¿Un loco en la Casa Blanca? Imprimir
Viernes, 24 de Junio de 2011 20:48
Miren, con miramiento, esta mirada.Miren, con miramiento, esta mirada.

Carlos Rivero Collado

Obama desafía al Congreso y a los asesores del Pentágono y el Departamento de Justicia, y sigue bombardeando a Libia y el Oriente Medio; y El Diario de la Historia con la vida y muerte de Marco Polo.

En ciertos casos, el origen de la locura puede ser efecto de una excesiva actividad –Oliver Wendell Holmes Jr.

(Nota: Pudiera estar equivocado en la apreciación que hago sobre este señor, pero mi consejo es que debe observarse con atención a Barack Obama, pues pudiéramos estar ante el más grave peligro que haya confrontado la humanidad en toda su historia. Una guerra nuclear en la que sólo se usen unas 200 ó 300 bombas, y de las menos poderosas que existen, pudiera provocar el invierno nuclear y el fin de la civilización)

1-. Una guerra personal contra la razón y la ley

Veamos, primero, un cable de EFE del pasado sábado, día 18:

--Barack Obama rechazó la opinión de los abogados del Pentágono y el Departamento de Justicia y decidió que tenía autoridad legal para mantener la guerra en Libia sin contar con el visto bueno del Congreso, afirma The New York Times.

--En un artículo de su edición del sábado, el diario, que cita a funcionarios conocedores de los debates internos de la Administracion, explica que tanto el consejero legal del Pentágono, Jeh Johnson, como la jefa de la Asesoría Legal del Departamento de Justicia, Caroline Krass, opinan que la intervención en Libia equivale a "hostilidades" y debe tener la aprobación del Congreso (nota: en este país le llaman administración al gobierno porque para los capitalistas el principio y el fin de todo es el dinero, o sea son, sobre todo, administradores, como los que administran una tienda de ropa o un timbiriche de vender perros calientes, pero con mucho más poder y dinero)

--La Ley de Poderes de Guerra –War Powers Resolution--, que data de 1973, obliga al gobernante estadounidense a solicitar la autorización del Congreso en un plazo de noventa días si decide enfrentarse a hostilidades en el exterior.

--Aunque los presidentes de EU tienen autoridad para hacer caso omiso de las recomendaciones de la Oficina de Asesoría Legal, es muy extraño que lo hagan.

--El portavoz de la Casa Blanca, Eric Schultz, declaró al diario que la decisión de Obama estuvo precedida de "un proceso robusto y una exposición completa de puntos de vista dentro de la Administración". (Hasta aquí el cable de EFE)

De esta forma tan insolente, responde Obama a las más altas autoridades legales del Justice Department y el Pentágono, los ministerios que tienen bajo su responsabilidad la ley y la guerra.

Ningún otro gobernante de este país ha tenido la osadía de enfrentarse, en cuestiones de guerra, al Congreso y, al mismo tiempo, a los jefes legales del Pentágono y el Departamento de Justicia. Los gobernantes han aceptado por lo regular el consejo de sus asesores, sobre todo cuando son tan razonables como los mencionados.

En el caso de Obama, que no tenía el menor conocimiento de como se debe dirigir el gobierno federal cuando llegó a la Casa Blanca hace apenas dos años y medio, esa aceptación es aun más obligatoria. Su actitud es, pues, conflictiva y sospechosa.

2-. Enfrentarse al sentido común es una forma incipiente de locura

Debemos, al menos, tener la sospecha de que Obama pudiera estar perdiendo el sentido común, o sea el juicio. En una persona que tiene el control de uno de los dos mayores arsenales termonucleares del mundo y de la historia, ése es un peligro mucho mayor que el de la Crisis de Octubre, en que Kennedy puso al mundo al borde de la guerra nuclear por oponerse a la decisión soberana de dos naciones independientes, de la misma forma en que el Imperio había establecido bases nucleares en Turquía, país limítrofe con la Unión Soviética, sin que el Kremlin hubiese puesto al mundo al borde de una guerra.

El sentido común, en este caso al que nos referimos, es lo que la mayoría de las personas que conocen de guerra entienden por razonable. Al enfrentarse a ellas, Obama lo hace por capricho y para complacer al sionismo y al Complejo Militar-Industrial-Terrorista, no porque tenga conocimientos de guerra. De tal forma, atenta contra el sentido común. Éste es un síntoma de alienación mental que pudiera agudizarse y conducir a un estado de locura.

