Nuevo orden financiero mundial, quien se suma ?......./ Propuesta del Imperio y sus parches / Magnífico e inigualable Imprimir
Martes, 30 de Marzo de 2010 22:35

Andrew Gavin Marshall / Cronistas contra el Imperio

...en medio de la crisis actual, la elite ha acelerado su programa para forjar un Nuevo Orden Mundial financiero. Es importante abordar el fondo de estas propuestas y "soluciones" impuestas, y los efectos que tendrán sobre el Sistema Monetario Internacional (SMI) y la economía política global en su conjunto.

Introducción

Siguiendo a la Cumbre del G20 de 2009, se anunciaron planes para implementar la creación de una moneda mundial que sustituya el rol del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial. El Punto 19 del comunicado del G20 al final de la Cumbre declaró, "Hemos acordado apoyar una asignación general de DEG, que le inyectará $250bn (£ 170bn) a la economía mundial y aumentará la liquidez global". Los DEG, o Derechos Especiales de Giro, son "una moneda de papel sintético emitida por el Fondo Monetario Internacional." Como informara el Telegraph, "los dirigentes del G20 han activado el poder del FMI de crear dinero y comenzar una "flexibilización cuantitativa" a nivel global. Al hacerlo, están colocando en juego una moneda mundial de facto. Queda fuera del control de cualquier órgano soberano. A los teóricos de conspiración les va a encantar."[1]

El artículo continúa señalando que "Ahora tenemos una moneda mundial en espera. Con el tiempo, los DEG probablemente evolucionarán en un lugar de aparcamiento para las tenencias extranjeras de los bancos centrales, liderados por el Banco Popular de China". Además, "La creación de un Consejo de Estabilidad Financiera, parece ser el primer paso hacia un regulador financiero mundial", o, en otras palabras, un banco central mundial.

Es importante tomar una mirada más detenida a esas "soluciones" propuestas y aplicadas en medio de la actual crisis financiera global. No se trata de nuevas propuestas, puesto que han estado en los planes de la élite mundial desde hace mucho tiempo. Sin embargo, en medio de la crisis actual, la elite ha acelerado su programa para forjar un Nuevo Orden Mundial financiero. Es importante abordar el fondo de estas propuestas y "soluciones" impuestas, y los efectos que tendrán sobre el Sistema Monetario Internacional (SMI) y la economía política global en su conjunto.

Un Nuevo Bretton-Woods


En octubre de 2008, Gordon Brown, Primer Ministro del Reino Unido, dijo que "debemos tener un nuevo Bretton Woods - construyendo una nueva arquitectura financiera internacional para los próximos años". Continuó diciendo que "ahora debemos reformar el sistema financiero internacional en torno a los principios acordados de transparencia, integridad, responsabilidad, buena administración y cooperación a través de las fronteras". Un artículo en el Telegraph informó que a Gordon Brown le gustaría "ver al FMI reformado para convertirse en un "banco central mundial" monitoreando de cerca la economía internacional y el sistema financiero. "[2]

El 17 de octubre de 2008, el primer ministro Gordon Brown escribió un editorial en el Washington Post donde señaló: "Esta semana, los líderes europeos se reunieron para proponer los principios guía que creemos deberían apuntalar este nuevo Bretton Woods: transparencia, banca saneada, responsabilidad, integridad y gobernanza global. Estamos de acuerdo en que las decisiones urgentes para implementar estos principios deben hacerse para erradicar los préstamos irresponsables y a menudo no revelados en el centro de nuestros problemas. Para ello, necesitamos la supervisión transfronteriza de las instituciones financieras; normas generales comunes para contabilidad y regulación, Un enfoque más responsable de remuneración de los ejecutivos que recompense al trabajo duro, el esfuerzo y el emprendimiento, pero no a la toma de riesgos irresponsables, y la renovación de nuestras instituciones internacionales para convertirlas en efectivos sistemas de alerta temprana para la economía mundial. [Énfasis Añadido] "[3]

A principios de octubre de 2008, se informó de que, "mientras los bancos centrales del mundo se reúnen esta semana en Washington DC en una conferencia del FMI y el Banco Mundial para discutir la crisis, la gran pregunta a la que se enfrentan es si es el momento de establecer un "policía" económico global para garantizar que la crisis de 2008 no pueda repetirse". Además, "cualquier organización con el poder de vigilar la economía global tendría que incluir a representantes de todos los países importantes - las Naciones Unidas de la regulación económica." Un ex gobernador del Banco de Inglaterra sugirió que "la respuesta ya podría estar mirándonos a la cara, en la forma del Banco de Pagos Internacionales (BIS)", sin embargo, "El problema es que no tiene dientes. El FMI tiende a suavizar sus advertencias sobre los problemas económicos de manera muy diplomática, pero el BIS es más independiente y tiene una posición mucho mejor para hacer frente a esto si se le da el poder de hacerlo. "[4]

La Aparición de Monedas Regionales


El 1 de enero de 1999, la Unión Europea estableció el euro como su moneda regional. El Euro ha aumentado en importancia durante los últimos años. Sin embargo, no será la única moneda regional en el mundo. Hay movidas y llamados para otras monedas regionales por todo el mundo.

En 2007, Foreign Affairs, la revista del Council on Foreign Relations, publicó un artículo titulado El Fin de la Moneda Nacional, en el que comenzó discutiendo la volatilidad de los mercados de divisas internacionales, y que muy pocas soluciones "reales" han sido propuestas para hacer frente a las sucesivas crisis cambiarias. El autor plantea la pregunta, "¿restableciendo la soberanía perdida a los gobiernos se pondrá fin a la inestabilidad financiera?" Él responde diciendo que, "Este es un diagnóstico erróneamente peligroso", y que, "El camino correcto no es volver a un pasado mítico de soberanía monetaria, con los gobiernos locales controlando las tasas de interés y de cambio en una feliz ignorancia del resto del mundo. Los gobiernos deben abandonar la idea fatal de que la nacionalidad les obliga a realizar y controlar el dinero utilizado en su territorio. Las monedas nacionales y los mercados globales, simplemente no se mezclan, juntos hacen una mezcla mortal de crisis de divisas y tensiones geopolíticas y crean pretextos listos para el proteccionismo perjudicial. Con el fin de globalizar la seguridad, los países deberían abandonar el nacionalismo monetario y abolir las monedas no deseadas, fuente de gran parte de la inestabilidad actual".

El autor explica que, "el nacionalismo monetario es simplemente incompatible con la globalización. Siempre lo ha sido, aunque esto sólo puso de manifiesto desde la década de 1970, cuando los gobiernos de todo el mundo dejaron a sus monedas intrínsecamente sin valor". El autor afirma que "Dado que el desarrollo económico al margen del proceso de la globalización ya no es posible, los países deberían abandonar el nacionalismo monetario. Los gobiernos deben sustituir a las monedas nacionales con el dólar o el euro o, en el caso de Asia, colaborar para generar una nueva moneda multinacional en un área comparativamente grande y económicamente diversificada". Esencialmente, según el autor, la solución está en las monedas regionales. [5]

En octubre de 2008, "el miembro del Banco Central Europeo, Ewald Nowotny, dijo al Council que se está desarrollando un sistema monetario mundial "tripolar" entre Asia, Europa y Estados Unidos, y que ve con escepticismo que la centralidad del dólar estadounidense pueda ser revivida." [6]

La Unión de Naciones Sudamericanas


La Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) se estableció el 23 de mayo de 2008, estando su sede en Ecuador, el Parlamento Sudamericano en Bolivia, y el Banco del Sur en Venezuela. Como informó la BBC, "Los líderes de 12 naciones de Sudamérica han conformado un organismo regional destinado a reforzar la integración económica y política en la región," y que "Los miembros de Unasur son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela." [7]

La semana siguiente del anuncio de la Unión, se informó de que "el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva dijo el lunes que las naciones sudamericanas buscarán una moneda común como parte de los esfuerzos de integración de la región tras la creación de la Unión de Naciones Suramericanas". Fue citado diciendo, "Estamos actuando de manera tal que, en el futuro, tengamos un banco central común y una moneda común." [8]

