La lección de Copenhague Imprimir
Jueves, 24 de Diciembre de 2009 02:32

El imperio con las llamas de sus guerras y el capitalismo con el incendio de su codicia pretenden sellar el trágico futuro de nuestro mundo.

Carlos Rivero Collado / Kaos en la Red

La criminal actitud de los gobiernos capitalistas en la Cumbre prueba que sólo la desaparición del capitalismo puede salvar la vida animal y vegetal sobre la superficie terrestre.

A cuatro días de la clausura de la Cumbre Sobre el Cambio Climático, en Copenhague, ya no queda nada por decir que no se haya dicho, por lo que sólo quiero hacer, ahora, un resumen de lo sucedido y una exposición, más o menos científica, de lo que es el calentamiento global.

1-. RESUMEN DEL FRACASO

A-. Para las potencias capitalistas --sobre todo para su vanguardia eternamente guerrera, el imperio yanqui-- el futuro de la vida en la Tierra es una cuestión secundaria que no debe preocuparnos tanto, a pesar de que es primera vez en más de 530 millones de años que está en peligro de desaparecer.

B-. Si se aceptara la declaración final de esta cumbre, el Protocolo de Kioto, el mayor acuerdo ecologista de la historia, dejaría de existir porque el límite de tiempo para comenzar a reducir la acción de los gases de invernadero ya está próximo a expirar y no hay interés por parte de tales potencias, que son las que producen el 90% de esos gases tan dañinos, en cumplir esa meta. Serían inútiles, además, laConvención Marco sobre Cambio Climático de Naciones Unidas y las 15 convenciones que siguieron a la Cumbre de Río. Copenhague nos situaría en el minuto cero de la lucha contra el calentamiento global.

C-. Tal declaración, basada en el supuesto pacto de cinco naciones, satisface los intereses de la gran industria capitalista porque, además, es sólo un documento de intención, no un acuerdo real, ya que no obliga a ningún pais a reducir los gases de invernadero. O sea el acuerdo es nulo, pues ni siquiera comienza a resolver la cuestion esencial: detener las causas que calientan, excesivamente, al planeta.

D-. Por suerte, la gran mayoría de los delgados de las 192 naciones denunciaron los acuerdos hechos tras bambalinas por un grupo reducido de naciones ricas con la complicidad de algunas potencias emergentes, sin tener en cuenta a la gran mayoría de la humanidad.

E-. El acuerdo que se logró con la participación de China, India, Brasil, Sudáfrica y Estados Unidos, y el consenso de otros 25 países, acepta que la temperatura del planeta no debe subir más de 2 grados centígrados, pero no llega a ningún acuerdo práctico para que el efecto de los gases de invernadero no la haga subir más allá de ese límite, por lo que tal acuerdo es nulo en el orden práctico. Ese acuerdo no hace mención de lo que se habia planteado en acuerdos anteriores de limitar el ascenso de la temperatura por debajo de 1.5 grados centígrados y no menciona la reducción de los gases de invernadero en un 80% para el año 2050, o sea que, en este sentido, los planteamientos de las pasadas cumbres quedan sin efecto. Eso, por supuesto, tiene que ser rechazado por la humanidad.

F-. El gobierno de China no actúo como socialista, sino como capitalista. La estructura económica de China está basada en lo que Deng Xiao Ping definió como “un país, dos sistemas”, o sea el socialismo y el capitalismo coexistiendo en un solo país. Esa supuesta armonía existe, sobre todo, en los Países Escandinavos, y en varias de las grandes potencias como Japón, Francia y Alemania, y nadie le llama a estos países socialistas. En la decisión de China en Copenhague, un sistema se impuso sobre el otro.

G-. Extractos de la Declaración del canciller Bruno Rodríguez Padilla:

a) Un aumento en la temperatura global de 2º centígrados es inaceptable y tendría consecuencias catastróficas incalculables, en particular para los pequeños Estados insulares. Significaría un grave impacto en numerosas especies de la biodiversidad.

b) El texto de este documento, para Cuba, es incompatible con el criterio científico reconocido, que considera urgente asegurar niveles de reducción de, al menos, el 45% de las emisiones para el año 2020, y no inferiores al 80% o 90% de reducción para el 2050.

c) Todo planteamiento acerca de la continuación de las negociaciones para adoptar, en el futuro, acuerdos de reducción de emisiones, debe incluir, inevitablemente, el concepto de la vigencia del Protocolo de Kyoto, y de que estos acuerdos serán parte de un segundo período de compromisos de dichos protocolos.

