El Imperio de los Escándalos: dos siglos y medio de terribles wikileaks (2) Imprimir
Viernes, 17 de Diciembre de 2010 18:11
Pontiac, jefe de la nación Otawa, dirigió la única rebelión nativa triunfante en Norteamérica que obligó a Londres a firmar la Proclama Real de 1763.Pontiac, jefe de la nación Otawa, dirigió la única rebelión nativa triunfante en Norteamérica que obligó a Londres a firmar la Proclama Real de 1763.

Carlos Rivero Collado en Kaos en la Red

¿Puede el gobierno de Estados Unidos, con un historial tan infame, trazarle pautas de conducta a otros gobiernos sobre el respeto a los derechos humanos? Veamos otros detalles de esa infamia.

1-. ¿Golpe o farsa?

Quiero reiterar mi criterio sobre el portal WikiLeaks y las miles de “revelaciones” que, alegadamente, posee, de las cuales se han conocido unas cuantas que no son dañinas si las comparamos con los miles de crímenes que el Imperio ha perpetrado desde su nacimiento.

Es en extremo sospechoso que el presidente Obama haya suspendido una investigación interna en el Pentágono y el State Department para descubrir a las personas que dieron a conocer todas esas filtraciones; como, también, es muy extraño que Julián Assange le haya entregado esas informaciones a cinco empresas periodísticas que responden al Imperio y el gran capital y no a los medios de la izquierda antimperialista y anticapitalista mundial, como Kaosenlared, Cubadebate, Rebelión, Cubainformación y muchos otros, que hubieran hecho mejor uso de las mismas. Uno de los periódicos que las recibió es nada menos que El País, de España, órgano de la reacción ultracapitalista. ¿Tiene eso algún sentido?

No es correcto decir que los wikileaks le han dado un golpe moral al Imperio. La única moral del Imperio es la fuerza. Para alcanzarla, mantenerla y aumentarla ha perpetrado las peores masacres de la historia: con su población nativa, sus esclavos y sus obreros, y con los pueblos de México, Filipinas, Alemania, Japón, Corea, Vietnam, Camboya, Santo Domingo, Panamá, Kuwait, Afganistán, Iraq y otros. Su sistema de explotación y saqueo a nivel mundial ha provocado la muerte de cientos de millones de seres humanos, no en el conflicto ardiente de las bombas y las balas, sino en la guerra tibia y lenta del hambre y la enfermedad.

Las fotos de Abú Ghraib fueron mil veces más vergonzosas que todos los wikileaks que se han conocido hasta ahora y no sólo el gobierno no pidió perdón por aquella monstruosidad, sino que los guardias que estuvieron involucrados directamente en todo aquello, incluyendo a los que les echaron ácido en los ojos y les cortaron los genitales y asesinaron a varios prisioneros, recibieron sentencias mínimas y ya todos están en la calle desde hace mucho rato contando sus hazañas.

Hasta ahora no hay un solo wikileak que sea, realmente, perjudicial al Imperio. Pernicioso hubiera sido, por ejemplo, que se hubiese divulgado los detalles de la reunión que George W. Bush sostuvo con Dick Cheney y Donald Rumsfeld en la que se planeó el 11 de septiembre; o el encuentro que el superagente de la CIA, George Herbert Walker Bush, sostuvo con Allen Dulles, director de esa Agencia, en el verano de 1963, en el que se acordó que Bush viniera a Miami para formar el equipo de exilados cubanos que asesinó a Kennedy; o las evidencias de que ese propio Bush ha sido el padrino mundial de la produccion y el tráfico de drogas, o que su hijo sabía que no había armas de destrucción masiva en Iraq e insistió en la agresión que ha provocado la muerte de más de un millón de seres humanos, o las pruebas de que Obama recibió decenas de millones de dólares del gobierno de Israel y el lobby sionista estadounidense para sus campañas políticas y para que siguiera siendo un agente encubierto del sionismo como lo ha sido desde que comenzó a estudiar en Columbia y, luego, en Harvard. ¡Esos sí hubiesen sido excelentes wikileaks!

Insisto en que todo esto pudiera ser una cortina de humo para que la Casa Blanca y el Pentágono aumenten las medidas de seguridad en todo el mundo, a un costo adicional de muchos miles de millones de dólares que elevarían las ganancias de la industria bélica y las compañías de seguridad –y, por supuesto, los dineros que le entregan por debajo de la mesa a los jefes del gobierno yanqui-- y para ponerle una camisa de fuerza a la internet que la obligue a regirse por leyes que ahora no existen.