El Consejo de Cooperación del Golfo y una Moneda Regional


En 2005, el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), un bloque comercial regional entre Bahrein, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), anunció su objetivo de crear una moneda común para 2010. Se informó que, "Un CCG unido y económicamente eficiente es claramente una propuesta más interesante para las compañías más grandes que para cada economía individual, especialmente teniendo en cuenta los evidentes impedimentos al comercio dentro de la región. Por ello, las relaciones comerciales dentro del CCG han sido un foco principal de la tarde". Además, "la extensión natural de esta tendencia hacia una mayor integración es la introducción de una moneda común, a fin de facilitar aún más el comercio entre los diferentes países". Se anunció que, "los banqueros centrales de la región habían acordado llevar a cabo la unión monetaria de una manera similar a las normas utilizadas por Europa." [9]

En junio de 2008, se informó que "los banqueros centrales del Golfo Árabe acordaron crear el marco de un banco central común el próximo año en un importante paso adelante para la unión monetaria, pero señalaron que una nueva moneda común, no estaría en circulación por un acuerdo enfocado a 2010." [10] En 2002, se anunció que "los Estados del Golfo señalan estar buscando el asesoramiento del Banco Central Europeo respecto a su programa de unión monetaria". En febrero de 2008, Omán anunció que no se plegaría a la unión monetaria. En noviembre de 2008, se anunció que el "proyecto final de unión monetaria, señala que el banco central del Golfo será independiente de los gobiernos de los estados miembros." [11]

En marzo de 2009, se informó que "el CGC no debe apresurarse en la formación de una moneda única puesto que los Estados miembros necesitan trabajar en el marco para un banco central regional, señaló el Gobernador del Banco Central de Arabia Saudita, Muhammad Al Jasser". Jasser además fue citado diciendo que, "a la Unión Europea le tomó 45 años el juntarse en una moneda única. No debemos apresurarnos." En 2008, con la crisis financiera mundial, se plantearon nuevos problemas a la iniciativa del CCG, en tanto "La presión aumentó el año pasado para que los miembros del CCG abandonaran sus monedas fijas mientras la inflación se aceleró por encima del 10 por ciento en cinco de los seis países. Todos los Estados miembros, excepto Kuwait, vinculan sus monedas al dólar, y tienden a seguir a la Reserva Federal de Estados Unidos cuando establece las tasas de interés. "[12]

Una Unión Monetaria Asiática


En 1997, la Brookings Institution, un importante think thank estadounidense, debatió las posibilidades de una Unión Monetaria de Asia Oriental, señalando que, "la pregunta para el Siglo XXI es si se formarán bloques monetarios análogos en Asia Oriental (y, por esta razón, en el Hemisferio Occidental). Con el dólar, el yen y la moneda única europea flotando una contra otra, otras pequeñas economías abiertas tendrán la tentación de vincularse a una de las tres". Sin embargo, "la relación sólo será posible si va acompañada de cambios radicales en los acuerdos institucionales como los previstos por la Unión Europea. La difusión de la movilidad del capital y la democratización política harán que sea extremadamente difícil vincular las tasas de cambio de manera unilateral. La vinculación requerirá de la cooperación internacional, y la cooperación eficaz requiere medidas similares a la unificación monetaria. "[13]

En 2001, Asia Times Online escribió un artículo sobre un discurso pronunciado por el economista Robert A. Mundell en la Universidad Chulalongkorn de Bangkok, en el que afirmaba que "[E]l "ASEAN+3" (los 10 miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático más China, Japón y Corea) "deben mirar a la Unión Europea como un modelo para una integración más estrecha de la política monetaria, el comercio y, finalmente, integración monetaria". "[14]

El 6 de mayo de 2005, el sitio web de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), anunció que "China, Japón, Corea del Sur y los 10 miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) han acordado ampliar su red de acuerdos bilaterales de intercambio de monedas en lo que podría convertirse en un virtual Fondo Monetario Asiático", y que, "funcionarios de [f]inanzas de las 13 naciones, que se reunieron en el marco de la conferencia anual del Banco Asiático de Desarrollo (ADB) en Estambul, parecen decididos a convertir sus varios acuerdos bilaterales en algún tipo de acuerdo multilateral, aunque ninguno de los funcionarios directamente lo llamaría un Fondo Monetario Asiático." [15]

En agosto de 2005, el Banco de la Reserva Federal de San Francisco publicó un informe sobre las perspectivas de una Unión Monetaria de Asia Oriental, donde se dice que Asia Oriental cumple con los criterios para constituir una unión monetaria, sin embargo, señala que en comparación con la iniciativa europea, "La implicación es que lograr cualquier acuerdo monetario, como la moneda común, es mucho más difícil en el este de Asia". Además, establece que: "En Europa, una unión monetaria fue posible principalmente porque era parte de un proceso más amplio de integración política", Sin embargo, "no existe deseo aparente de integración política en el Asia oriental, en parte debido a las grandes diferencias entre los países en términos de sistemas políticos, cultura e historia compartida. Como resultado de su propia historia particular, los países de Asia oriental siguen siendo especialmente celosos de su soberanía".

Otro problema importante, ya planteado por la Fed de San Francisco, es que "los gobiernos de Asia Oriental parecen mucho más desconfiados de instituciones supranacionales fuertes", y así, "en Asia Oriental, los problemas de soberanía han dejado a los gobiernos reticentes a delegar autoridad significativa a organismos supranacionales, al menos hasta ahora". Explica que a diferencia de las medidas adoptadas para crear una unión monetaria en Europa, "no se han alcanzado grandes acuerdos de libre comercio entre los principales países de la región, Japón, Corea, Taiwán y China". Otro problema es que, "Asia oriental no parece tener un candidato obvio para una moneda de referencia interna para acuerdos de cooperación en las tasas de cambio. Las monedas de mayor éxito han comenzado sobre la base de monedas existentes, estableciendo la confianza en la convertibilidad, que une lo antiguo con lo nuevo".

El informe concluye que, "la estabilización del tipo de cambio y la integración monetaria son poco probables en el corto plazo. Sin embargo, Asia Oriental se está integrando a través del comercio, incluso sin poner énfasis en los acuerdos de liberalización del comercio formal", y que "hay indicios de mayor cooperación financiera en la región, incluyendo el desarrollo de acuerdos regionales para suministrar liquidez durante las crisis a través de intercambios exteriores bilaterales, debates regionales sobre supervisión económica y el desarrollo de mercados regionales de bonos". En última instancia, "Asia Oriental también podría recorrer el mismo camino [de Europa], primero con acuerdos para estabilizar las monedas sueltas, seguidos más tarde con un refuerzo de los acuerdos, y culminando en última instancia en la adopción de un anclaje común -y, después de eso, tal vez, un dólar de Asia Oriental." [16]

En 2007, se informó que, "Asia puede necesitar establecer su propio fondo monetario si trata de hacer frente a futuras crisis financiera similares a la que sacudió la región hace 10 años", y que "una mayor integración financiera de Asia es el mejor antídoto para futuras crisis financieras en Asia." [17]

En septiembre de 2007, la revista Forbes informó que, "es posible una unión monetaria de Asia oriental impulsada por Japón, pero la región carece de la voluntad política para hacerlo, dijo el Banco Asiático de Desarrollo". Pradumna Rana, economista del Banco Asiático de Desarrollo (ADB), dijo que, "parece factible establecer una unión monetaria en Asia oriental - en particular entre Indonesia, Japón, (Sur) Corea, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia," y que "el potencial económico de la integración monetaria en Asia es fuerte, a pesar de que los fundamentos políticos de dicho acuerdo todavía no están en su lugar". Además, "la integración real a nivel de comercio reforzaría la justificación económica de la unión monetaria en Asia, de manera similar que la integración del sector real lo hizo en Europa", y, en definitiva, "el camino hacia una unión monetaria asiática podría proceder de una base de diversos caminos y velocidad con una zona de libre comercio asiática no vinculante." [18] En abril de 2008, se informó que, "vicegobernadores de bancos y viceministros de hacienda del ASEAN se han reunido en la ciudad del centro de Vietnam, Da Nang, a discutir temas de integración financiera y monetaria y de cooperación en la región." [19]

Unión Monetaria Africana


Actualmente, África cuenta con varias iniciativas diferentes de unión monetaria, así como de algunas uniones monetarias ya existentes en el continente. Una de las iniciativas es el "proyecto de unión monetaria de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS)", que es un "grupo regional de 15 países de África Occidental." Entre los miembros se encuentran algunos que ya conforman una unión monetaria en la región, la Unión Económica y Monetaria del Oeste de África (WAEMU). La ECOWAS está formada por Benin, Burkina Faso, Costa de Marfil, Guinea, Guinea Bissau, Malí, Níger, Senegal, Sierra Leona, Togo, Cabo Verde, Liberia, Ghana, Gambia y Nigeria. [20]

