Ante el juicio de Mazorra, el recuerdo de Papá Ordaz Imprimir
Viernes, 28 de Enero de 2011 23:07

Por su obra científica tan destacada, el doctor Bernabé Ordaz, creador del Mazorra moderno, fue postulado para el Premio Nóbel de la Paz. 

Carlos Rivero Collado / kaos en la Red

Ahora que se espera la sentencia por los hechos criminales ocurridos, hace un año, en el Hospital Psiquiátrico de La Habana, recordemos la obra humanitaria de uno de los médicos más nobles del mundo.

28 de enero

Hace 158 años nació en La Habana quien se enfrentaría al Imperio Español amando a España y condenaría al Imperio Yanqui admirando al pueblo de Estados Unidos. Fue escritor de prosa brillante y florida, y poeta de imágenes delirantes y líricas. Su oratoria, grandilocuente aunque racional, enardecía a la multitud, y sus cartas fueron lecciones, ensayos. Su cultura era enciclopédica y su sensibilidad, absoluta. Era muy pobre, pero siempre tuvo la inmensa riqueza de la conciencia. Si sólo se hubiese dedicado a la literatura, tal vez hubiera escrito obras más profundas que las de Hugo y más fecundas que las de Cervantes; pero se entregó a la independencia de la Patria y fue el único fundador de un pueblo que murió en batalla. No puedo mencionar su nombre mientras viva en un país cuyo gobierno ha perpetrado tanto crimen.

1-. El hecho y la propaganda

Hace un año, sucedió algo insólito en un país que, a pesar de sus limitaciones económicas y la constante hostilidad del imperio más poderoso y brutal de la historia, le ha dado a toda su población asistencia médica gratuita, como existe en todos los países desarrollados del mundo, con la única excepción de Estados Unidos.

Se sabe, por supuesto, que no es gratuita, pues el pueblo tiene que crear con su trabajo los medios para solventarla; pero es un paso de avance en el proceso de la civilización. Sólo en los países que no han salido todavía de la barbarie, el cuidado de la salud es un negocio lucrativo, como fabricar lámparas o vender perros calientes.

Ahora vemos que, hace unos días, la reforma del presidente Obama al sector de la salud, que hubiera beneficiado a millones de personas de bajos recursos, fue rechazada por la Cámara de Representantes, dominada por la derecha republicana que tiene aquí en Miami a varios de sus miembros más insensibles.

El 9 de enero del 2,010, una ola polar que hizo descender la temperatura casi al grado de congelación provocó el fallecimiento de 26 pacientes del Hospital Psiquiátrico de La Habana, conocido como Mazorra.

La reacción de la derecha ultraimperialista de Miami no se hizo esperar. Es la misma que jamás ha condenado la inmensa masacre de los 27,000 niños que mueren todos los días en el mundo –uno cada ocho segundos-- debido a enfermedades causadas por el hambre; ni denunciado las guerras del Oriente Medio en las que el Imperio ha asesinado a cientos de miles de civiles inocentes; ni criticado la monstruosidad de Abú Ghraib ni Guantánamo; ni aceptado que siempre que ocurren intensas olas de frío mueren muchas personas aun en los países más desarrollados, y que prefiere callar los continuos escándalos de Miami que la han convertido en la capital mundial del fraude médico, y de las muertes por falta de asistencia médica adecuada en Estados Unidos.

Poco le faltó a esa derecha cavernícola para decir que unas horas antes de la tragedia, el presidente Raúl Castro llamó al director de Mazorra para que le ordenara a sus empleados que rompieran todas las ventanas y las puertas de los dormitorios, escondieran las frazadas y los abrigos, les dieran a los pacientes ropas todas llenas de huecos y les echaran encima cubos de agua helada.

2-. El juicio que debió celebrarse hace nueve meses

La verdad, por supuesto, era distinta; pero no dejaba de ser repudiable.

Al conocerse la noticia hace un año, Granma dijo que existía la sospecha de que funcionarios y empleados de Mazorra habían cometido graves errores que provocaron la muerte de los enfermos. Era un escándalo de graves proporciones en un país que ha sido la admiración del mundo en materia de salubridad, educación, asistencia social y solidaridad humana.

De acuerdo a la información que, hace unos días, apareció en Cubadebate, el juicio se celebró del 17 al 22 del presente mes. Se encausó al director de Mazorra, los vicedirectores de las áreas de Psiquiatría, Clínico-Qurúrgica, Enfermería y Administración, la especialista principal de dietética, y, además, a varios empleados, por los delitos de Abandono de Menores,Incapacitados y Desvalidos, y Malversación.