H-. Extractos de la Declaración de los Países del ALBA:

a) Un pequeñísimo grupo de países, coordinado y convocado por Dinamarca, ha estado desde hace varias semanas produciendo líneas para un acuerdo, que unilateralmente han denominado "partes interesadas", excluyendo a las grandes mayorías del mundo, estableciendo la existencia de países de primera y países de segunda.

b)El modelo de producción y consumo capitalista está llevando a un punto de no retorno la vida en el planeta, resulta un momento crucial de la historia humana y el debate en estos escenarios no puede estar reducido a los intereses económicos de un pequeño grupo.

c) La crisis ambiental resultante del incremento de las temperaturas en la atmósfera, es consecuencia del sistema capitalista, del prolongado e insostenible patrón de producción y de consumo de los países desarrollados, de la aplicación e imposición al resto del mundo de un modelo de desarrollo absolutamente depredador, y de la falta de voluntad política para el cumplimiento de los compromisos y obligaciones previstas en la Convención y el Protocolo de Kyoto.

d) Los países del anexo I han acumulado en gastos militares, en el año 2008, la suma de 1.123 trillones de dólares –medida inglesa-. Estados Unidos ha gastado 711 mil millones de dólares en el año 2008, según la solicitud de presupuesto para el año fiscal 2009, el cual incluye 170 mil millones de dólares para operaciones militares en curso en Irak y Afganistán. Por eso, el mundo sabe que tienen capacidades, lo que no tienen es voluntad política de responder a sus compromisos y obligaciones internacionales para la lucha contra el Cambio Climático. Pretenden utilizar y abusar de las necesidades de los más pobres para forzar acuerdos ilegales.

K-. El Justo Grito de la Cumbre: el que dio la delegada de Venezuela, Claudia Salerno, cuando exclamó, voz en cuello: ¡No hay que cambiar el clima, hay que cambiar el sistema!.

2-. ¿QUE ES EL CALENTAMIENTO GLOBAL?

Bueno, pero, en fin, ¿qué significa, en sí, todo esto del calentamiento global del que tanto se habla sin que muchos lo entiendan científicamente? Permítanme que les presente una síntesis de lo que sobre esto he escrito en otros artículos:

3-. LA FUENTE DE LA VIDA

La vida en este planeta depende del sol, o sea del calor o energía que recibimos de nuestra estrella. No es sólo la distancia a que estamos del sol lo que determina la vida, sino, sobre todo, lo que existe alrededor de nuestro planeta, o sea los gases de nuestra atmósfera, a los que llamamos de invernadero porque regulan el clima y lo mantienen en un promedio de 15ºC. Si estuviéramos a la misma distancia del sol pero no tuviésemos esta atmósfera, el clima sería de unos 20ºC menos y, por supuesto, no habría vida.

Son los gases de invernadero que existen en nuestra atmósfera los que controlan el clima porque regulan el calor que recibimos del sol, o sea el que debe quedarse y el que debe salir al espacio exterior para que el planeta no se congele ni se caliente mas. El grave problema se crea cuando se aumentan los gases que regulan esa entrada y salida del calor. El aumento desmedido de esos gases se debe no al proceso natural que ha existido siempre, sino a la actividad humana, sobre todo en los últimos dos siglos y medio, a partir de la Revolución Industrial, en que se comenzó a explotar los combustibles fósiles.

Hace más de mil millones de años, la atmósfera terrestre estaba compuesta, sobre todo, de bióxido –o dióxido-- de carbono, CO2, formado por moléculas que tienen dos átomos de oxígeno y uno de carbono. Enormes cantidades de este gas fueron absorbidas, lentamente, en un proceso que duró cientos de millones de años, por las plantas fotosintéticas y los animales marinos microscópicos que existían entonces, en una época en que grandes mares y pantanos cubrían lo que hoy es tierra firme.

Al morir esta flora y fauna original, ese bióxido de carbono acumulado en ellos sufrió ciertas alteraciones químicas y fue transformado en carbón, petróleo y gas natural, es por eso que les llamamos combustibles fósiles, los que, al ser quemados hoy, le devuelven a la atmósfera el bióxido de carbono que predominaba en ella cuando no era posible la vida animal sobre la superficie terrestre. La vida animal en la superficie sólida del planeta sólo fue posible cuando, hace más de seiscientos millones de años, las plantas terminaron de consumir casi todo aquel bióxido de carbono y lo convirtieron en oxígeno. Más del 90% de la energía que hoy se usa proviene de los combustibles fósiles.Los gases de invernadero representan sólo el 1% de todos los que forman nuestra atmósfera y es esa mínima proporción la que crea el clima, no el otro 99%, que está formado, en un 78% de nitrógeno y en un 21% de oxígeno, aunque la proporción de oxígeno en la corteza terrestre, que es adonde se produce la vida animal y vegetal, es de un poco más del doble, de un 46%.