Si aceptamos la apreciación que hizo Oliver Wendell Holmes Jr., el gran jurista estadounidense que vivió casi un siglo, de 1841 a 1936, una de las causas de esa locura pudiera ser la extrema actividad a la que Obama se ha sometido desde hace dos meses y medio, en que comenzó su campaña electoral para unas elecciones que no se han de celebrar hasta noviembre del año que viene, lo que no había hecho ningún otro presidente en la historia de este país. Aparte de todas las otras intensas actividades que, como es lógico, requiere el cargo más importante del mundo. No debe estar en su sano juicio un gobernante que, además de sus múltiples y agotadoras funciones, se lanza de lleno a una campaña electoral, a más de un año y medio de las elecciones, para obtener un cargo ... que ya tiene.

Algo parecido hizo después de su elección y antes de su toma de posesión, al extremo de que en tres días, hacia mediados de noviembre del 2008, llamó por teléfono a unos 40 jefes de Estado o gobierno, algo que no ha hecho jamás ningún presidente-electo en la historia de ningún país porque eso, además de innecesario, es absurdo y usurpa las funciones del que todavía es presidente. Esa actividad tan desenfrenada no es propia de una persona normal.

El Diccionario Cambridge define el sentido común como "the basic level of practical knowledge and judgement that we all need to help us live in a reasonable and safe way" (el nivel básico de juicio y conocimiento práctico que todos necesitamos para vivir en una forma segura y razonable)

Aristóteles definía el sentido común, o endoxa, como “las ideas comunes aceptadas por las personas razonables”.

La locurainsanity-- se manifiesta como una violación del sentido común, o sea de las normas de la sociedad, y se presenta como una forma de inestabilidad mental y emocional que puede conducir a muchos desórdenes psicóticos, entre ellos la esquizofrenia y la paranoia.

La paranoia es un desorden mental que se caracteriza porque la persona mantiene, por largo tiempo, una desconfianza general, sin motivos justificados, sobre el resto de casi todas  las personas.

Los paranoicos son hipersensitivos y afanosos observadores que tienden a desconfiar de casi todo el mundo y a creer que se hallan en peligro permanente, a lo que también se llama “complejo de persecución”. Suelen buscar las causas de ese peligro mediante sus anormales reflejos psicológicos, sin que tengan una base racional para ello. A menudo la paranoia conduce a la irracionalidad y el auto-engaño.

La esquizofrenia es un desorden mental que produce alteraciones en el sentimiento, el pensamiento y la relación con el mundo exterior; altera la conciencia de la realidad y produce una desorganización psicológica, sobre todo en las funciones ejecutivas, que altera la conducta y conduce a una disfunción social. A menudo los esquizofrénicos, padecen, también, de paranoia.

La esquizofrenia paranoica suele aparecer después de los 45 ó 50 años y se caracteriza, sobre todo, por los delirios de grandeza y las alucinaciones.

Las causas que originan la esquizofrenia pueden ser genéticas, anatómicas, bioquímicas, psicológicas o por la influencia del medio social. En esta última causa, la mayor influencia puede ser la diversidad contradictoria de los entornos sociales durante la infancia.

3-. El reflejo de Freud

Si le aplicamos esta última causa, típicamente freudiana, a Barack Obama, vemos que nació en Hawai, territorio colonial ocupado por el Imperio desde 1898, presuntamente Estado desde 1959, de padre africano de la tribu Luo de Kenia, y madre estadounidense blanca de ascendencia británica.

Cuando el niño tenía tres años, el padre se divorció de la madre y lo volvió a ver, una sola vez, cuando tenía diez años de edad.

Hasta los seis años, vivió en Hawai, país habitado en un 99% por personas de etnias y costumbres distintos a los de sus padres. Su madre se volvió a casar en Hawai con un estudiante de Indonesia y cuando el niño tenía seis años se establecieron en ese país, habitado casi en su totalidad por personas de razas, idiomas y costumbres muy distintos a los que el niño había conocido hasta entonces. El niño vivió y se educó en ese nuevo entorno de los seis a los diez años.

El niño regresó a Hawai a vivir con sus abuelos maternos –otro cambio brusco de su entorno-- y, después, con su madre hasta 1979, ya con 18 años. Entonces se estableció en Los Angeles y comenzó a estudiar en el Occidental College, ya sin su madre ni sus abuelos, solo.

Vivió, entonces, en un medio de estadounidenses blancos y negros, e hispanoamericanos en su gran mayoría de origen indio, o sea indo-latino-americano, etnias distintas a la suya, o sea la de un joven de raza mixta, un mulato en un país en que los mulatos no llegan ni a la diezmilésima parte del 1% de la población, donde, inclusive, no existe el concepto de mulato pues todo el que tenga algo de negro, así sea sólo un 10%, es considerado negro.