"El fiscal sostuvo en su acusación –dice Cubadebate-- que la dirección del hospital, a pesar de contar con experiencia, conocimientos y la existencia de recursos en sus almacenes, no adoptó todas las medidas adecuadas de protección individual y colectiva de los pacientes para disminuir el impacto que podía ocasionar la entrada del frente frío el día 9 de Enero de 2010, acompañado de muy bajas temperaturas, tales como incrementar la asignación de ropas, sábanas y colchas a los pacientes; amortiguar la entrada de aire frío a las salas con problemas estructurales tapando las ventanas y puertas de las áreas desprotegidas, o reagrupar a los pacientes en salas con mejores condiciones”

“El fiscal sostuvo que el Hospital recibía una asignación total de alimentos por 2,458 camas, estando ocupadas sólo como promedio 1,484 que garantizaba los componentes nutricionales básicos para sus pacientes, por lo que no se justificaba el cuadro encontrado en la evaluación clínica realizada, que revela signos positivos de desnutrición y un elevado número de diagnósticos de anemia y niveles deficientes de vitaminas”.

“Desde que se conocieron estos sucesos, y sin escatimar esfuerzos técnicos ni humanos, se inició una difícil y dolorosa búsqueda de la verdad, que toca en lo más hondo la sensibilidad de cada cubano, al producirse en el seno de un sector que es orgullo y baluarte de Cuba y de muchos países del mundo, donde cada día los trabajadores de la salud dan muestras inequívocas de su humanismo, entrega y solidaridad con los más desposeídos”.

“Los integrantes del equipo de abogados que asumieron la defensa de los inculpados, manifestaron, públicamente, en el juicio que en su desempeño contaron con las garantías para el ejercicio de sus funciones y en sus descargos expresaron los argumentos en favor de sus defendidos, así como consideraciones de carácter técnico referidas a los cargos imputados en contra de sus representados” (hasta aquí la información de Cubadebate)

Por estos delitos el fiscal pidió una condena de seis a catorce años de privación de libertad.

Hay serios indicios de que los encausados pudieran ser culpables, al menos algunos de ellos, ya que la propia información de Cubadebate expone, en detalles, los argumentos del fiscal, pero no explica nada en cuanto a lo que dijeron los abogados de la defensa para negar o justificar la acción de sus defendidos, lo que señala que apenas tenían argumentos para defenderlos. Hay que esperar, por supuesto, la decisión de los jueces de la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Provincial Popular de La Habana.

Tres semanas después de aquella tragedia, el 29 de enero del año pasado, publiqué en Kaos y en el sitioweb de la UNEAC, el artículo "Aquel gran psiquiatra del humanismo revolucionario que fue el Comandante Ordaz", en el que dije lo siguiente:

--Por el honor del Hospital Psiquiátrico de La Habana y su fundador, el Comandante Ordaz, el gobierno de Cuba habrá de realizar una investigación exhaustiva sobre lo que sucedió en Mazorra aquella semana de intenso frío y estoy convencido que, si hubo culpables, van a ser enjuiciados en la forma más severa.

En aquel propio artículo publiqué lo que van a leer a continuación. No es mío. No recuerdo bien de dónde lo saqué, creo que fue del sitioweb de Mazorra.

3-.El Héroe de la Psiquiatría

Eduardo Bernabé Ordaz Ducungé nació en Bauta, al sur de La Habana, el 13 de octubre de 1921.

De 1940 a 1944 estudió la enseñanza secundaria en el Instituto de Marianao y concluyó sus estudios de Medicina en la Universidad de La Habana en 1951, a los treinta años de edad.

Ocupó la presidencia de la Asociación de Estudiantes de Medicina y logró la creación de la Clínica del Estudiante en el Hospital Calixto García.

Fue Médico Residente del Servicio de Anestesia del Calixto García y, posteriormente, Médico Consultante de la Universidad de La Habana, hasta enero de 1958 en que se incorporó a la lucha armada en la Sierra Maestra como médico de la Columna Uno José Martí, en la que llegó a ocupar el grado de capitán. Después del triunfo de la Revolución, fue ascendido a comandante.

Se le designó, entonces, director del Hospital de Dementes de Cuba (Mazorra), al que arribó el 9 de enero de 1959, transformándolo, desde su denominación hasta sus condiciones de vida, en el moderno Hospital Psiquiátrico de La Habana.

El Dr. Ordaz instituyó el cambio del uso del término Ergoterapia por el de Terapia Ocupacional, por ser más amplio y completo, ya que incluye actividades como las recreativas, deportivas, artísticas, educacionales, de trabajo y otras.

Definió la Rehabilitación Psiquiátrica, máxima aspiración de la Terapia Ocupacional, como “el conjunto de procedimientos biológicos y socio-psicológicos utilizados en aquellos enfermos en los que han aparecido incapacidades que les imposibilitan un adecuado ajuste social, producto de alguna afección psiquiátrica, y cuyo objetivo fundamental consiste en integrarlos en un contexto social tan similar al normal como sea posible”.

Fue el creador en Cuba del Plan Especial de Rehabilitación, el cual se ha mantenido durante 42 años, y ha servido para la creación de planes similares en Cuba y en instituciones foráneas que han visitado a Cuba.

