Irán: objetivo mortal del Imperio Yanqui-Sionista Imprimir
Viernes, 09 de Julio de 2010 20:33
El inseparable dúo del peor de los terrorismos, el de los imperios.El inseparable dúo del peor de los terrorismos, el de los imperios

Carlos Rivero Collado

Ese imperio se forma de la íntima alianza entre los gobiernos de Israel y Estados Unidos con el objetivo de aterrorizar al mundo. Obama y Netanyahu reafirmaron antier que esa unión es indestructible.

(Nota: éste iba a ser el artículo #5 de la serie que he venido publicando por varias semanas, pero la situación de Irán me obliga a cambiar el título, y en parte el tema, aunque al final aparece la conclusión --Artículo 23--, de la Demanda del Pueblo de Cuba contra el Gobierno de Estados por los atentados terroristas y económicos perpetrados contra nuestro país. La amenaza imperial a Irán va a requerir más de un artículo y aunque, al parecer, la guerra no sea inminente, no dejará de ser, en las próximas semanas, una realidad inevitable y fatal)

1-. LA INSOLENCIA

El Imperio Yanqui-Sionista y sus aliados han asesinado o provocado la muerte de más de un millón y medio de seres humanos, sobre todo en el Medio Oriente, ya que sin el sionismo no hubiera habido 11 de Septiembre, ni invasiones a Afganistán ni a Iraq, ni ataques aéreos a Pakistán.

Ahora, en su más reciente crimen, este imperio de dos cabezas y un solo terror le niega a Irán el derecho a desarrollar la energía nuclear con fines pacíficos, acusándolo de que puede usarla para fabricar bombas nucleares y atacar a Israel.

Esa acusación es absurda porque ningún país se atrevería a una agresión de ese tipo contra un enemigo cuyo poderío nuclear sea mil veces superior, ya que un ataque nuclear a Israel significaría un ataque nuclear a Estados Unidos, no porque el gobierno yanqui dirija la política de Israel, sino porque es el gobierno de Israel el que dirige la política de Estados Unidos a través de los agentes que ha situado en posiciones altamente estratégicas, en la Casa Blanca, el Departamento de Estado, el Pentágono, el Congreso y otros departamentos del gobierno federal.

¿Tiene sentido que el único país de la historia que ha perpetrado atentados terroristas con bombas nucleares, asesinando a unos 200,000 seres humanos, en más de un 95% niños, mujeres y hombres mayores de 63 años, pueda tener decenas de miles de bombas nucleares, algunas hasta de 100 megatones, casi 7,000 veces más potentes que la de Hiroshima, y que ese mismo terrorista ultragenocida le niegue a otro país el derecho a usar la energía nuclear con fines pacíficos? ¡¿Puede alguien que tenga el más elemental sentido de justicia defender esa brutal insolencia?!

Lo ideal sería que no existieran bombas nucleares, que la especie humana nunca hubiera aprendido a desintegrar el átomo; pero ya que ese fatal conocimiento existe y que varias naciones, entre ellas Israel, poseen arsenales nucleares ¿por qué no puede tenerlos Irán? ¿Lo tiene un país de siete millones y medio de habitantes y no puede tenerlo otro de setenta y ocho millones? ¿Creen, acaso, estos sionistas que ellos sí pueden tener armas nucleares porque son “El Pueblo Escogido” --“The Chosen People”-- por ese ficticio “Creador” que nos presenta la Biblia, que no creó nada de lo creado, con el que han engañado y sometido a tantos seres humanos desde hace más de tres mil años?

2-. LA AMENAZA

Irán no usaría sus cohetes para atacar a Israel con ningún tipo de bombas no porque no quiera hacerlo ni porque las bestiales acciones genocidas de los gobernantes de Israel no inciten a ello, sino porque no puede hacerlo ya que su derrota posterior sería mucho mayor que su inicial victoria.

En plena campaña política para la nominación presidencial del Partido Demócrata, en el verano del 2,008, Hillary Clinton, dijo, textualmente:

--If Irán attacks Israel, we'll wipe Iran from the face of the Earth” (“Si Irán ataca a Israel, borraremos a Irán de la faz de la Tierra”) --dando a entender, por supuesto, que para ello usarían bombas nucleares--.

Si tenemos en cuenta que Irán no tiene bombas nucleares, y por supuesto no las tenía hace dos años, lo que quiso decir la señora Clinton fue que Estados Unidos atacaría con bombas nucleares a Irán aunque el ataque de ese país a Israel fuese sólo con bombas convencionales.