Luego estudió en Nueva York (Columbia University) y en Boston (Harvard). Por confesión propia, fue adicto a la marihuana y la cocaína durante sus años de estudiante en esas tres ciudades. ¿No sería lógico creer que, si necesitó de las drogas en su vida de estudiante, cuando las presiones ejercidas sobre él eran menores, pudiera usarlas ahora cuando desempeña el cargo que más presiones tiene en el mundo? En tal caso, las drogas pudieran ser un factor importante que lo ha llevado a perder el sentido común y a enfrentarse, sistemáticamente, a muchas personas, que es la característica más típica de la esquizofrenia.

Concluida su carrera de abogado en Harvard, se estableció en Chicago, adonde fue subiendo en la escala social y política, apoyado siempre por los sionistas, hasta que llegó a senador federal por Illinois y luego a presidente. Una carrera meteórica, anormal.

Obama no sólo se ha enfrentado a los cientos de millones de personas que viven en los cuatro países contra los que el Imperio está en guerra, sino a los 15 millones de “indocumentados” a los que prometió resolverles sus problemas; a las decenas de millones de estudiantes a los que prometió mejorar sus centros de estudios, y lo que ha hecho es reducir sus presupuestos, o sea empeorarlos; a las decenas de millones de trabajadores a los que prometió reducir el desempleo y lo que ha hecho es aumentarlo; y al pueblo de Cuba al que le ha mantenido la guerra económica más larga y cruel de la historia.

Obama se ha enfrentado no sólo a todas esas personas, sino, además, a sí mismo, pues como gobernante ha hecho todo lo opuesto a lo que defendió desde joven. Enfrentarse a sí mismo es, también, propio de la esquizofrenia.

Obama es, sin dudas, una persona de talento por haber llegado a presidente en un país tan racista como éste, aparte de esas fuerzas ocultas y poderosas que lo apoyaron desde su juventud y que, en gran parte, lo elevaron a la presidencia, y a las que él responde hoy por encima de todas las demás. No creo que tenga amplia cultura y si la tiene, la disimula bastante. El talento, sin embargo, no excluye la locura, al contrario, muchas veces la provoca.

Por supuesto que esta apreciación personal necesita de un estudio científico apropiado. Sólo he querido señalar, a la mayor brevedad, una sospecha que tengo, desde hace algún tiempo, sobre el mandatario del país en el que he vivido mucho más tiempo que él. Por eso, cuando menciono a “un loco en la Casa Blanca”, lo hago como pregunta, no como respuesta.

4-. Lo último sobre Libia y el Oriente Medio

En estos días pasados, varios bombardeos produjeron la muerte de numerosos civiles en Trípoli, entre ellos varios niños. Esto provocó que el gobierno de Italia reconsiderara su actuación terrorista en ese país y le pidiera al resto de los miembros de la OTAN, que están participando de la masacre de civiles, que hicieran un alto en los bombardeos porque el llamado “mandato de la o­nU” es “para proteger a los civiles” no para asesinarlos. Esta protesta de Roma llega muy tarde, pues en todo este tiempo los bombardeos del Imperio y la OTAN han asesinado a cientos de civiles en varias partes de Libia, entre ellos al hijo menor del presidente Muamar el-Gadafi, que era el más estudioso y pacífico de sus hijos, y a sus tres pequeños nietos.

En cuanto al Oriente Medio, vemos que en su discurso de antier por la noche Obama demostró que había traicionado su compromiso, repetido muchas veces, de retirar las tropas invasoras de Afganistán en julio de este año, o sea el mes que viene. Ahora habla de retirar unos 10,000 soldados para fines de año e ir retirando, poco a poco, otros miles hasta el 2014, en que siempre se quedaría una fuerza de decenas de miles de soldados en forma permanente.

Ante el anuncio de Obama, el presidente Hamid Karzai, de Afganistán, exclamó ayer jueves:

--¡Aplaudo la retirada de las tropas!

Algo así como si hubiera dicho: ¡Solavaya! Karzai ha acusado al Imperio y la OTAN de perpetrar numerosas masacres de niños, mujeres y ancianos. Si los imperialistas tuvieran un mínimo de dignidad, retirarían de ese infortunado país, en forma inmediata e incondicional, hasta el último soldado y la última bala.