Entre los aportes que realizó a la Psiquiatría Mundial están las diferentes modalidades de reinserción como los Centros de Rehabilitación Protegidos con Albergues, insertados en la comunidad. Estos centros son instalaciones vinculadas a un centro de trabajo específico, donde los pacientes que allí residen tienen un horario de trabajo normal, reciben un estipendio, disfrutan de vacaciones, están incorporados a la comunidad y asisten a los lugares que deseen en sus ratos de esparcimiento. Estas instalaciones son similares a las que la literatura científica denomina Half-Way Houses o Maison à Mi-Chemin, pero sus características son diferentes y es ahí donde reside el aporte innovador del Dr. Ordaz al desarrollo de la Psiquiatría en general y al tratamiento del paciente mental crónico en particular. Estos Centros de Rehabilitación fueron reconocidos por la OPS (Organización Panamericana de la Salud) en un artículo en que se refieren a la rehabilitación desde el hospital a la comunidad.

Se puede destacar, además, la creación y el impulso dado por el Dr. Ordaz a los denominados “Hogares Protegidos” que consiste en la adopción por parte de una familia que está en disposición de acoger al paciente en su seno e incorporarlo a su núcleo familiar, así como garantizar que el adoptado pueda desarrollar en ese contexto una actividad ocupacional acorde con sus posibilidades reales. El hospital, no obstante la reinserción del paciente, no se desentiende de éste y a través de la trabajadora social gestiona todas las acciones de seguimiento o tutelaje para ellos.

Otra variante que se aplica es el “Hogar Familiar Protegido”, caracterizado por facilitar al familiar del paciente quien ya puede estar en su casa con alta protegida (concepto creado por el Dr. Ordaz y llevado a la práctica psiquiátrica), conforme a la evolución satisfactoria y que tiene minusvalía o lesiones incapacitantes, como secuela del deterioro neuropsíquico provocado por la enfermedad de base. El paciente sigue recibiendo tratamiento médico gratuito, medicamentos, así como cualquier otro tipo de ayuda, independientemente del estipendio que se le asigna al familiar por atender al paciente.

Además de estas transformaciones medulares y de los creadores aportes a la psiquiatría dentro y fuera de Cuba, el Dr. Ordaz impulsó la investigación científica y el desarrollo de la psiquiatría, la psicología y las neurociencias en Cuba, también fue promotor e iniciador del I Curso de Instructoras de Enfermería (1959 - 1960), del cual fue director y profesor.

Posteriormente, logró la reapertura y desarrollo exitoso de la Escuela de Enfermeras América Arias, centro pionero en la formación de enfermeros en nuestro país, del cual fue director y profesor.

Contibuyó a la difusión de obras científicas de autores nacionales y extranjeros. Obtuvo la categoría de Especialista en Psiquiatría en Marzo de 1998. En reunión extraordinaria de la Academia de Ciencias de Cuba, se le otorgó la condición de Académico Titular, el 19 de Septiembre de 1998.

El doctor Ordaz murió el 21 de mayo del 2006 en el Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas de La Habana, a los 84 años de edad. Una afección renal privó de la vida a uno de los grandes artífices del humanismo revolucionario.

4-. Avales y condecoraciones

Entre los muchos honores que recibió el Dr. Ordaz se encuentran los siguientes:

A-. Presidente de la Asociación de Psiquiatras de América Latina durante el XIX Congreso de la APAL.

B-. Diploma como Mérito al Trabajo Sostenido en la Asamblea Nacional del Poder Popular

C-. Mérito al Administrador Socialista otorgado por la Central de Trabajadores de Cuba.

D-. Premio a la Administración de Salud 1997 otorgado por la OPS/OMS (Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud) en reunión de Ministros de Salud Pública en Washington, en septiembre de 1997.

E-. Diploma otorgado por la Dirección Nacional de Cuadros del Ministerio de Salud Pública por más de 25 años, siendo Cuadro de Dirección.

F-. Sello 60 Aniversario de la Fundación de la CTC. 1999

G-. Diploma por los 42 años de Director frente al Hospital Psiquiátrico de La Habana, otorgado por la Dirección Provincial de Salud, premio popular de mucho significado afectivo por proceder de pacientes psiquiátricos de larga evolución y generalmente abandonados a su suerte en muchos países desarrollados y centro de la gran proyección humana del Dr. Ordaz.

H-. Ha sido propuesto como candidato al Premio Nóbel de la Paz, por la Facultad de Medicina “General Calixto García” del Instituto de Ciencias Médicas de La Habana, coauspiciado por las Universidades Católicas de Chile y Argentina.

 

En honor a Papá Ordaz –así lo llamaban sus pacientes, a los que trataba como si fueran sus hijos--, si los acusados son encontrados culpables deben ser condenados a la máxima pena que, de acuerdo al delito, marca la ley