La Unión Africana fue fundada en 2002, y es una organización intergubernamental compuesta por 53 Estados africanos. En 2003, la Brookings Institution, elaboró un documento respecto a la integración económica de África. En él, los autores partieron afirmando que, "África, como otras regiones del mundo, fija su mirada en la creación de una moneda común. Ya existen proyectos para uniones monetarias regionales, y el proceso de licitación para un eventual banco central africano está a punto de comenzar". Afirma que, "una moneda común ha sido también el objetivo de la Organización para la Unidad Africana y la Comunidad Económica Africana, las predecesoras de la UA", y, además, que "el Tratado de Abuja de 1991 constitutivo de la Comunidad Económica Africana destaca seis etapas para lograr una zona monetaria unificada para Africa que está programada para ser terminada aproximadamente en 2028. En las primeras etapas, la cooperación y la integración regionales en África se verían reforzadas, y esto podría incluir uniones monetarias regionales. La etapa final consiste en la creación del Banco Central de África (ACB) y la creación de una moneda africana única y de una Unión Económica y Monetaria Africana. "

En el documento se afirma además que el Banco Central de África (ACB) "no se creará hasta alrededor del 2020, [pero] el proceso de licitación para su ubicación es probable que comience pronto", sin embargo, "hay planes para la creación de diversas uniones monetarias regionales, que presumiblemente formarán los bloques de construcción para el banco central y la moneda única africana." [21]

En agosto de 2008, "Los gobernadores de los bancos centrales africanos se reunieron en el Kigali Serena Hotel para discutir cuestiones relativas a la creación de tres instituciones financieras de la Unión Africana (UA)", siguiendo "la resolución de la UA para conformar el Fondo Monetario Africano (AMF), el Banco Central de África (ACB) y el Banco Africano de Inversiones (AIB)". Los gobernadores de los bancos centrales "acordaron que una vez establecido, el ACB podría emitir y administrar la moneda única de África y la autoridad monetaria de la economía del continente por si solo. "[22]

El 2 de marzo de 2009, se informó que "La Unión Africana firmará un memorando de entendimiento de este mes con Nigeria para el establecimiento de un banco central continental," y que "La institución tendrá su sede en la capital de Nigeria, Abuja, dijo a los perdiodistas el Comisario de Asuntos Económicos de la Unión Africana, Maxwell Mkwezalamba". Además, "Como un paso intermedio para la creación del banco, el organismo panafricano creará un Instituto Monetario Africano en los próximos tres años, señaló en una reunión de economistas africanos en la ciudad", y fue citado diciendo: "Hemos acordado trabajar con la Asociación Africana de Gobernadores de Bancos Centrales para crear un comité técnico conjunto para examinar la preparación de una estrategia común. "[23]

La página web del Ministerio Keniano de Relaciones Exteriores informó que, "El Comisario de Asuntos Económicos de la Unión Africana, Dr. Maxwell Mkwezalamba, ha expresado su optimismo en la adopción de una moneda común para África", y que el tema principal debatido en la reunión de la Comisión de la UA en Kenya fue "Hacia la Creación de una Moneda Única Africana: Examen de la Creación de una Moneda Única Africana: Cuál enfoque óptimo debe adoptarse para acelerar la creación de la moneda continental única." [24]

La Union Monetaria Norteamericana y el Amero


En enero de 2008, escribí un artículo que documenta las movidas hacia la creación de una moneda norteamericana, probablemente bajo el nombre de Amero. [Ver: Andrew G. Marshall, Integración Monetaria Norteamericana: Aquí viene el Amero. Global Research: 20 de enero 2008] Aquí me referiré brevemente a la información presentada en ese artículo.

En 1999, el Fraser Institute, un importante y muy influyente think tank canadiense, publicó un informe escrito por el profesor de Economía y ex parlamentario, Herbert Grubel, llamado, El Caso del Amero: Economía y Política de una Unión Monetaria de América del Norte. Él escribió que "el plan para una Unión Monetaria de América del Norte presentado en este estudio está diseñado para incluir a Canadá, Estados Unidos, y México", y un "Banco Central de América del Norte, como el Banco Central Europeo, tendrá una constitución que lo haga responsable único del mantenimiento de la estabilidad de precios y no del pleno empleo". [25] Opinó que, "la soberanía no es infinitamente valiosa. El mérito de renunciar a algunos aspectos de la soberanía debe ser determinado por las ganancias generadas de un sacrificio de ese tipo", y que, "Es importante señalar que en la práctica, Canadá ha renunciado a su soberanía económica en muchas áreas, la más importante de ellas, su participación de la Organización Mundial del Comercio (antes GATT), el Tratado de Libre Comercio de América del Norte", así como del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial [26].

También en 1999, el C.D. Howe Institute, otro de los más prominentes think tanks de Canadá, elaboró un informe titulado, De Sellar una Unión Monetaria: Opciones para la Integración Monetaria de América del Norte. En este documento, estaba escrito que, "La manera más fácil de abordar la noción de un NAMU [Unidad Monetaria de América del Norte] es verla como el equivalente norteamericano de la Unión Monetaria Europea (UME) y, por extensión, del euro". [27] Además, declaró que el hecho de que "una NAMU podría significar el fin de la soberanía en la política monetaria canadiense es claro. Más obvio, es que ello significaría el abandono de las tasas de inflación hechas en Canadá en favor de tasas de inflación estadounidenses o de la NAMU. "[28]

En mayo de 2007, David Dodge, en ese entonces gobernador del Banco Central de Canadá, dijo que "América del Norte algún día podría adoptar una moneda única al estilo del euro", y que, "Algunos defensores de ella han bautizado la moneda única de América del Norte como "amero". "Respondiendo a preguntas tras su discurso, Dodge dijo que, "una moneda única es "posible"." [29]

En noviembre de 2007, uno de los multimillonarios más ricos de Canadá, Stephen Jarislowsky, también miembro de la junta directiva del C. D. Howe Institute, dijo a un comité parlamentario canadiense que, "Canadá debe sustituir su dólar por una moneda de América del Norte, o atada al dólar estadounidense para evitar los cambios que las tasas de interés del dólar canadiense han experimentado", y que, "creo que tenemos que pensar realmente en serio sobre el modelo de una moneda continental al igual que Europa." [30]

Al ex presidente mexicano Vicente Fox, cuando participó de Larry King Live en 2007, se le formuló una pregunta sobre la posibilidad de una moneda común para América Latina, a lo que respondió diciendo: "A largo plazo, a muy largo plazo. Lo que proponemos juntos, el Presidente Bush y yo mismo, es el ALCA, que es para todas las Américas. Y todo estaba funcionando con fluidez hasta que llegó Hugo Chávez. Él decidió aislarse. Decidió combatir la idea y destruirla". Larry King preguntó: "¿Quiere decir que va a ser como el euro con el dólar?" A lo que Fox respondió: "Bueno, eso sería a largo, muy largo plazo. Yo creo que el proceso está en marcha, el primer paso hacia allá sería un acuerdo de comercio. Y luego más adelante, una nueva visión, que estamos tratando de conseguir con el TLC." [31]

En enero de 2008, Herbert Grubel, el autor que acuñó el término "amero" para el informe del Fraser Institute, escribió un artículo para el Financial Post, en el cual recomienda la fijación del dólar canadiense con el dólar estadounidense a una tasa de cambio fija, pero que existen problemas inherentes en que la Reserva Federal estadounidense controle las tasas de interés de Canadá. Entonces escribió que, "no hay una solución a esta falta de credibilidad. En Europa, llegó a través de la creación del euro y el fin formal de la capacidad de los bancos centrales nacionales para fijar las tasas de interés. La creación del amero análogo no es posible sin la cooperación poco probable de Estados Unidos. Esto deja la cuestión de credibilidad a ser resuelta por la adopción unilateral de una caja de conversión, lo que garantizaría que los desequilibrios de pagos internacionales conduzcan automáticamente a cambios en la oferta de dinero de Canadá y las tasas de interés hasta que los desequilibrios terminen, todo, sin ninguna acción por parte del Banco de Canadá o influencia de los políticos. Sería conveniente crear al mismo tiempo una caja de conversión y un Nuevo Dólar Canadiense valorados a la par con el dólar estadounidense. Con la competitividad a largo plazo asegurada en US90 ¢ al dólar estadounidense."[32]