Mi criterio sobre el portal WikiLeak y Julián Assange está basado en las revelaciones que se han conocido hasta ahora. Si surgen nuevos wikileaks que le hagan un gran daño real al Imperio, como los que mencioné en párrafo anterior, estoy dispuesto a cambiar de opinión sobre este asunto.

Sigamos analizando, mientras tanto, los grandes wikileaks del Imperio.

2-. Escándalos, no chismes

En el artículo anterior nos quedamos en el momento en que el cacique Half King levantó su hacha tomahawk, después del ataque en que los milicianos de Virginia, dirigidos por el teniente coronel George Washington, y los combatientes de la tribu Séneca asaltaron el campamento francés, asesinaron a doce soldados dormidos, hirieron a dos, entre ellos Jumonville, y tomaron prisioneros al resto de los que acompañaban al diplomático en su misión de paz.

Después de la ‘batalla’, Washington comenzó a interrogar a Jumonville, quien le enseñó los documentos que probaban que su misión era pacífica y la orden del Marqués de Duquesne, Gobernador General de la Nueva Francia, de que no atacaran a las milicias coloniales de Virginia.

Mientras Washington leía los documentos, Half King se situó detrás de Jumonville, levantó su hacha tomahawk y la descargó con toda fuerza sobre su cabeza, matándolo al instante. La cabeza ensangrentada cayó sobre las evidencias de la paz.

Varios prisioneros escaparon unos días después, llegaron a un puesto de mando de la Nueva Francia y dijeron que había sido Half King quien asesinó a Jumonville y que Washington tuvo que haberle dado la orden o, al menos, ser su cómplice, pues en los días posteriores se le vió en compañía cordial y constante del jefe nativo.

Al llegar las noticias a Quebec, el Marqués de Duquesne acusó al gobernador Dinwiddie, quien se defendió diciendo que la orden que le había dado a Washington era que tratara de convencer a los franceses para que abandonaran la región del valle de Ohio próxima al Fuerte Duquesne, no que los atacara.

Las noticias llegaron a Londres y Jorge II culpó a Dinwiddie y Washington por la acción que puso fin a las relaciones cordiales que hasta ese momento habían mantenido Francia e Inglaterra, dando inicio a la guerra.

Esta guerra franco-británica, que sólo se peleó en Norteamérica, trajo como consecuencia que, en la guerra entre Austria y Prusia por la posesión de la rica provincia de Silesia que comenzó dos años después, conocida como Guerra de los Siete Años, Francia apoyase a Austria, y la Gran Bretaña a Prusia, convirtiendo ese conflicto en una guerra mundial que se peleó en América, Europa, África y Asia.

De no haber provocado la criminal acción de Washington el comienzo de las hostilidades entre los dos imperios más poderosos del mundo, el conflicto entre Prusia y Austria hubiera sido una guerra local entre dos países europeos. La masacre perpetrada por Washington y el posterior asesinato de Jumonville provocó la guerra más terrible que hasta entonces había conocido la humanidad con un saldo de un millón y medio de muertos.

Con un fundador así, a nadie debe extrañarle que el gobierno de Estados Unidos haya sido siempre terrorista ni que tantos millones de seres humanos, en su gran mayoría civiles inocentes, hayan perdido la vida víctimas de ese terror.

Aquél no sería el único gran escándalo sangriento del “padre de la patria” (en todos los años que he vivido en este país, que ya se acercan al medio siglo, jamás he oído ni leído a nadie, ni una sola vez, mencionar la palabra “patria”, o sea “fatherland”)

Después veremos otra de sus masacres, pero no de soldados dormidos ni incautos diplomáticos, sino de niños, mujeres y ancianos.

3-. La otra cara de la moneda

Después del hecho, Washington construyó el Fuerte Necessity, a unas siete millas al sur del lugar en que había ocurrido la matanza, y Louis Coulon de Villiers, hermano de Jumonville, quedó al mando del Fuerte Duquesne.

El 3 de julio, iniciadas ya las hostilidades franco-británicas, Louis y decenas de soldados atacaron Fort Necessity.Half King y sus guerreros habían huído hacia el monte, unos días antes, diciendo que Washington los ponía en peligro por lo débil en que se hallaba la defensa del fuerte.

