"Si se ve una fuerte voluntad de los productores de suscribir los acuerdos privados para pagar regalías, los semilleros podrían avanzar en comercializar los nuevos eventos, aunque no haya una nueva ley", confió una alta fuente de la industria.

La mayoría de los productores que hasta ahora adhirió al sistema de pago de regalías proviene del Noroeste del país, donde la soja BT/RR2 puede mejorar la productividad del cultivo.

Ese esquema de pago, similar al que rige en Brasil y en Paraguay, despertó el rechazo de la Federación Agraria Argentina (FAA), que acusó a la empresa norteamericana de "prácticas monopólicas". El presidente de la entidad, Eduardo Buzzi, anunció en su momento la realización de marchas de protesta contra la firma semillera, que hasta ahora no se concretaron.

Competitividad

En el anuncio, Basso consideró que se debe dar impulso a la aprobación de otros eventos. "Hay muchas razones para hacerlo: la competitividad, la resistencia de algunas malezas al glifosato, la posibilidad de generar otras alternativas y el uso del glufosinato de amonio como un herbicida que permita superar en algunos casos las resistencias que estamos viendo", dijo Basso.

"Para nosotros es un hito muy importante", señaló Earle Gastaldi, director técnico de Bayer. Para el directivo, la aprobación de las sojas LL sirven para que el país esté a tono con las regulaciones vigentes en el resto de la región.

Por su parte, el presidente de la Asociación Semilleros Argentinos (ASA), Oscar Domingo, declaró: "Es una enorme satisfacción haber trabajado en promover una tecnología que permite a la Argentina cumplir con lo que el mundo espera que la Argentina haga: producir muchos alimentos". Según explicó Gastaldi, la tecnología de tolerancia de Glufosinato de Amonio en soja está disponible en Estados Unidos y Canadá, y en Brasil ya está registrada. Bayer presentó el expediente de aprobación en la Argentina en 1998.

El 98 por ciento de la soja, el primer cultivo del país y el principal generador de divisas por exportaciones, proviene de semillas genéticamente modificadas. Desde que la Argentina autorizó su utilización en 1996, el área sembrada con soja se triplicó. Al ser necesario utilizar una menor cantidad de herbicidas y aplicarlo con siembra directa, que evita arar la tierra, se redujeron notablemente los costos de producción para los agricultores..