En enero de 2009, una publicación online del Wall Street Journal, llamada Market Watch, discutió la posibilidad de hiperinflación del dólar estadounidense, y luego declaró, en relación con la posibilidad de un amero, "A primera vista, aunque difícil de imaginar, tiene sentido intuitivo. La capacidad de combinar los recursos naturales de Canadá, con el ingenio y mano de obra barata de México permitiría a América del Norte competir mejor en un escenario global". La autora afirma además que "si posteriores intentos políticos para inducir una mayor deuda en lugar de permitir el ahorro y la obligación de ajustar, debemos considerar la posibilidad de un crash en el sistema. Puede que tengamos que dejar una doble tracción en las ganancias de divisas si el dólar cae significativamente desde los niveles actuales", y que, "Si esta dinámica se despliega - y no tengo idea de si lo hará - el equilibrio del poder mundial se fragmentaría en cuatro regiones principales: América del Norte, Europa, Asia y el Oriente Medio. En tal escenario, se manifestarían ramificaciones a través de la agitación social y los conflictos geopolíticos." [33]

Una Moneda Global


El Fénix

En 1988, The Economist publicó un artículo titulado, Prepárense para el Fénix, donde escribieron: "En treinta años a partir de ahora, los estadounidenses, japoneses, europeos, y la gente en muchos otros países ricos o relativamente pobres probablemente pagarán sus de transacciones con la misma moneda. Los precios no se cotizan en dólares, yenes o marcos alemanes, pero lo hacen en, digamos, Fénix. El Fénix es favorecidas por las empresas y los compradores, ya que será más conveniente que las monedas nacionales de hoy, que por entonces parecerán una pintoresca causa de la interrupción de la vida económica a finales del siglo XX".

El artículo afirmaba que, "La caída del mercado [de 1987] enseñó a [los gobiernos] que la pretensión política de cooperación puede ser peor que nada, y que mientras no sea posible la verdadera cooperación (es decir, hasta que los gobiernos entreguen parte de su soberanía económica) los nuevos intentos de atar las divisas fracasarán." Sorprendentemente el artículo afirma que, "Varias alteraciones en las tasas de cambio, unos pocos accidentes más en el mercado de valores y, probablemente, una caída o dos serán necesarias antes de que los políticos estén dispuestos a hacer frente a esa elección. Esto apunta a una confusa secuencia de emergencia seguida por medidas parche de emergencia, que se extenderían mucho más allá del 2018, a excepción de dos cosas. Con el paso del tiempo, los daños causados por la inestabilidad monetaria que se va a generar, y las mismas tendencias permitirán que se posicione la utopía de la unión monetaria como posible".

Además, el artículo se afirma que, "La zona fénix podría imponer serias restricciones a los gobiernos nacionales. No existirían cosas tales como, por ejemplo, una política monetaria nacional. El suministro de fénix sería fijado por un nuevo banco central, probablemente derivado del FMI. La tasa de inflación mundial - y, por tanto, dentro de márgenes estrechos, cada tasa de inflación nacional –estaría a su cargo. Cada país podría utilizar impuestos y gasto público para compensar las caídas temporales de la demanda, pero habría que pedir prestado en lugar de imprimir dinero para financiar su déficit presupuestario". El autor admite que, "Esto significa una gran pérdida de soberanía económica, pero las tendencias que hacen tan atractivo al fénix están tomando distancia de la soberanía, en cualquier caso. Incluso en un mundo con tasas de interés más o menos flotantes, los distintos gobiernos han visto cómo su independencia política es escrutada por un mundo exterior hostil."

El artículo concluye declarando que, "El fénix probablemente se gestará como un cóctel de monedas nacionales, así como los Derechos Especiales de Giro lo son hoy. Con el tiempo, sin embargo, su valor frente a las monedas nacionales dejará de importar, ya que la gente lo escogerá para comodidad y estabilidad de su poder adquisitivo". La última frase sentencia: "Escribirán sobre el fénix alrededor del 2018, y le darán la bienvenida cuando llegue." [34]

Recomendaciones para una Moneda Global

En 1998, el Boletín del FMI examinó un discurso pronunciado por James Tobin, destacado economista estadounidense, en el que sostenía que, "una sola moneda mundial podría ofrecer una alternativa viable a las variables tasas de interés". Afirmó además que "todavía existe una gran necesidad" por "prestamistas de última instancia."[35]

En 1999, el economista Judy Shelton se dirigió a la Comisión de Bancos y Servicios Financieros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. En su testimonio, declaró que "La continua expansión del libre comercio, la creciente integración de los mercados financieros y el advenimiento del comercio electrónico están todos trabajando para generar la necesidad de un patrón monetario internacional --- una unidad de cuenta global". Además, explicó que "las uniones monetarias regionales parecen ser el siguiente paso en la evolución hacia una especie de orden monetario mundial. Europa ya ha adoptado una moneda única. Asia puede organizarse en un bloque monetario regional para ofrecer protección de los ataques especulativos contra las monedas individuales de las naciones más débiles. Numerosos países de América Latina están considerando varios acuerdos monetarios para aislarse del contagio financiero y evitar las consecuencias económicas de la devaluación. Una cuestión importante es si este proceso de la evolución monetaria se dirige de forma inteligente o si simplemente será impulsado por los acontecimientos. En mi opinión, el liderazgo político puede desempeñar un papel decisivo en ayudar a construir un mundo más ordenado, un sistema monetario más racional que el actual con tasas de cambio libres para todos".

Dijo además que, "Como hemos visto en Europa, la secuencia de desarrollo es (1) construir un mercado común, y (2) establecer una moneda común. De hecho, hasta que no exista una moneda común, no tienen realmente un mercado común eficiente". Concluye afirmando: "Idealmente, cada nación debe estar dispuesta a convertir su moneda a una tasa fija en un activo de reserva universal. Mecanismos para crear algunas uniones monetarias mundiales basadas en una unidad de cuenta común. La ruta de acceso alternativa a un orden monetario estable, es forjar una moneda común, anclada en un activo de valor intrínseco. Mientras que el impulso actual para la dolarización debe fomentarse, en especial para México y Canadá, finalmente la estabilidad del orden monetario mundial no debe basarse en un solo país." [36]

Paul Volcker, ex Gobernador de la Reserva Federal, declaró en 2000, que, "Si queremos tener una economía verdaderamente global, una única moneda mundial tiene sentido". En un discurso pronunciado por un miembro del Consejo Ejecutivo de la Unión Europea del Banco Central, se señaló que Paul Volcker "podría tener razón, y que algún día podremos tener una sola moneda mundial. Tal vez la integración europea, de la misma manera que cualquier otra integración regional, podría ser vista como un paso hacia la situación ideal de un mundo totalmente integrado. Cómo y cuando este mundo verá la luz del día es imposible de decir. Sin embargo, lo que puedo decir es que esta visión que parece ahora imposible para la mayoría de nosotros, lo como una unión monetaria europea hace 50 años, cuando el proceso de integración europea estaba comenzando." [37]

En 2000, el FMI celebró una conferencia internacional y publicó un breve informe titulado Un Solo Mundo, Una Sola Moneda: ¿Destino o Ilusión?, en el que se afirma que, "mientras las percepciones crecen respecto a la segmentación del mundo en unos pocos bloques monetarios regionales, la extensión lógica de esa tendencia también surge como una posibilidad teórica: una única moneda mundial. Si en muchos países ven los beneficios de la integración monetaria, ¿no maximizaría estos beneficios una moneda mundial?"

Asimismo, señala cómo, "El bloque del dólar, ya respaldado por la fortaleza de la economía estadounidense, se ha ampliado aún más por la dolarización y los pactos regionales de libre comercio. El bloque del euro representa una unión económica destinada a convertirse en una plena unión política expandiéndose posiblemente hacia Europa Central y Oriental. Un bloque del yen podría surgir de las propuestas actuales de cooperación monetaria de Asia. Una unión monetaria puede emerger de los miembros del Mercosur en América Latina, ya existe una zona monetaria geográfica alrededor del rand de Sudáfrica, y una fusión de los dólares de Australia y Nueva Zelanda es un tópico constante en Oceanía."

El resumen que, "las mismas eficiencias comerciales, economías de escala, e imperativos físicos que condujeron a unirse en monedas regionales también existen presumiblemente en el siguiente nivel - la escala global." Además, se informó que "las economías más pequeñas y vulnerables del mundo -las que la comunidad internacional está tratando de ayudar agresivamente, tendrían más que ganar de la seguridad y la estabilidad que acompañarían a una única moneda mundial". [38] Tenga en cuenta que este documento fue elaborado por el FMI, así que cuando sus recomendaciones hablan de que esto "ayuda" a los países más pequeños y vulnerables del mundo, se deben considerar con un grano - o un cubo - de sal.