No debemos descartar que en los próximos meses, operativos terroristas de la CIA produzcan un autoatentado en alguna ciudad afgana en el que, por ejemplo, mueran veinte o treinta soldados yankis. El Imperio, por supuesto, utilizaría esa masacre como causa para suspender el retiro de soldados y volver a ocupar el país con 100,000 soldados, como ahora, o más. Lo mismo pudiera suceder en Irak. La industria bélica lo agradecería con creces y, tal vez, recompensaría a los autores de la automasacre con fuertes sumas de dinero … como ha hecho otras veces.

El Complejo Militar-Industrial-Terrorista necesita que las guerras no se detengan. El Imperio necesita sangre para seguir viviendo, como los vampiros.

5-. Quieren hacer de Trípoli un nuevo Hanoi

Hoy, viernes 24, los senadores John McCain y John Kerry han presentado un proyecto de ley que le permita a Obama mantener la agresión a Libia por un año más. Esta es la respuesta de este par de guerreristas –ya hasta Kerry se ha vuelto así-- a los legisladores que, dirigidos por John Boehner, presidente de la Cámara, quieren el fin de la intervención en ese país.

McCain fue aquel piloto de guerra que perpetró veintitrés bombardeos sobre Hanoi, destruyendo hogares, escuelas y hospitales, asesinando a cientos de civiles inocentes, o tal vez a miles. Ahora quiere lo mismo en Trípoli. Su odio racista y genocida llega al extremo de decir que los grandes fuegos forestales, de hace unos días, en Arizona, su Estado, fueron provocados por indocumentados que habían cruzado la frontera de México. Las autoridades forestales lo desmintieron, diciendo que los fuegos fueron provocados por la sequía y el intenso sol que en estos días de verano sale a las seis de la mañana y se oculta a las ocho de la noche.

A Obama, tal vez, le convenga que se crea que está loco, porque si las masacres de mujeres y niños que ha perpetrado desde hace dos años y medio en Irak, Afganistán, Pakistán y Libia, las ha hecho en pleno uso de sus facultades, entonces su problema es más grave que la locura

MUERE MARCO POLO

El Diario de la Historia, Venecia, 8 de enero de 1324. Hoy, a las diez y cinco de la mañana, murió Marco Polo, el afanoso viajero que, atravesando el temible desierto de Gobi y la Ruta de la Seda, llegó a Cathay (China) y a otras regiones de Asia y, después de increíbles aventuras que duraron mucho más de mil y una noches, regresó a ésta, su ciudad natal, en la que vivió apaciblemente, aunque con la intensa emoción de sus recuerdos, sus últimos veinticinco años.

Estuvieron junto a él en su breve agonía y último aliento, su esposa, Donata Badoer, las hijas de ambos, Fantina, Bellela y Moreta, su fiel sirviente Pero y varios de sus amigos.

Anoche, cuando aún no se presentía un final tan cercano, uno de los sacerdotes de la Iglesia San Lorenzo le dio la santa extremaunción. Algo incrédulo de las fabulosas historias que el moribundo había escrito en su libro al que el pueblo ha bautizado Il Milione, famoso en toda Europa, le pidió que confesara sus probables mentiras, a lo que Marco ripostó:

--Sólo he contado la mitad de lo que he visto.

Fueron sus palabras finales, pues, a partir de ese momento, cayó en estado de inconsciencia, y murió unas horas después.

Entre los diversos objetos de valor que hereda su familia está “la Tableta Dorada del Mando”, una pequeña tabla de metal y madera, con incrustaciones de oro, de treinta centímetros de largo por cinco de ancho que, según el propio testimonio de Polo, el emperador Kublai Khan entregó a su padre Niccolo, su tío Mateo y a él para que pudieran viajar por Cathay, con la ayuda de los súbditos del imperio, y regresaran a Europa a comunicarle al papa Clemente IV el deseo del Emperador de Cathay de mantener con Europa una relación de paz y amistad y para que el Sumo Pontífice le enviara cien maestros que enseñaran la doctrina de la Iglesia y las ciencias europeas, casi todas sacadas de las fuentes inagotables de la cultura griega. La tableta no tenía, sin embargo, nada de pacífica, pues decía:

--Por la fuerza del Eterno Cielo, sagrado sea el nombre de Khan y muera quien no le guarde reverencia.

La duda latente

Aunque ha tenido gran prestigio en casi todos los países de Europa a partir de la publicación, hace más de veinticinco años, de su libro, Marco Polo ha sido víctima de la burla de muchas personas de esta ciudad que no lo tienen como una leyenda misteriosa y lejana, pues lo ven todos los días, y lo llaman Marco Millones y se refieren a su libro como El Millón de Mentiras.

Sólo el futuro podrá dirimir esta polémica entre la incredulidad de muchos y las palabras de este hombre que, aun en los últimos instantes de su vida, ratificó haber visto, en sus largos viajes, cosas tan fantásticas que parecen eso mismo, fantasías.