La insólita amenaza de esta terrorista nuclear, de esta Truman en ciernes y no siempre con saya, no la ha hecho ninguna figura pública desde que, el 16 de julio de 1945, hiciera explosión en Alamogordo la primera bomba atómica de la historia. Y eso lo dijo no la persona que perdió la nominación partidista, sino la que hoy es Canciller del Imperio, una sionista que, con el vice Joe Biden, el ministro de la presidencia Rahm Israel Emanuel, el jefe de los asesores presidenciales David Axelrod, el jefe del Pentágono Robert Gates, el ministro del Tesoro Tim Geithner, el ministro de la vicepresidencia Ron Klain y otros sionistas que también ocupan altas posiciones en el gobierno de Obama, han convertido al gobierno de este país en un obediente instrumento del sionismo.

--Pero ¿cómo van a ser sionistas Biden y Gates si no son judíos? –se preguntarán algunos--.

Hay cientos de miles, quizás millones, de judíos, aun en el propio Israel, que no son sionistas o son antisionistas, y hay gentiles, sobre todo en Estados Unidos, que son más sionistas que el periodista austro-húngaro Theodor Herlz, fundador del sionismo, o Zionism, a fines del Siglo XIX.

Pudo ser el terrorismo sionista el que, según múltiples sospechas, perpetró el ataque con cohetes al Pentágono, y el derribo, con drones o aviones teledirigidos, de las Torres Gemelas de Nueva York. Pudo ser el que obligó al gobierno de Bush a no llegar a ningún tipo de entendimiento con los Talibanes de Afganistán, como había propuesto el Mullah Mohammed Omar, y a atacar a ese país unas semanas después del 11 de Septiembre. Pudo ser el que, en marzo del 2,003, llevó a Bush a invadir Iraq, cuyo gobierno no tenía nada que ver con los ataques terroristas en Nueva York ni poseía armas de destrucción masiva, pero cuyo gobernante, Saddam Hussein, era antisionista. Y es ese propio terrorismo sionista el que, con toda seguridad, está llevando ahora al gobierno de Estados Unidos a la guerra contra un país que sólo aspira a modernizar sus fuentes de energía con la ciencia nuclear, como han hecho muchos países sin que nadie los acuse de estar planeando ataques con bombas nucleares.

Después de haber dedicado sesenta años de mi vida al estudio cotidiano de la historia, incluyendo, y en especial, la de este país, y de haber analizado en detalle los numerosos autoatentados terroristas que ha perpetrado este gobierno imperial desde la época de Washington, me inclino a creer que es cierta  la sospecha sobre la culpabilidad directa de los gobiernos de Estados Unidos e Israel en los atentados terroristas del 11 de Septiembre del 2001.

3-. El COMPÁS DE ESPERA

Aunque las noticias más recientes sobre Irán dan la impresión de que pudiera haber un acuerdo  de paz, éste sólo sería transitorio porque, ni ahora ni después, Irán va a aceptar la caprichosa arrogancia de sus enemigos ni éstos van a permitir que prosiga desarrollando su energía nuclear.

A un reclamo de varios diplomáticos de la Unión Europea, hace setenta y dos horas, para que Irán, Israel y Estados Unidos lleguen a un acuerdo pacífico, el jefe de los negociadores nucleares de Irán, Said Jalili, declaró:

--Cuando el objetivo de las negociaciones esté claro, la República Islámica de Irán estará dispuesta a discutir para reforzar la cooperación internacional y superar las inquietudes comunes.

En respuesta,  el portavoz del State Department, Mark Toner, declaró:

--Si esa propuesta de diálogo es seria, entonces pienso que estamos dispuestos a un encuentro.

Por su parte, el presidente Obama dijo:

--Tenemos la intención de mantener la presión sobre Irán para que respete sus compromisos internacionales y cese su comportamiento provocador que hacen de ese país una amenaza para la comunidad internacional.

