Sobre las cumbres y otras mentiras |
Domingo, 15 de Agosto de 2010 23:57 |
Agustín Vega Cortés para Insurrectasypunto Siempre es lo mismo: los gobiernos se enfrentan a los problemas de la inmigración ilegal, la marginación, el desarraigo y la delincuencia, metiéndolo todo en el mismo saco y poniéndole la etiqueta de gitano, como antes de la Segunda Guerra Mundial se ponía la de judío, o hace menos tiempo, en EE.UU, la de negro. Siempre igual; si hay una minoría racial que ya está criminalizada desde siglos, pues que sean ellos los que catalicen el odio y la mala sangre que siempre está a punto de saltar, sobre todo en tiempos de crisis y zozobra, y de paso calentamos motores para la próxima recolección del voto, que tanto cunde al calor del odio y del arrebato incendiario y criminal, pues nada une más al personal que las antorchas justicieras sobre todo cuando hay que usarlas contra los de fuera, los que están de paso aunque haga siglos que llegaron. Son responsables por omisión, por colaboración necesaria y por complicidad, sea esta voluntaria o no. Son responsables por estar siempre tan reunidos y ocupados en tantas cumbres y en tantos encuentros, en simposios y conferencias, o entregando premios y placas a los mismos que pagan lo que cuestan los trofeos, que no tienen tiempo de preguntarse qué es lo que hacen y para qué y en nombre de quien y con qué fin. Ya sabemos que se está muy bien en esa cómoda butaca de ese lujoso lugar donde se celebra el enésimo debate sobre los pobres gitanos del mundo y que es muy lujosa la habitación de ese hotel de 5 estrellas y muy buena la comida del restaurante de no sé cuantos tenedores, y que mira que bien que además de eso te dan una buena dieta por participar en la reunión, pero es que no es para eso para lo que se supone que están ahí y para lo que cobran los salarios, las dietas y los gastos de representación que pagamos todos, también los gitanos, como contribuyentes que somos. Ahora con Internet, podemos enterarnos de todo, o casi todo, y por eso sabemos que todo lo que se dijo en la llamada cumbre de Córdoba fue lo mismo que en septiembre de 2008, se había dicho en la llamada cumbre de Bruselas, de la que nadie se acuerda ya, y lo mismo que se viene diciendo desde hace más de 30 años y que se seguirá diciendo dentro de 30 años más, si los gitanos continúan sin tener unos verdaderos representantes elegidos democráticamente, que no le deban sus puestos ni su salarios a los mismos a los que tienen que enfrentarse y que puedan, y quieran, hablar con verdad y con libertad. |