Louis venció a los milicianos de Virginia en menos de media hora, tomó el fuerte y Washington cayó prisionero. A pesar de que era responsable directo del asesinato de su hermano, Louis trató al joven coronel como prisionero de guerra y unos días después lo liberó, no sin antes lograr que firmara un documento en el que aceptaba su culpabilidad en el crimen.

Este documento llegó al Marqués de Duquesne, en Quebec, al rey Luis XV en París y al monarca Jorge II, en Londres, y, al igual que el ataque al campamento de los hombres dormidos, se convirtió en la causa que desencadenó la guerra en Norteamérica.

Unos años después, cuando ya se había convertido en el primer presidente de la república imperial, Washington dijo que firmó ese documento porque, como no entendía francés, no supo el significado de una palabra. Esa palabra se escribe en español asesinato, en inglés assassination y en francés assassinat.

Ciertamente que quien abandona la escuela en el segundo grado de primaria no puede entender muchas cosas.

4-. La real primera guerra mundial

Como el ejército de Prusia era más fuerte y numeroso que el de Austria, Inglaterra no tuvo que apoyar a su aliado con tropas ni material de guerra y los pudo enviar a Norteamérica. Francia tuvo que apoyar con sus soldados a Austria, para evitar una temprana victoria de Prusia. Las naves británicas bloquearon las costas de Francia y le hundieron flotas enteras, por lo que París no pudo proteger sus extensos dominios de Norteamérica.

La guerra en Europa concluyó con el triunfo de Prusia, aunque su aliado, el Imperio Británico, obtuvo los beneficios mayores.

Por el Tratado de París del 10 de febrero de 1763, Prusia obtuvo Silesia y el Imperio Británico recibió casi todas las posesiones francesas en el mundo: Canadá, los territorios del futuro Estados Unidos que van del Mississippi a las Appalachias, con excepción de New Orleans; Dominica, Granada, San Vicente y Tobago en el Mar Caribe, Menorca en el Mediterráneo; Senegal en Africa y sus colonias en India, con excepción de cinco plazas estratégicas. Inglaterrra devolvió a Francia las islas de Guadalupe y Martinica. España, aliada de Austria y Francia, evacuó el norte de Portugal, aliada de Prusia y Gran Bretaña, y recuperó La Habana, ocupada por los británicos, a cambio de la Florida. Gran Bretaña se convirtió en el imperio más poderoso de la historia y Francia perdió casi todo el suyo.

Estados Unidos se vislumbraba ya, con trece colonias, dos territorios --Vermont y Maine-- y las tierras francesas recién adquiridas, que eran tan extensas como el nuevo país y formaron sus primeras posesiones imperiales para convertirse después en varios Estados.

5-. Un subimperio más imperial que un imperio.

La Gran Guerra por el Imperio fue peleada, en más de un 90%, por soldados y milicianos nacidos en lo que después se llamó Estados Unidos, aunque casi toda la oficialidad era británica. Fue la guerra de un millón de norteamericanos de ascendencia, sobre todo, británica, apoyados por las tribus nativas más guerreras, que pertenecían a la Confederación Iroquesa, contra sesenta mil canadienses y norteamericanos de ascendencia francesa, apoyados por todo el resto de la población nativa que era, sobre todo, pacífica.

La ambición del naciente subimperio sería, unos años después, la independencia, la creación de su propio imperio para dominar otras tierras más allá de sus fronteras y, eventualmente, al mundo. Su estrategia fue el crimen.

Nada ha cambiado desde mayo de 1754 … las auto-agresiones que provocan agresiones mil veces peores, las súbitas matanzas sin previa declaración de guerra, un Amazonas de sangre.

6-. Una causa justa

Al concluir la guerra, comenzó la Rebelión Pontiac, dirigida por el cacique Obwandiyag de la tribu Otawa conocido como Pontiac, quien se opuso a la ocupación británica en la región de los Grandes Lagos y con mil combatientes de varias tribus atacó, en mayo de 1763, al Fuerte Detroit, aunque sin éxito; pero dos meses después venció a los británicos en la Batalla del Curso Sangriento (Bloody Run Battle). Al final de la rebelión, más de quinientos soldados y súbditos británicos habían muerto y Pontiac había tenido menos de doscientas bajas mortales. Fue la única vez en la historia de Norteamérica que los nativos pudieron vencer a sus verdugos.

Esta rebelión provocó que Jorge II firmara la Proclama Real de 1763 por la que el Imperio Británico reconoció los derechos de la población nativa a sus tierras y demás posesiones y a respetarlas en los años futuros.