(O sea que para Obama no es provocador que Israel tenga cientos de bombas nucleares, que invada a Gaza en diciembre del 2,008, cuando él era Presidente-electo, y asesine a cientos de seres humanos, entre ellos  muchos niños; que mantenga su criminal bloqueo a un millón de seres humanos en Gaza; que sea uno de los dos o tres países que aprueba en Naciones Unidas el cobarde y canallesco bloqueo al pueblo cubano; que asalte en alta mar a barcos que llevaban ayuda humanitaria a Gaza y asesine a quienes la llevaban; que haya asesinado o expatriado a la fuerza, o sometido, a millones de palestinos, ni que haya cometido masacres de niños ni de mujeres como las de Sabra y Satilla, en el Líbano. No, para Obama todo eso es normal. Quizás lo anormal para él sería que nada de eso hubiese sucedido)

El ultrasionista Netanyahu reclamó mayores sanciones contra Irán. Como se sabe, los gobiernos de EU e Israel han aprobado sanciones contra ese país  que son mucho más fuertes que las que aprobó el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas hace diez días.

Nadie tenga la menor duda de que cuando concluyan estos amagos de negociación de las últimas horas, y transcurran algunas semanas --pudieran ser sólo días--, aviones procedentes de Israel o de los portaaviones de Estados Unidos en el Golfo Pérsico atacarán las instalaciones en las que Irán desarrolla su programa de energía nuclear. Estas plantas son las de Teherán (reactor), Natanz (enriquecimiento de uranio), Yazd (minas de uranio), Busheher (reactor), Isfahan (reactor) y Arak (producción de deuterio). Cuatro de estas plantas se hallan en Teherán o cerca de esta ciudad.

El Imperio Yanqui-Sionista no es tan irracional, sin embargo, como para abrir ahora un tercer frente de guerra terrestre, aunque eso dependerá, en todo caso, de la reacción de Irán cuando sea atacado.

No sería la primera vez que el gobierno de Israel perpetrase un crimen similar. El 7 de junio de 1981 envió a su aviación de guerra a destruir  la base de Osirak, en la que Iraq desarrollaba su energía nuclear con fines pacíficos, asesinando a o­nce personas.

En el artículo de la semana que viene proseguiré el tema de Irán con los hechos, o la ausencia de hechos, que se produzcan en los próximos días.

Y ya que tratamos del Imperio y de su esencia, el terrorismo, veamos la conclusión de lo que publicamos en los cuatro trabajos anteriores, el Artículo 23 de la Demanda del Pueblo Cubano contra el gobierno de Estados Unidos por los daños ocasionados a Cuba:

4-. EL ARTICULO VIGESIMO TERCERO (FINAL)

Cuba, país pequeño bloqueado, constantemente amenazado y agredido por la potencia más poderosa de toda la historia de la humanidad, situada a sólo 90 millas de nuestras costas, se ha visto obligada durante estos cuarenta años a impulsar simultáneamente su desarrollo económico y social y un acelerado fortalecimiento de su capacidad defensiva, de la seguridad y el orden interior, ante las constantes agresiones y acciones terroristas promovidas, organizadas, financiadas y ejecutadas por Estados Unidos.

Ninguna otra nación en la historia ha tenido un enemigo declarado tan poderoso y cercano, que haya llevado a cabo contra ella tan alto y diverso número de acciones agresivas, ni se ha visto otro caso similar de tal resistencia victoriosa, ante una correlación de fuerzas tan abrumadoramente adversa.

Estas condiciones excepcionalmente anormales a las que ha sido sometida la nación cubana durante cuatro décadas, han provocado tener que realizar un enorme sacrificio de recursos humanos, materiales y financieros para garantizar la defensa del país, en correspondencia con el peligro de las amenazas que se ciernen sobre su misma existencia como nación independiente y sobre su identidad e integridad nacional, y con la realidad concreta de los miles de actos de agresión que ha debido soportar y resistir. Consecuentemente con esta situación, el país se ha visto obligado a sobredimensionar los gastos y recursos empleados en su defensa y en el mantenimiento del orden interior.

Un ejemplo concreto es la situación planteada por la presencia de la base naval norteamericana en la bahía de Guantánamo. Entre 1962 y 1998 han tenido lugar 13,498 provocaciones y violaciones perpetradas desde el territorio ocupado por Estados Unidos en virtud de un tratado intrínsecamente ilícito por su contenido y por las circunstancias en que fue impuesto a un gobierno cubano entreguista e irresoluto. Cualquiera de estos hechos hubiese podido dar lugar a un incidente de mayor gravedad. Sólo la preparación, la serenidad y la firmeza de los combatientes de la Brigada de la Frontera, que a lo largo de todos esos años han custodiado el territorio libre de la patria, han impedido la escalada que, sin duda, ha figurado siempre en los planes de los mandos militares y políticos de Estados Unidos con el propósito de fabricar un incidente que sirviera de pretexto a una agresión mayor.