El economista Robert A. Mundell ha pedido desde hace tiempo una moneda mundial. En su sitio web, afirma que la creación de una moneda mundial es "un proyecto que debería restablecer la coherencia necesaria para el sistema monetario internacional, dotando al Fondo Monetario Internacional de una función que le ayudaría a promover la estabilidad, y ser un catalizador para la armonía internacional". Afirma que, "Los beneficios de una moneda mundial serían enormes. Los precios en todo el mundo se expresarían en la misma unidad y mantendrían la igualdad en diferentes partes del mundo en la medida en que a la ley del precio único se le permita trabajar por sí misma. Además de los aranceles y los controles, el comercio entre los países sería tan fácil como lo es entre los estados de los Estados Unidos." [39]

Nuevos Llamados por una Moneda Global


El 16 de marzo de 2009, Rusia sugirió que "la cumbre del G20 en Londres en abril debe comenzar a establecer un sistema para gestionar el proceso de globalización y considerar la posibilidad de crear una moneda de reserva supra-nacional o una "moneda de supra-reserva”." Rusia instó a "la creación de una moneda de reserva supra-nacional que sea emitida por instituciones financieras internacionales", y que, "parece oportuno reconsiderar el papel del FMI en ese proceso y también para determinar la posibilidad y necesidad de la adopción de medidas que permitan convertirse a los DEG (Derechos Especiales de Giro) en una super-moneda de reserva reconocida por la comunidad mundial." [40]

El 23 de marzo de 2009, se informó que el banco central de China, "propuso sustituir al dólar estadounidense como moneda de reserva internacional con un nuevo sistema mundial controlado por el Fondo Monetario Internacional." El objetivo sería que la moneda de reserva mundial se "desligue de los distintos países y sea capaz de permanecer estable en el largo plazo, eliminando así las deficiencias inherentes causadas por el uso de créditos basados en monedas nacionales". El economista jefe para China del HSBC afirmó que, "Esta es una clara señal de que China, como el mayor titular de los activos financieros en dólares estadounidenses, está preocupado por el riesgo inflacionario potencial del dinero impreso por la Reserva Federal estadounidense". El gobernador del Banco Popular de China, el banco central, "sugirió ampliar el papel de los Derechos Especiales de Giro, que fueron presentados por el FMI en 1969 para apoyar el régimen de cambio fijo de Bretton Woods, pero que perdieron relevancia una vez que terminara en la década de 1970". En la actualidad, "el valor de los DEG está basado en una cesta de cuatro monedas - el dólar estadounidense, el yen, el euro y la libra esterlina - y se utilizan en mayor medida como unidad de cuenta por el FMI y otras organizaciones internacionales."

Sin embargo, "la propuesta de China amplía la canasta de monedas que forman la base de valoración del DEG a todas las grandes economías y crearía un sistema de liquidación entre los DEG y otras monedas, para que pudieran ser utilizados en el comercio internacional y las transacciones financieras. Los países que confiarían una parte de sus reservas de DEG del FMI para la gestión colectiva en su nombre y los DEG reemplazarían progresivamente a las monedas de reserva existentes. "[41]

El 25 de marzo, cuando Timothy Geithner, secretario del Tesoro y ex presidente de la Reserva Federal de Nueva York, habló ante el Council on Foreign Relations, se le hizo una pregunta sobre su opinión respecto a la propuesta china para la moneda de reserva mundial, Geithner, respondió que, "No he leído la propuesta del gobernador. Es un notable - un muy amable, cuidadoso y distinguido banquero central. En general es acertado en cada asunto. Pero a mi entender su propuesta, es una propuesta dirigida a incrementar el uso de Derechos Especiales de Giro del FMI. Y en realidad estamos muy abiertos a esa propuesta. Pero usted debe considerar que es más bien una evolución, basándose en la arquitectura actual, que – más que - que movernos hacia la unión monetaria global [énfasis agregado]. "[42]

A finales de marzo, se informó de que, "Un panel de economistas de Naciones Unidas ha propuesto una nueva moneda de reserva global que se haría cargo del sistema basado en el dólar estadounidense utilizado durante décadas por los bancos internacionales", y que, "administrada de forma independiente, una moneda de reserva podría funcionar sin los conflictos planteados por el dólar estadounidenses y mantendría más estables los precios de los commodities."[43]

Un artículo reciente en el Economic Times indicó que, "El mundo aún no está listo para una moneda de reserva internacional, pero está listo para comenzar el proceso de cambios hacia esa moneda. De lo contrario, seguirán siendo muy vulnerables a la nación hegemónica", que es Estados Unidos. [44] Otro artículo del Economic Times comenzó proclamando que "el mundo ciertamente necesita una moneda internacional". Además, el artículo establecía que "Con una falta de disposición a aceptar dólares y la ausencia de una alternativa, el sistema de pagos internacionales puede pasmarse más allá del control de las principales autoridades monetarias llevando a la economía mundial hacia una Gran Depresión", y que "A fin de evitar una calamidad semejante, la comunidad internacional debe restablecer de inmediato la idea de la Cuenta Cambiaria debatida en 1971, en virtud del cual los titulares oficiales de dólares pueden depositar sus dólares no deseados en una cuenta especial en el FMI con los valores de los depósitos denominados en una moneda internacional como los DEG de el FMI."[45]

En medio de temores de una caida del dólar como resultado del creciente debate abierto sobre una nueva moneda global, se informó que "el papel del dólar como moneda de reserva no se verá amenazado por una expansión de nueve veces en la unidad de cuenta del Fondo Monetario Internacional, de acuerdo a UBS AG, ING Groep NV y Citigroup Inc.". Esto fue informado a raíz de la reciente reunión del G20, en la que, "los líderes del Grupo de los 20 dieron ayer su aprobación para que la agencia incrementara en 250 billones de dólares la emisión de derechos especiales de giro, o DEG, la moneda artificial que el FMI utiliza para ajustar cuentas entre sus países miembros. También se comprometieron a poner otros $ 500 billones de dólares en fondos para el arca de guerra del FMI."[46] En otras palabras, las grandes instituciones financieras mundiales llegaron a la retórica de rescatar al dólar, a fin de no precipitar una crisis desde su posición actual, de modo que puedan continuar con la formación de una moneda global silenciosamente.

Creando un Banco Central Mundial


En 1998, Jeffrey Garten escribió un artículo para el New York Times donde propone un "banco central mundial". Garten fue decano de la Escuela de Administración de Yale, ex subsecretario de Comercio para Comercio Internacional en la Administración Clinton, sirviendo previamente como miembro del Consejo de Política Económica Internacional de la Casa Blanca en la Administración Nixon y en el personal de ordenación política de los Secretarios de Estado Henry Kissinger y Cyrus Vance de las administraciones de Ford y Carter, ex Director Ejecutivo de Lehman Brothers, y miembro del Council on Foreign Relations. En su artículo escrito en 1998, afirmó que, "con el tiempo, Estados Unidos estableció instituciones centrales cruciales - la Comisión de Valores y Bolsa (1933), la Federal Deposit Insurance Corporation (1934) y, la más importante, la Reserva Federal (1913). Al hacerlo, Estados Unidos se convirtió en una economía administrada nacionalmente. Estas organizaciones fueron creadas para hacer que el capitalismo funcionara, para evitar los ciclos económicos destructivos y moderar la dura mano invisible de Adam Smith."

A continuación explicó que, "Esto es lo que ahora sucede a escala global. El mundo necesita una institución que tenga una mano en el timón económico, cuando los mares se vuelvan tormentosos. Se necesita un banco central global". Explica que, "simplemente tratar de coordinar a los bancos centrales poderosos del mundo - la Fed y el nuevo Banco Central Europeo, por ejemplo - no va a funcionar" y que "la colaboración efectiva entre los ministerios de finanzas y de tesorería también es improbable que se materialice. Estas agencias son responsables de legislaturas elegidas, y la política en los países industriales está más preocupada con los acontecimientos internos que con la estabilidad internacional".

