Argentina. El 25 de mayo y la Iglesia Católica: Segunda Carta abierta a la Señora Presidenta de la Nación, Dra. Cristina Fernández Imprimir
Viernes, 25 de Mayo de 2012 15:34

Coalición Argentina por un Estado Laico

Coalición Argentina por un Estado Laico escribe una carta a la presidenta Kirchner

Sra. Cristina Fernández de Kirchner

Presidenta de la Nación Argentina

De nuestra mayor consideración:

Por medios periodísticos se ha informado que el próximo 25 de mayo, en ocasión de la conmemoración del aniversario número doscientos dos de la Revolución de Mayo, participará en su carácter de Jefa de Estado del Te Deum que se celebrará en la Catedral de Bariloche, Provincia de Río Negro. Creemos que existen contundentes razones para que considere no hacerlo, lo que representaría un hito muy trascendente en el largo camino hacia un Estado argentino verdaderamente laico, respetuoso de la libertad de conciencia de sus ciudadanas y ciudadanos.

En primer lugar, pedimos que no sea visto esto como una afrenta a sus más íntimas convicciones religiosas o elecciones de conciencia: simplemente creemos que en el contexto de la conmemoración del episodio emancipador que impulso el surgimiento de nuestra Nación, su presencia en la celebración de un credo particular en carácter de Jefa del Estado argentino, atentaría contra la libertad de conciencia de los millones de argentinos y argentinas que no profesan el culto católico apostólico romano, ya sea porque eligen otros cultos o porque deciden no profesar ninguno. Sobra decirlo, nada tenemos para decir sobre su participación en celebraciones religiosas a título personal.

Vale aclarar que los alcances del mandato del art. 2º de nuestra Constitución Nacional fueron debidamente aclarados por la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia y otros tribunales, así como por los estudios de destacados constitucionalistas; de ninguna manera surge que el jefe o la jefa de estado tenga obligación alguna de participar de estos actos, ni que tales celebraciones religiosas deban tener carácter público.

Por el contrario, el dar carácter público a actos religiosos de un credo o sistema de creencias específico solo amplía la situación de discriminación a otros sectores religiosos, como así también a no creyentes o a quienes adhieren a otros sistemas de creencias no encuadrados dentro del ámbito de las religiones. Todo esto resulta contrario a la libertad de culto consagrada en el art. 14 de nuestra Carta Magna, principio que más ampliamente debe ser entendido como libertad de conciencia, en concordancia con los Tratados de Derechos Humanos de rango constitucional.

Cabe destacar que aún cuando se permita la participación de ministros de algunos otros cultos, las personas no creyentes no se verían representadas en su carácter de ciudadanas y ciudadanos en este acto, al tiempo que quienes pertenecen a religiones diferentes a la católica continuarían siendo tratadas en inferioridad de condiciones. En este sentido, el carácter pretendidamente ecuménico de estos actos no hace más que encubrir la injusta situación vigente en lo relativo a la libertad de conciencia en nuestro país.

Más allá de este amplio marco de observaciones generales, que creemos deberían ser tenidos en cuenta para todos los actos públicos, no podemos dejar de considerar el contrasentido que representa la celebración de la Revolución de Mayo en el ámbito de la Iglesia Católica Apostólica Romana, habiendo sido precisamente esta institución —en acuerdo con la Corona Española— uno de los principales obstáculos a los movimientos revolucionarios de América.

Los Papas Pío VII y León XII condenaron la Revolución Americana en sendas bulas, en las que se referían a nuestros próceres como «langostas devastadoras de un tenebroso pozo», y se referían a los gobiernos que se estaban formando como «esas Juntas que se forman en la lobreguez de las tinieblas, de las cuales no dudamos en afirmar con San León Papa, que se concretan en ellas, como en una inmunda sentina, cuanto hay y ha habido de más sacrílego y blasfemo en todas las sectas heréticas».

Sin duda alguna, la perspectiva histórica hará que tanto el Estado Vaticano como el Reino de España saluden hoy en día la libertad de los pueblos americanos. Pero en cualquier caso, conmemorar en representación de todas y todos los argentinos aquellas jornadas históricas en el ámbito de la iglesia católica resulta casi tan contradictorio como lo sería hacerlo en la Embajada de España.

Entendemos que el peso de la tradición puede opacar a veces la percepción de una realidad en constante avance, pero confiamos en que la reflexión sincera la llevará a tomar la mejor decisión.

Esperamos que este sea un hito en el largo camino que debemos seguir para alcanzar un estado realmente laico.

Quedamos a su entera disposición y sin otro particular la saludamos muy atte.,

CAEL — Coalición Argentina por un Estado Laico, 24 de mayo de 2012.

Última actualización el Viernes, 25 de Mayo de 2012 15:57