Una de las razones principales que tuvieron Washington y los “padres fundadores” para luchar por la independencia, unos años después, fue la de derogar esa justa proclama de la corona británica, para expulsar a los nativos de todas las tierras en las que habían vivido sus antepasados por más de 25,000 años, desde aquellos tiempos lejanos en que una parte del planeta estaba cubierta aún por los inmensos hielos de la cuarta glaciación.

Para la población nativa, el Imperio Británico representó, desde 1763, la protección y la vida. Estados Unidos significaría el despojo y la muerte.

7-. El proceso

La lucha por la independencia comenzó, de manera oficial, el 19 de abril de 1775 con las batallas de Lexington y Condord. Dos meses después, el Congreso Continental nombró al general Washington comandante en jefe del Ejército Continental, integrado por las milicias de las trece colonias. El 4 de julio del año siguiente, delegados de las colonias aprobaron, en Filadelfia, la Declaración de Independencia. De septiembre a diciembre de 1777, las fuerzas continentales vencieron a las británicas en las batallas de Saratoga. En mayo del 78, el Congreso ratificó el Tratado de Alianza con Francia y dos meses después aprobó los Artículos de la Confederación que configuraban la formación de un nuevo país, los cuales fueron ratificados por las colonias en los meses siguientes. Fuerzas continentales y francesas vencieron a las británicas en Yorktown, el 19 de septiembre de 1781, batalla que decidió el fin de la guerra. El 3 de septiembre de 1783, el Imperio Británico reconoció la independencia de la nueva nación.

8-. La proclama

Dos años antes, en el verano de 1779, aconteció otro escándalo mucho mayor que todos los que hasta ahora ha publicado WikiLeak, en el que se vio envuelto, otra vez, George Washington, y dos de sus principales lugartenientes.

La Confederación Iroquesa, que había peleado junto al Imperio Británico en su guerra contra Francia, como ya vimos, se mantuvo leal a los británicos en la guerra de independencia de Estados Unidos. Había un gran motivo para ello: la Proclama Real de 1763, firmada a raíz de la rebelión del cacique Pontiac, que le aseguraba a la población nativa sus tierras y demás posesiones.

9-. La masacre

Aquella guerra del naciente imperio contra la población nativa tuvo su bautismo de sangre, en el verano de 1779, cuando Washington le ordenó a los generales John Sullivan y James Clinton que atacaran a las cuatro naciones de la Confederación Iroquesa que eran, como es lógico, aliadas de Inglaterra. Sólo hubo una batalla en la que 4,000 soldados continentales a las órdenes de Sullivan y Clinton vencieron a 700 iroqueses, en Newtown, a orillas del río Chemung, en el oeste de Nueva York.

Después llegó la matanza. Las aldeas iroquesas fueron destruidas en una terrible campaña de schorched earth, tierra arrasada. Los soldados continentales daban candela por la madrugada a las tiendas en las que dormían niños, mujeres y ancianos, y se situaban frente a ellas para dispararle a quienes salían con vida (lo mismo sucedería muchos años después, el 10 de marzo de 1945, cuando el gran bombardeo incendiario al barrio obrero de Tokío, en que los aviones del imperio yanki volaban bajo y ametrallaban a las familias que escapaban del gran círculo de fuego; por la mañana, en las calles calcinadas de aquel humilde barrio, se hallaron unos 150,000 cadáveres carbonizados o ametrallados de civiles inocentes, pues los soldados estaban en las trincheras de las costas; fue la peor masacre de la historia, mayor que la de Hiroshima … ¡eso sí fue un gran wikileak!)

Más de mil niños, mujeres y ancianos fueron asesinados por Sullivan y Clinton, no en una batalla, sino una masacre. Unos meses después, ya en pleno invierno, 5,000 iroqueses, tratando de huir de sus verdugos que aún los perseguían, se refugiaron en los montes nevados cercanos a las Cataratas del Niágara. Cientos murieron congelados, entre ellos muchos niños.

Más que a la torrencial belleza del Niágara, Heredia debió dedicarle su lírico canto a aquellos pequeños cadáveres de hielo

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Próximos artículos: el #3 trata de la “república” creada por Washington y los opulentos “padres fundadores”, la más anti-democrática de la historia. En los próximos artículos veremos muchos otros wikileaks, pero en forma abreviada.

Última actualización el Viernes, 17 de Diciembre de 2010 18:15