A continuación, postula que: "Un banco central independiente con la responsabilidad de mantener la estabilidad financiera mundial es la única salida. Nadie más puede hacer lo que se necesita: inyectar más dinero en el sistema para estimular el crecimiento, reducir las deudas de los mercados emergentes que llegan al cielo, y supervisar las operaciones de las instituciones financieras inestables. Un banco central global podría proporcionar más dinero a la economía mundial cuando se está perdiendo rápidamente de vapor". Además, "Ese banco podría desempeñar un papel de supervisión de los bancos y otras instituciones financieras en todas partes, proporcionando algunos estándares uniformes para préstamos prudentes en lugares como China y México. [Sin embargo, l]a regulación no tiene por qué ser de mano dura". Garten continúa: "Hay dos maneras en que un banco central global podría ser financiado. Podría haber líneas de crédito de todos los bancos centrales, pasando a ellos en los malos tiempos y reembolsadas cuando los mercados se levanten. Alternativamente - y sin duda más difícil de llevar a cabo – es que podría ser financiado por una tarifa muy modesta en todo el comercio, recogidas en el punto de importación, o por un impuesto sobre determinadas transacciones financieras globales".

Curiosamente, Garten señala que, "Una cosa que no sería aceptable es que el banco estuviera a merced de legislaturas orientadas a corto plazo". En esencia, no es para rendir cuentas a los pueblos del mundo. Así, se hace la pregunta, "¿A quién debería rendir cuentas un banco central mundial? Sería demasiado poder para ser gobernado sólo por tecnócratas, aunque debe ser dirigido por el mejor de ellos. Una posibilidad sería la de vincular al nuevo banco con un Grupo de los Siete ampliado – quizás ''G''-15 [o, en el contexto actual, el G-20], que incluiría al G-7 junto a miembros no permanentes, como México, Brasil, Sudáfrica, Polonia, India, China y Corea del Sur". Afirma además que, "Debería existir una colaboración muy estrecha" entre el banco mundial y la Fed, y que, "El banco global no debería operar dentro de los Estados Unidos, y no sería capaz de anular las decisiones de nuestro banco central. Sin embargo, podría suministrar el ingrediente internacional faltante - la financiación de emergencia para los mercados emergentes hambrientos de efectivo. Ello no afectaría a las tasas hipotecarias estadounidenses, pero podría ayudar a la rentabilidad de las empresas multinacionales estadounidenses mediante la creación de un entorno más saludable para sus negocios globales." [47]

En septiembre de 2008, Jeffrey Garten escribió un artículo para el Financial Times donde declaró que: "Aunque las masivas operaciones de rescate financiero tuvieron éxito en Estados Unidos, deben ser seguidas por algo de más vasto alcance - el establecimiento de una Autoridad Monetaria Global para supervisar los mercados que se han vuelto sin fronteras". Hizo hincapié en la "necesidad de una nueva Autoridad Monetaria Global. Establecería el tono de los mercados de capitales de una manera que no se opongan visceralmente a una fuerte función de control público con reglas para intervenir, y que convertiría a la formación de capital en la meta del crecimiento económico y el desarrollo en lugar del comercio para beneficio propio".

Además, la "AMG sería una reaseguradora o tienda de descuento para determinadas obligaciones de los bancos centrales. Ejercería un control sobre las actividades de reglamentación de las autoridades nacionales con más dientes que el FMI y supervisaría la aplicación de un número limitado de regulaciones globales. Que seguirá de cerca los riesgos mundiales y establecerá un sistema efectivo de alerta temprana con mayor peso para sonar las alarmas del que tiene el BIS". Además, "las principales corporaciones financieras mundiales tendrían que registrarse en la AMG y estarían sujetas a su supervisión, o en una lista negra. Que incluye empresas comerciales y bancos, pero también fondos de riqueza soberana, gigantescos hedge funds y firmas de capital privado". Recomienda que su consejo de administración "incluya no sólo a los bancos centrales de Estados Unidos, Reino Unido, la eurozona y Japón, sino también China, Arabia Saudí y Brasil. Sería financiada por las contribuciones obligatorias de todos los países pudientes y de las primas de seguros de empresas financieras de escala global – que cotizan en bolsa, de propiedad del gobierno, y propiedad privada por igual. "[48]

En octubre de 2008, se informó de que John Mack, consejero delegado de Morgan Stanley, afirmó que "es posible que prosiga la coordinación internacional para desbloquear totalmente a los mercados de crédito y resolver la crisis financiera, incluso mediante la formación de un nuevo organismo global para supervisar el proceso." [49]

A finales de octubre de 2008, Jeffrey Garten escribió un artículo para la revista Newsweek en el que afirmó que, "los líderes deben comenzar a sentar las bases para el establecimiento de un banco central global". Explicó que, "Hubo un tiempo en que la Reserva Federal de los Estados Unidos desempeñó este papel [de autoridad gobernadora financiera mundial], como principal institución financiera de la economía más poderosa del mundo, supervisando una moneda global. Pero con el crecimiento de los mercados de capitales, el nacimiento de monedas como el euro y la aparición de actores poderosos, como China, el traslado de la riqueza a Asia y el Golfo Pérsico y, por supuesto, los profundos problemas en la economía norteamericana, la Reserva Federal ya no tiene la capacidad de conducir sola."

Él explica los criterios y las operaciones de un banco central mundial, señalando que, "podría ser el regulador principal de las grandes instituciones financieras mundiales, como Citigroup o el Deutsche Bank, cuyas actividades desbordan fronteras", así como también "actuar como un tribunal de quiebras cuando los grandes bancos globales que operan en varios países necesiten ser reestructurados. No sólo puede supervisar los grandes bancos comerciales, tales como Mitsubishi UFJ, sino también el sistema financiero "alternativo" que se ha ido desarrollado en los últimos años en torno a los hedge funds, los fondos de capital privado y fondos de riqueza soberana, todos los cuales hoy no se encuentran reglamentados". Además, "podría tener influencia sobre las tasas de cambio claves, y podría dar lugar a una nueva conferencia monetaria para realinear al dólar y al yuan, por ejemplo, para una de sus primeras misiones que sería la de hacer frente a los grandes desequilibrios financieros que se ciernen como una estaca sobre la economía mundial".

Asimismo postula que "un banco central global no eliminaría la necesidad de que la Reserva Federal y otros bancos centrales nacionales, todavía tengan la responsabilidad de primera línea para políticas de regulación y estabilidad monetaria en sus respectivos países. Pero tendría gran influencia sobre ellos a la hora de aplicar políticas que sean compatibles con el crecimiento mundial y la estabilidad financiera. Por ejemplo, trabajaría con los países clave para coordinar mejor los programas de estímulo nacional cuando el mundo entre en recesión, como está sucediendo ahora, de manera que el impacto acumulativo de los diversos esfuerzos nacionales no se rebase de forma tan dramática que plante las semillas de una crisis de inflación global. Esta es una gran amenaza en tanto el gasto del gobierno se está sobrepasando en todas partes."[50]

En enero de 2009, se informó de que, "una clara solución para evitar una repetición de los problemas sería el establecimiento de un" banco central mundial"- con el FMI y el Banco Mundial siendo incapaces de impedir la crisis financiera." El Dr. William Overholt, investigador de la Escuela Kennedy de Harvard, anteriormente con el Rand Institute, pronunció un discurso en Dubai, donde señaló que, "Para evitar otra crisis, necesitamos la capacidad de gestionar la liquidez mundial. En teoría, ello podría lograrse a través de una especie de banco central global, o a través de la creación de una moneda global, o a través de la aceptación global de un conjunto de reglas con sanciones y un mecanismo de solución de controversias." [51]

Guillermo Calvo, profesor de Economía, Asuntos Internacionales y Públicos de la Columbia University escribió un artículo para VOX a finales de marzo de 2009. Calvo es el ex economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo, y actualmente es investigador asociado en el National Bureau of Economic Research (NBER) y Presidente de la Asociación Económica Internacional y ex Asesor Senior en el Departamento de Investigación del FMI.

Él escribió que, "la disponibilidad de crédito no queda garantizada por la regulación financiera más estricta. De hecho, puede ser contraproducente si no va acompañada por el establecimiento de un prestamista de última instancia (PUI), que suaviza radicalmente la gravedad de la crisis financiera ofreciendo líneas de crédito a tiempo. Con ese objetivo en mente, el Siglo XX vio la creación de los bancos centrales nacionales o regionales a cargo de un subconjunto de mercados de capitales. Ahora se ha puesto de manifiesto que el reino de los bancos centrales existentes es muy limitado y el mundo no tiene ninguna institución que cumpla el papel global necesario. El FMI se está moviendo en esa dirección, pero todavía es demasiado pequeño y demasiado limitado para hacerlo adecuadamente".