La energía solar que llega a nuestro planeta es, como promedio, de unos 343 vatios, o unidades de calor, por metro cuadrado. Unos 168 vatios por metro cuadrado son consumidos por el planeta y unos 103 vatios por metro cuadrado regresan al espacio exterior. Los gases de invernadero atrapan, pues, en la actualidad, unos 72 vatios por metro cuadrado, que son relanzados a la superficie del planeta. Esto aumenta el calor y cada año que pasa será peor, porque, entonces, ya no serán 72 vatios por metro cuadrado, sino muchos más.

4-. EL ESCUDO PROTECTOR

El oxígeno libre que existe en la superficie terrestre es efecto de la fotosíntesis, en que la flora convierte el bióxido de carbono y el agua, en presencia de la luz solar, en oxígeno y carbohidratos, o sea azúcares, es decir alimento. Las moléculas de este gas tienen dos átomos de oxígeno, pero las moléculas del oxígeno de la alta atmósfera, al que llamamos ozono, consiste de tres átomos. El ozono es el gas que protege al planeta de los rayos ultravioletas del sol.

La capa de este oxígeno distinto al que nosotros respiramos, a la que llamamos capa de ozono, existe a una altura de entre 15 y 35 kilómetros sobre la superficie terrestre. Esta capa absorbe del 97 al 99% de los rayos ultravioletas del sol que son nocivos a la salud porque pueden producir cáncer y dañar ciertas funciones del código genético en plantas y animales, poniendo en grave peligro nuestras fuentes de alimento.

Sin la capa de ozono, que se formó, según se cree, hace más de 530 millones de años, no hubiera sido posible la vida vegetal ni animal en la superficie terrestre.

Los agentes químicos que provocan la desaparición de la capa de ozono, son el cloro y el bromo, creados por halógenos orgánicos como los clorofluorocarbonos, o CFC, y los bromofluorocarbonos; y, además, el óxido nítrico y el carboxil. Hay enormes huecos en la capa de ozono que abarcan decenas de millones de kilómetros cuadrados, en especial sobre la Antártida y varios países del hemisferio sur.

A pesar de esto, que ya está más que probado, el ser humano sigue produciendo artículos que dañan la capa de ozono, como los aerosoles, el freón y otros productos altamente nocivos.

5-. LA MUERTE DE LAS ESPECIES

Las especies están desapareciendo a un ritmo cinco mil veces más rápido que el normal. Un informe de Naciones Unidas plantea que para mediados del Siglo 21 sólo quedará el 5% de los bosques tropicales y, cuarenta años después, habrá desaparecido el 66% de los mamíferos, las aves y las plantas del mundo.

Al aumentar el calor, muchas zonas que hoy son húmedas se secarán, aunque no del todo, o sea aún tendrán vegetación. Habrá grandes incendios forestales en esas zonas, y, sobre todo, en las que nunca fueron húmedas, como California, por ejemplo, que es el Estado más rico y poblado de Estados Unidos, y de hecho en todo el centro de este país, de las Appalachias a las Rocallosas, en que están las tierras más fértiles. Se quemarán cientos de miles de kilómetros cuadrados, habrá que evacuar pueblos y ciudades, las pérdidas humanas y materiales serán gigantescas. En el norte de la Florida, que no es una zona tan húmeda como el sur del Estado, pero mucho menos seca que California, ha habido ya grandes incendios forestales debido al calor. El humo creado por estos macroincendios lanzan a la atmósfera cantidades enormes de bióxido de carbono, contribuyendo a un mayor aumento del calor.

A esto hay que añadir que, en muchos países, los incendios forestales son provocados por el ser humano con fines económicos, o sea extracción de madera, creación de campos agrícolas, fundación de pueblos y ciudades, etc. Todo esto, por supuesto, hará disminuir el oxígeno en la corteza terrestre, o sea se pone en peligro lo más importante de la vida, que no es el agua, sino el oxígeno, porque los seres humanos podemos vivir varios días sin agua, pero menos de tres minutos sin oxígeno.