De hecho, la posición de la base naval de Guantánamo dentro del territorio cubano ha sido bien aprovechada por las administraciones de turno de Estados Unidos para convertirla desde 1959 en punta de lanza en su guerra contra la Revolución Cubana. Esta instalación ha sido empleada en diversas acciones que van desde simples provocaciones hasta planes de autoagresión con vistas a tener una justificación ante la opinión pública internacional para escalar las acciones agresivas contra Cuba. La base naval de Guantánamo constituye un centro de espionaje radioelectrónico y de provocaciones y violaciones que pueden degenerar en una confrontación armada, así como una plaza de armas en caso de una invasión.

Además de las fuerzas y medios dislocados permanentemente en esta instalación, bajo el pretexto de actividades de entrenamiento la base naval ha sido reforzada en diferentes momentos y ha sido ensayada en varias ocasiones la evacuación de su personal civil. Solamente en los últimos diez años, pueden mencionarse los siguientes casos:

En 1990, en momentos de elevada tensión por la realización por parte de las fuerzas armadas de Estados Unidos de los ejercicios Global Shield-90 y Solid Shield-90, se llevó a cabo el ejercicio de defensa Defex-1/90, que obligó a la realización por parte de las FAR del ejercicio Escudo Cubano.

En 1993 la base naval fue reforzada con unos 2 mil efectivos de la Infantería de Marina y de las Fuerzas de Operaciones Especiales bajo el pretexto de la situación creada en Haití.

A partir del 18 de mayo de 1994, en un momento de explosión del éxodo de haitianos hacia Estados Unidos, fue creado un centro de procesamiento para emigrantes en la base, que llegó a albergar a unos 25 mil ciudadanos de Haití. Parejamente fue activada la Fuerza de Tarea Conjunta 160 (JTF-160), que agrupaba unos 1,500 efectivos militares.

Ante el incremento de las salidas ilegales de Cuba hacia Estados Unidos en el verano de 1994, el 19 de agosto de ese año el Presidente Clinton ordenó que todos los emigrantes cubanos interceptados en el estrecho de la Florida fueran trasladados hacia la base. En total fueron procesados en esa instalación unos 31,725 emigrantes cubanos. Para ello la base fue reforzada con unos 6,896 efectivos militares.

El 13 de agosto de 1961 fue descubierto un plan de autoagresión preparado en la base naval de Guantánamo, como parte del cual se proyectaba asesinar al comandante Raúl Castro y atacar emplazamientos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

El territorio ocupado por los norteamericanos ha sido utilizado muchas veces como refugio de terroristas y saboteadores. Aviones procedentes de la base realizaron durante la década de los 60 actos graves de sabotaje y terrorismo, como lanzamiento de bombas o quema de cañaverales. La instalación norteamericana ha servido igualmente de base de operaciones de espías, infiltrados, saboteadores y terroristas. Desde el territorio ocupado por la base naval recibieron apoyo muchas de las bandas mercenarias que operaron en la antigua provincia de Oriente.

Esta situación de provocaciones constantes, perenne amenaza y frecuentes actos agresivos concretos, ha obligado a Cuba a mantener un dispositivo de defensa en torno al territorio ocupado por Estados Unidos que ha ocasionado gastos incomparablemente mayores que los que hubiesen sido necesarios en otras circunstancias, y totalmente innecesarios si no hubiese existido la base naval.

La utilización por parte de Estados Unidos de los ejercicios militares de sus fuerzas armadas alrededor de Cuba como instrumento de provocación y amenaza, ha sido otra de las razones para el mantenimiento de un nivel especial de preparación y disposición combativa. Desde 1964 hasta hoy, las fuerzas armadas norteamericanas han realizado un total de 104 ejercicios militares importantes en torno a Cuba o en zonas cercanas al territorio cubano, o que de alguna manera han representado un peligro para nuestro país. Entre los más significativos cabe mencionar los ejercicios Defex en la década de los 60 y principios de los 70, que tenían por escenario la base naval el Guantánamo; la maniobra Reinforcex de 1979, realizada como demostración de fuerza ante un eventual reforzamiento de la presencia militar soviética en Cuba; los ejercicios Ocean Venture, sobre todo el de 1981, la mayor maniobra realizada por las fuerzas armadas norteamericanas después de la Segunda Guerra Mundial; las maniobras Solid Shield, sobre todo las realizadas en 1980 y 1987, y, más recientemente, el ejercicio Bulwark Bronze en septiembre de 1996, en el golfo de México y la costa Este de Estados Unidos, en el que se simularon golpes aéreos contra Cuba; la maniobra Purple Dragon, entre enero y febrero de 1998, con la participación de 33 mil efectivos, que consistió en desembarcos aerotransportados y anfibios en una isla de características similares a Cuba, y el ejercicio naval combinado efectuado en agosto de 1998 con la participación de efectivos norteamericanos y de varios países latinoamericanos, cuyo presupuesto estratégico era la invasión de una isla del Caribe dirigida por un "dictador marxista".