Defiende que "la primera propuesta que me gustaría hacer es que el tema de la regulación financiera deba ser discutida junto con la cuestión de un prestamista mundial de último recurso." Además, propone que, "las instituciones financieras internacionales deben ser dotadas rápidamente de mucho más poder de fuego para ayudar a las economías emergentes durante el período de desapalancamiento. "[52]

Un "Nuevo Orden Mundial" en los Bancos


En marzo de 2008, tras el colapso de Bear Stearns, Reuters informó sobre un documento publicado por la firma de investigación CreditSights, donde señalaba que "Las empresas financieras se enfrentan a un "nuevo orden mundial", y que, "la consolidaciones y adquisiciones en la industria pueden seguir tras JPMorgan Chase & Co." Además, "En el caso de futuras consolidaciones, potenciales compradores identificados por CreditSights incluyen a JPMorganChase, Wells Fargo, US Bancorp, Goldman Sachs y Bank of America."[53]

En junio de 2008, antes de que fuera el Secretario del Tesoro en la Administración Obama, Timothy Geithner, como jefe de la Reserva Federal de Nueva York, escribió un artículo para el Financial Times tras asistir a la conferencia Bilderberg de 2008, donde señaló que "bancos y bancos de inversión cuya salud es crucial para el sistema financiero mundial deberían funcionar bajo un marco regulador unificado", y dijo que "la Reserva Federal de Estados Unidos debe desempeñar un "papel central" en el nuevo marco regulador, en estrecha colaboración con los supervisores en Estados Unidos y alrededor del mundo." [54]

En noviembre de 2008, The National, un prominente periódico de los Emiratos Arabes Unidos, informó que el barón David de Rothschild acompañó el Primer Ministro Gordon Brown en una visita a Oriente Medio, aunque no como "parte del equipo oficial" que acompaña a Brown. Tras una entrevista con el barón, se informó que, "Rothschild comparte la visión de la mayoría de las personas respecto a que tendremos un nuevo orden mundial. En su opinión, los bancos serán los impulsores y aparecerá una nueva forma de gobernanza global."[55]

En febrero de 2009, el Times Online informó que un "nuevo orden mundial en el sector bancario [es] necesario" y que "Cada vez es más evidente que el mundo necesita un nuevo sistema bancario, y que no deba tener mucha semejanza con el que ha fracasado tan estrepitosamente." [56] Pero, por supuesto, los que están dando forma a este nuevo sistema bancario son los capitanes del sistema bancario anterior. Las soluciones que le seguirán son simplemente extensiones del sistema actual, que sólo fueron aceleradas por las necesidades que plantea la presente crisis.

Un Emergente Gobierno Global


Un reciente artículo del Financial Post afirmó que, "El peligro en el curso actual es que si el mundo se mueve hacia una moneda de reserva "supra-soberana" diseñada por expertos, como los de la "Comisión de Expertos de Naciones Unidas", dirigido por el economista ganador del premio Nobel, Joseph Stiglitz, nos daría la posibilidad de un giro espontáneo y de armonía financiera para un orden de planificación centralizada y de politización del dinero. Este cambio de régimen podría poner en peligro no sólo el futuro valor del dinero, sino, más importante aún, nuestra libertad y prosperidad."[57]

Además, "Una característica incómoda del nuevo orden mundial es que podría muy bien resultar en que las brechas de los ingresos mundiales se amplíen debido a las potencias emergentes, como China, India y Brasil, observarán a los de más abajo de la escalera como rivales potenciales." El autor afirma también que, "El nuevo orden mundial no tiene por qué ser necesariamente mejor que el antiguo", y que, "Lo que es cierto, sin embargo, es que los asuntos mundiales van a ser considerablemente diferentes de ahora en adelante". [58]

En abril de 2009, Robert Zoellick, Presidente del Banco Mundial, dijo que, "Si los líderes son serios respecto a la creación de nuevas responsabilidades o gobernanza global, deberán empezar por modernizar el multilateralismo para potenciar a la OMC, al FMI y al Grupo del Banco Mundial para monitorear las políticas nacionales." [59]

David Rothkopf, académico de la Carnegie Endowment for International Peace, ex Subsecretario de Comercio para Comercio Internacional en la Administración Clinton, ex director general de Kissinger & Associates, y miembro del Council on Foreign Relations, escribió recientemente un libro titulado, Superclase: La Élite del Poder Global y el Mundo que Están Cosntruyendo, de la que sin duda forma parte. Al discutir el papel y agenda de la "superclase" global, afirma que, "En un mundo de movimientos globales y amenazas que no presentan sus pasaportes en las fronteras nacionales, ya no es posible que un Estado-nación cumpla con su parte del contrato social por si solo." [60]

Él escribe que, "incluso las organizaciones y alianzas internacionales que tenemos hoy, con las fallas que presentan, hubieran parecido imposibles hasta hace poco, en particular el éxito de la Unión Europea - un Estado unitario democrático del tamaño de la India. La evolución y los logros de estas entidades contra todos los pronósticos sugieren que no son casos aislados, sino una tendencia general en el sentido de lo que Tennyson llamaba "El Parlamento del Hombre", o "ley universal"." Afirma que es "optimista de que el progreso seguirá al alcance", pero será difícil, ya que "socava muchas de las estructuras nacionales y locales de poder, y conceptos culturales que están en los cimientos más profundos de la civilización humana, a saber, la noción de soberanía."[61]

También escribió que "los mecanismos de gobernanza mundial son más alcanzables en el entorno actual", y que estos mecanismos "son a menudo creativos con soluciones temporales a los problemas urgentes que no pueden esperar a que el mundo acepte una mayor y más controvertida idea como la de un verdadero gobierno mundial". [62]

En diciembre de 2008, el Financial Times publicó un artículo titulado, "Y Ahora Vamos por el Gobierno Mundial", en el que el autor, ex asistente de Bilderberg, Gideon Rachman, escribió que, "por primera vez en mi vida, creo que la formación de una especie de gobierno mundial es posible", y que, "Un "gobierno mundial" implica mucho más que la cooperación entre las naciones. Sería una entidad con características similares a las de un Estado, con el respaldo de un cuerpo de leyes. La Unión Europea ya ha establecido un gobierno continental sobre 27 países, lo que podría servir como modelo. La UE tiene un tribunal supremo, moneda, miles de páginas de leyes, un gran servicio civil y la capacidad de desplegar la fuerza militar".

A continuación, se pregunta si el modelo europeo podría "volverse global", y afirma que existen tres razones para pensar que podría ser el caso. En primer lugar, afirma, "cada vez está más claro que las problemas más difíciles que enfrentan los gobiernos nacionales son de carácter internacional: tenemos calentamiento global, una crisis financiera mundial y una "guerra global contra el terror"." En segundo lugar, afirma que, "se podría hacer", en gran parte como resultado de la revolución en el transporte y las comunicaciones que han "achicado el mundo". En tercer lugar, esto será posible gracias a un despertar "en la atmósfera política", puesto que "La crisis financiera y el cambio climático están impulsando a los gobiernos nacionales hacia soluciones globales, incluso en países como China y Estados Unidos que tradicionalmente son feroces guardianes de la soberanía nacional".

Citó a un asesor del Presidente francés Nicolas Sarkozy al decir que "Gobernanza global es sólo un eufemismo para el gobierno global", y que el "núcleo de la crisis financiera internacional es el poseer mercados financieros globales y no tener un Estado de Derecho global". Sin embargo, Rachman establece que cualquier impulso hacia un gobierno mundial "será un proceso doloroso y lento". A continuación, señala que un problema clave en este impulso se explica con un ejemplo de la UE, que "ha sufrido una serie de humillantes derrotas en los referendos, cuando los planes de una “unión cada vez más estrecha" se han manifestado a los votantes. En general, la Unión ha avanzado más rápido cuando se trata acuerdos de largo alcance establecidos por tecnócratas y políticos - y luego pasados sin ninguna referencia directa a los votantes. La gobernanza internacional tiende a ser eficaz, sólo cuando es antidemocrática.” [Énfasis Añadido][63]

En noviembre de 2008, el Consejo Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos (NIC), el "centro de pensamiento estratégico para mediano y largo plazo" de la comunidad de inteligencia norteamericana, publicó un informe que elaboró en colaboración con numerosos think tanks, empresas consultoras, instituciones académicas y cientos de otros expertos, entre ellos el Consejo Atlántico de Estados Unidos, el Wilson Center, RAND Corporation, la Brookings Institution, American Enterprise Institute, Texas A & M University, el Council on Foreign Relations y la Chatham House de Londres.