Por otra parte, el calor excesivo irá destruyendo la agricultura, matando la ganadería y aumentando los desiertos. Al mismo tiempo en otras zonas del planeta la lluvia será mucho mayor. Se cree, además, que el excesivo calor influye en las precondiciones que generan los terremotos. Surgirán tormentas, huracanes catastróficos e inmensos tsunamis. Grandes zonas se inundarán, ríos y lagos crecerán como nunca antes, muchas personas morirán ahogadas ... eso no es mañana ni pasado, lo estamos viendo ya.

6-. LA DEBACLE

Al derretirse los polos y los glaciales por el aumento del calor, subirá el nivel del mar y de las aguas en general, y se anegarán islas, costas y ciudades. Las primeras víctimas serán los países tropicales, de los que sólo las zonas de lomas y montañas se salvarán ... de las inundaciones, no de algo que vendrá después y será mil veces peor, o sea el fin de la agricultura y la ganadería, el hambre total.

Varios países de las altas latitudes de ambos hemisferios, como el norte de Estados Unidos, Canadá, los Países Escandinavos, Rusia, y el sur de Australia, Chile y Argentina, serán beneficiados, sin embargo, por el aumento del calor. Los rusos podrán recoger mangos y los canadienses, mamoncillos, y ahorrar el combustible de la calefacción; pero será sólo por un breve tiempo, medio siglo tal vez, porque después estos países sufrirán, también, el exceso de calor y sus consecuencias. Lo peor de todo no serán los incendios ni los deshielos ni los huracanes ni los desiertos ... sino el hambre que causará la ausencia casi total de agricultura y ganadería, y las epidemias que ocasionarán las inundaciones.

Sin llegar aun a eso, hoy mismo, casi dos mil millones de seres humanos carecen de agua potable, ya que el 97.5% del agua del planeta es salada. Casi tres millones de personas mueren todos los años por tomar agua contaminada, casi todas en los países pobres, víctimas del dengue, la malaria, los parásitos intestinales y demás, o sea … una cada doce segundos.

A medida que se calienta la superficie del mar aumentan las probabilidades de que haya mucho más huracanes. Esos que se forman en el Atlántico tropical cercano a Africa y vienen hacia acá, como Mitch, Andrew, Katrina, Ike, Gustavo y tantos otros que han causado enorme destrucción y muerte, irán también al Atlántico sur, hacia Brazil, Uruguay y Argentina, adonde hoy no existe ese fenómeno. La temporada de huracanes abarcará el año entero. Tendrá que crearse otra escala distinta a la de Saffir-Simpson para medirlos porque los habrá mucho más destructivos que los de Categoría 5, la máxima de hoy.

7-. LA GUERRA DE LAS FRONTERAS

Al ser los países tropicales los más afectados por el calor, habría grandes emigraciones, que no serían, por supuesto, tan pacíficas como las de ahora. Miles de millones de hindúes, indochinos, indonesios, africanos, latinoamericanos y otros pueblos, se verían ante el cercano espectro del hambre y la muerte, y tendrían que buscar comida, o sea emigrar. Los gobiernos de los países que aún tendrían agricultura –el norte de Europa, Canadá, Siberia, etc.-- y otras fuentes de comida, protegerían sus fronteras. Vendría, por ello, la guerra de las fronteras, en la que habría millones de víctimas. En los propios países en los que aún no habría tanto calor y en los que todavía existirían grandes desniveles económicos si persiste el capitalismo, vendría la guerra social, mucho más terrible que la de Roma en tiempos de Espartaco, a la que se dio ese nombre.

Habría, también, grandes conflictos internacionales. Para ese entonces, a fines del Siglo 21 y principios del 22, más países tendrían bombas nucleares y, para defenderse, las usarían. Las guerras nucleares quizás pudieran evitarse mediante acuerdos de paz y desarme, porque nadie querría que los efectos de la radioactividad y del invierno nuclear acabasen con la vida en la Tierra; pero no se podría evitar la guerra que la naturaleza le haría al ser humano en justa respuesta a la que el ser humano le ha hecho a la naturaleza.

8-. EL SUICIDIO GENERAL

El problema más grave que confrontamos hoy es la mentalidad consumista que existe en los países capitalistas, sobre todo en los más ricos. Es ese carpe diem, como decían los antiguos griegos, o sea el pleno disfrute actual de la vida sin que importe el futuro, el que está destruyendo la vida en el planeta. Esa salvaje irresponsabilidad es típica de un sistema que lo explota todo hoy como si el futuro no existiera, condenando a muerte a nuestros descendientes, o sea cometiendo el crimen más grande de la historia.