La propia documentación secreta norteamericana que ha sido desclasificada en ese país, permite confirmar sin duda alguna la invariable intención de los estrategas políticos y militares de Estados Unidos de propiciar la creación de condiciones favorables para una solución de su "problema cubano" mediante una intervención militar directa en Cuba de las fuerzas armadas de ese país.

La estrategia esencial ha sido frustrar esas intenciones de agresión militar directa mediante el mantenimiento de un potencial de respuesta armada eficaz con la participación de todo el pueblo y el desarrollo de una doctrina de lucha frente a una invasión militar que asegurará un costo tan elevado a los invasores que desaliente la agresión directa. De lo que se trata, contando con los limitados recursos económicos disponibles, es de preparar a todo el pueblo y poner en sus manos las armas que hagan desistir a cualquier invasor de sus intenciones de ocupar nuestro país.

En línea con esta estrategia, al inicio de la década de los años 80 se crearon las condiciones para aplicar los conceptos de la "guerra de todo el pueblo", lo que permitió reducir efectivos regulares de las fuerzas armadas, con el consecuente ahorro de recursos. No obstante, el esfuerzo que conlleva el entrenamiento cada año de millones de hombres y mujeres y el mantenimiento de la capacidad combativa del pueblo, así como la necesidad de construir costosos refugios y otras obras fortificadas para la protección de la población civil y de los combatientes, en lo que ha habido que hacer un énfasis especial por el vertiginoso desarrollo tecnológico alcanzado por Estados Unidos en la esfera militar, han requerido invertir considerables recursos materiales.

Las direcciones principales del sobredimensionamiento de los gastos militares y de seguridad y orden interior, como consecuencia de la sistemática política de agresión del Gobierno de Estados Unidos y sus agentes, están referidas, entre otras, a gastos de armamento, técnica militar, técnica especial y otros medios materiales, gastos de preparación, entrenamiento y movilización, haberes del personal permanente y el movilizado, alimentación, vestuario, servicios médicos y otros gastos materiales del personal, gastos de funcionamiento, inversiones en instalaciones militares y gastos de acondicionamiento del teatro de operaciones militares y en interés de la protección de la población.

Los daños y perjuicios materiales causados por las acciones terroristas y las agresiones militares y biológicas llevadas a cabo por Estados Unidos contra nuestro pueblo, a lo largo de cuatro décadas y en toda la extensión del territorio nacional y en el exterior, superan con creces los hechos que se relatan en la presente reclamación. A ello se añaden los cuantiosos recursos destinados a mantener la capacidad defensiva, de seguridad y orden interior que el país ha necesitado para defenderse de las sistemáticas agresiones y amenazas de intervención directa por parte del Gobierno de Estados Unidos.

Los hechos que fundamentan esta demanda constituyen una prueba irrefutable del cinismo de esa política y su carácter genocida y terrorista contra un pueblo que no renunciará jamás a su independencia y autodeterminación.

Como está establecido en la doctrina y por la prácticas jurídicas internacionales, un Estado es responsable de los daños y perjuicios ocasionados por su conducta y sus actos, tanto de carácter legislativo como administrativo y judicial, los de sus agentes y funcionarios, e incluso los realizados por personas naturales cuando los órganos correspondientes del Estado en cuestión omitieren tomar medidas razonables y posibles de prevención o supresión. En consecuencia, dicho Estado asume la responsabilidad civil por esos actos y está en el deber de reparar los daños y perjuicios causados por ellos ☼

Próximo artículo: Irán: objetivo mortal del Imperio Yanqui-Sionista (2)

Notas Anteriores

Es Cuba un país terrorista, como dice el Imperio?

¿Es Cuba un país terrorista, como dice el Imperio? (2)

 ¿Es Cuba un país terrorista, como dice el Imperio? (3)

¿Es Cuba un país terrorista, como dice el Imperio? (4)