El informe, titulado Tendencias Globales 2025: Un Mundo Transformado, se esbozan las tendencias políticas y económicas globales que el mundo podría estar pasando en el año 2025. En términos de la crisis financiera, señala que la solución de esta "requerirá esfuerzos a largo plazo para establecer un nuevo sistema internacional."." [65] Sugiere que el “Modelo Chino" para el desarrollo se hace cada vez más atractivo, puede presentarse una "disminución de la democratización" de las economías emergentes, regímenes autoritarios, y "democracias débiles frustradas por años de bajos resultados económicos." Además, el dólar dejará de ser la moneda de reserva mundial, ya que probablemente se realizará "una movida para alejarse del dólar." [66]

Afirma que el dólar se convertirá en “una de las primeras entre varias de una canasta de divisas en 2025. Esto podría ocurrir repentinamente, a raíz de una crisis, o de manera gradual con el reequilibrio mundial". [67] El informe analiza en detalle la construcción de un nuevo sistema internacional, señalando que," En 2025, los estados-nación ya no será el único -- y muchas veces no la más importante - los actores en la escena mundial y el "sistema internacional" se han transformado para dar cabida a la nueva realidad. Pero la transformación será incompleta y desigual." Además, sería "poco probable un enfoque general, amplio y unitario hacia la gobernanza mundial. Las tendencias actuales sugieren que la gobernanza mundial en el año 2025 será un mosaico de superposición, a menudo ad hoc, de esfuerzos fragmentados, con coaliciones cambiantes entre los países miembros, organizaciones internacionales, movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales, fundaciones filantrópicas y empresas." Asimismo, señala que "La mayoría de los acuciantes problemas transnacionales - incluido el cambio climático, la regulación de la mundialización de los mercados financieros, la migración, los estados fallidos, redes de delincuencia, etc - es poco probable que sean resueltos de manera eficaz por las acciones de cada uno de los estados-nacionales. La necesidad de una gobernanza mundial efectiva aumentará más rápidamente antes que los mecanismos existentes puedan responder." [68]

El informe analiza el tema del regionalismo, afirmando que, "una mayor integración de Asia, si se produce, podría llenar el vacío dejado por el debilitamiento multilateral basado en el orden internacional pero también podría socavar aún más ese orden. A raíz de la crisis financiera asiática de 1997, una notable serie de iniciativas pan-asiáticas - siendo el más significativa el ASEAN+3 - comenzaron a echar raíces. Aunque algunos sostienen que la contraparte de Unión Europea en Asia sería un resultado esperable, incluso en 2025, si se toma a 1997 como punto de partida, podría decirse que Asia ha evolucionado más rápidamente en la última década que lo que la integración europea hizo en su primera década". Además, establece que "las movidas en los próximos 15 años hacia una canasta de monedas asiáticas - si es que no una unidad monetaria asiática como tercera reserva- es más que una posibilidad teórica".

Se explica que "el regionalismo de Asia tendrá implicaciones globales, posiblemente sacando chispas o reforzando una tendencia hacia tres grupos comerciales y financieros que podrían convertirse en cuasi-bloques (América del Norte, Europa y Asia Oriental)." Estos bloques "tendrían repercusiones en la capacidad mundial para lograr acuerdos de la Organización Mundial del Comercio en el futuro y las agrupaciones regionales podrían competir en el establecimiento de normas trans-regionales de productos de informática, biotecnología, nanotecnología, derechos de propiedad intelectual, y otros productos de la "nueva economía”. " [69]

De gran importancia para en esa dirección, y reflejando presunciones similares a las realizadas por Rachman en su artículo abogando por un gobierno mundial, es el tema de la democratización, al señalar que "es probable que los avances sean lentos y muchos países globalizados recientemente democratizados serán susceptibles de ver aumentar sus presiones sociales y económicas que podrían socavar las instituciones liberales." Esto se debe en mayor medida a que "el mejor desempeño económico de muchos gobiernos autoritarios podría sembrar dudas entre algunos acerca de la democracia como mejor forma de gobierno. Las encuestas consultadas indicaron que muchos asiáticos orientales poner mayor énfasis en la buena gestión, incluido el aumento de los niveles de vida, más que en la democracia". Además, "incluso en muchas democracias bien establecidas, las encuestas muestran una frustración creciente con el funcionamiento actual de un gobierno democrático y el cuestionamiento entre las elites sobre la capacidad de los gobiernos democráticos para tomar las acciones audaces necesarias para hacer frente rápida y eficazmente con el creciente número de retos transnacionales." [70]

Conclusión


En última instancia, lo que esto implica es que el futuro de la economía política mundial es uno de movimientos cada vez mayores hacia un sistema de gobernanza global, o un gobierno mundial, con un banco central mundial y moneda global, y que, al mismo tiempo, estos acontecimientos probablemente se materialicen en el semblante y como resultado de una decadencia de la democracia en todo el mundo, y en consecuencia, el ascenso del autoritarismo. Lo que estamos presenciando es la creación de un Nuevo Orden Mundial, constituido por una estructura totalitaria de gobierno global.

De hecho, el concepto mismo de una moneda global y un banco central global es autoritario en su propia naturaleza, ya que remueve cualquier vestigio de supervisión y rendición de cuentas frente a los pueblos del mundo, hacia un pequeño grupo, cada vez más interconectado de élites internacionales.

Como Carroll Quigley explicó en su monumental libro, Tragedy and Hope, "[L]os poderes del capitalismo financiero tienen otro objetivo de largo alcance, nada menos que crear un sistema mundial de control financiero en manos privadas capaz de dominar el sistema político de cada país y economía del mundo en su conjunto. Este sistema debía ser manejado de manera feudal por los bancos centrales del mundo actuando concertadamente, a través de acuerdos secretos en reuniones frecuentes y conferencias secretas. El ápice del sistema tendría que ser el Banco de Pagos Internacionales en Basilea, Suiza, un banco de propiedad privada y controlado por los bancos centrales del mundo que eran en si mismos empresas privadas"[71]

De hecho, las "soluciones" a las crisis financieras mundiales propuestas actualmente sólo benefician a aquellos que causaron la crisis por sobre los que más sufren como consecuencia de la crisis: la desaparición de las clases medias, los desposeídos del mundo, los pobres, las personas endeudadas. Las soluciones propuestas a esta crisis representan las manifestaciones y la actualización de los objetivos generacionales finales de la elite global, y por lo tanto, representan las condiciones menos favorables para la gran mayoría de la población mundial.

Es imperativo que los pueblos del mundo vuelquen todo su peso en contra de estas "soluciones" e inicien una nueva era del orden mundial, un Orden Mundial de los Pueblos; con la solución yaciendo en la gobernanza local y las economías locales, para que la gente adquiera roles más importantes a la hora de determinar el futuro y la estructura de su propia economía política, y por lo tanto, de su propia sociedad. Con esta alternativa de políticas económicas localizadas, en conjunción a una población global sin precedentes y a la democratización internacional de las comunicaciones a través del Internet, tenemos los medios y posibilidades ante nosotros para forjar la manifestación más diversa de culturas y sociedades que la humanidad nunca haya conocido.

La respuesta está en la internalización individual del poder y destino humano, y el rechazo de la exteriorización del poder y el destino humano hacia una autoridad global a la que sólo un selecto grupo de personas tienen acceso. Para internalizar el poder humano y su destino se debe comprender el don de la mente humana, que tiene la capacidad de emplear en el pensamiento más allá de lo material, como alimentos y vivienda, y aventurarse en el terreno de lo conceptual. Cada individuo posee - en sí mismo - la capacidad de pensar críticamente sobre sí mismo y sobre su propia vida, ahora es el momento de utilizar esta capacidad con objeto de internalizar los conceptos y problemas del poder y el destino humano: ¿Por qué estamos aquí? ¿Hacia dónde vamos? ¿A dónde debemos ir? ¿Cómo llegamos?

Las supuestas respuestas a estas preguntas nos son ofrecidas por una pequeña elite global, que teme las repercusiones de lo que ocurriría si la gente del mundo comienza a contestar estas preguntas por sí misma. No sé las respuestas a estas preguntas, pero sí sé que las respuestas se encuentran en la mente y el espíritu humano, que ha vencido y seguirá superando los mayores desafíos de la humanidad, y, sin duda, triunfará sobre el Nuevo Orden Mundial.

Original en: Global Research