En diciembre de 1997, los países del mundo, con excepción de Estados Unidos y unos pocos más, firmaron el Protocolo de Kioto. Se trata del mayor acuerdo ecológico que se ha hecho hasta ahora, porque compromete a los países a disminuir la emisión de los seis gases de invernadero que, siendo efecto en parte o en todo de la actividad humana, recalientan al planeta, o sea bióxido de carbono, metano, óxido nitroso, hidrofluorocarbono, perfluorocarbono y hexafluoruro de azufre.

No sólo el gobierno imperial de Estados Unidos se negó a firmar el Protocolo de Kioto sino que, desde el primer día, le declaró la guerra a ese gran esfuerzo por salvar la vida en este planeta, convirtiéndose en el asesino del futuro, en el peor enemigo que haya tenido la humanidad en toda su historia.

Al negarse Estados Unidos, país que emite el 37% de todo el exceso de bióxido de carbono que llega a la atmósfera y el 25% de los otros gases de invernadero, se levantaron voces poderosas en Japón, Alemania, Francia, China, Rusia, Inglaterra, Italia y Canadá, o sea las grandes potencias industriales, que le reclamaron a sus gobiernos el incumplimiento del Protocolo.

El problema es que si Estados Unidos no cumple el acuerdo porque frena su desarrollo económico, los otros paises desarrollados no van a querer que su producción, o sea su economía, decrezca. La culpa principal recae sobre el gobierno imperial de Estados Unidos, y son los países industrializados los que lanzan a la atmósfera el 90% de los gases de invernadero que causan el calentamiento global y el no muy lejano fin de la vida en la Tierra.

9-. EL CICLO ETERNO

Al desaparecer los países del trópico por el hambre y muchas otras desgracias, los que se hallan cercanos a los dos polos serían tropicales. Zunzunes alegres, casi invisibles, volarían sobre los huesos de enormes osos pálidos, pero no lo harían por mucho tiempo porque las aguas ligeras de lo que hoy es compacto hielo cubrirían todas las flores que ayer no lo eran.

Al final, y después del estruendo de huracanes gigantescos y diabólicos tornados, vendría la quietud sobre la faz de la Tierra y lo que hoy es todo, sería entonces nada. Un armagedón al revés porque en la batalla final ganarían las fuerzas del mal, no del bien. Un holocausto, no un apocalipsis, porque detrás del ruidoso fin no vendría el reino de los cielos, sino el del silencio.

Mas no sería el fin de todo en nuestro planeta porque la vida proseguiría en las aguas, como hace más 530 millones de años, y la inquieta geología seguiría su agitado curso. Las tierras sumergidas emergirían y las emergidas se sumergirían. Las grandes masas de tierra, en las que la humanidad se suicidaba, asesinando a las demás especies, se juntarían o se separarían. Vendrían grandes cambios de clima. La acumulación del oxígeno atmósferico permitiría la formación de la capa de ozono que bloquearía la radiación ultravioleta, permitiendo la colonización de la superficie terrestre. [

Un buen día, porque el planeta seguiría dando vueltas alrededor de sí mismo, uno de los peces que habitarían los mares de poco fondo afincaría sus agallas y se arrastraría un breve trecho sobre la tierra lodosa, aunque casi firme. Enardecido por su insólito paso, lo repetiría sin descanso hasta morir de cansancio. Otros lo imitarían y sus descendientes harían lo mismo por millones de años: las agallas se volverían patas y las branquias, bronquios. Después vendrían la salamandra, el diplosaurio, el terápsida, el lemur, el simio, el homínido … la bípeda Lucía diminuta, el Tales preciso, el Leonardo genial, el Newton calculador, el Marx analítico, el Lenin combativo, el Einstein notable y el tullido Hawking saltando sobre las estrellas y balbuceando sus hallazgos.

Todo lo que habría de desaparecer, reaparecería, y, quizás, la especie de la razón volvería a ser tan irracional como hoy, por lo que habría otro raudo fin de la vida y otra lenta evolución.

--Pero ¿es inevitable ese trágico ciclo? –se preguntarían algunos--.

--No lo es si desaparece el capitalismo y el ser humano sustituye la adoración a la riqueza por el amor a la cultura ☼