Cuando muchos otros viajeros del futuro hayan cruzado por tierra el largo viaje a Cathay por la vía de Gobi y regresen a Europa a narrar lo que han visto, y reafirmen o desmientan las narraciones de su libro, se podrá hacer un juicio objetivo sobre la vida y el testimonio del famoso personaje que falleció esta mañana.

Las dudas del pueblo son compartidas por algunos intelectuales de Venecia y otras ciudades europeas. Varios hechos y cosas llaman la atención y son fuentes de duda.

¿Por qué no menciona la Gran Muralla que pasa por la propia ciudad escogida por Kublai Khan como capital de su imperio, obra de miles de kilómetros de extensión de la que ya se hablaba hace quince siglos, en el mundo grecorromano, que entonces tenía más comunicación con el Asia oriental que la que se ha tenido hasta ahora desde entonces?

¿Por qué un hombre que, según él, hablaba cuatro lenguas no aprendió ninguno de los idiomas chinos, ni el mongol, para comunicarse con la gente con la que vivió durante diecisiete años y hablar con el emperador Kublai Khan, según él su protector y amigo?

¿Por qué no menciona varias costumbres que son típicas de la vida diaria del pueblo chino? ¿Existen esos pájaros monstruosos de sus narraciones que son capaces de alzar en vuelo a un elefante, lanzarlo a tierra desde una altura apreciable y devorar, después, su cadáver?

¿Pudieron Marco, su padre y su tío atravesar el desierto de Gobi, adonde no existe ninguna forma de alimento, en un trayecto que, según los cálculos, puede durar de seis meses a un año? ¿Por qué no tomaron la vía de relativo fácil acceso hasta Irak y el Golfo Pérsico para llegar por la propia vía marítima a Cathay, el lejano imperio dominado por el general mongol Kublai Khan, quien conquistó Cathay y fundó la Dinastía Yüan, ampliando aun más uno de los imperios más extensos de la historia, creado a sangre y fuego por su abuelo, el terrible Genghis Khan?

Si su viaje de regreso a Europa fue, como narra Marco Polo en su libro, por mar, entre Jingiang, en Cathay, hasta Ormuz, en Persia, que ya formaba parte, desde Genghis Khan, del Khanato ¿por qué no pudo serlo el de ida, que, siendo más largo, era mucho más seguro y posible?

Niccolo y Mateo

Andrea, el abuelo de Marco, tuvo tres hijos, Marco, Niccolo y Mateo, y, entre los cuatro, poseían una pequeña empresa comercial. Marco, el mayor, se mantenía en Venecia y sus hermanos realizaban los largos viajes para llevar y traer diversos productos.

Al nacer Marco, en 1254, su padre, Niccolo, estaba en Constantinopla, preparando sus viajes comerciales por el Cáucaso, el Mar Caspio y Asia central. Entre otras mercancías, de Europa llevaban metales, tejidos de lana, carnes saladas y maderas; y de varios países de Asia traían a Venecia especias –sobre todo canela, nuez moscada y pimienta--, piedras preciosas y ropa de seda. Venecia, esta gran república que se ha convertido en la primera potencia marítima del mundo y el puerto más importante del Mediterráneo, es el centro distribuidor de muchos productos que llegan de Europa y, sobre todo, que se envían después a todo el continente. No es casualidad que los Polo sean comerciantes ya que Venecia es todo comercio.

Las aventuras del Oriente

En el segundo viaje de Niccolo y Mateo a Cathay los acompañó Marco, entonces de diecisiete años. Llegaron a Constantinopla, atravesaron Bizancio, Armenia, Persia, Afganistán, la tierra de los Pamir –“el techo del mundo”— el desierto de Gobi y llegaron a la Ruta de la Seda. En mayo de 1275 llegaron a la primera capital de Kublai Khan, Shang-tu, y después a la de hoy, Cambaluc. Habían salido de Venecia tres años y medio antes, y viajaron 9,500 kilómetros por las rutas más peligrosas del mundo.

Marco, joven y efusivo, se ganó el afecto del monarca mongol, quien le envió a misiones especiales a Cathay, India y Birmania. Cathay, en muchos aspectos, sobrepasa a Europa. Los Polo estuvieron en la corte de la Dinastía Yüan por diecisiete años y regresaron a esta ciudad en el invierno de 1295, veinte años después de su partida.

Tres años más tarde, Marco dirigió un galera veneciana en la guerra contra Génova y cayó prisionero. En la cárcel genovesa conoció a Rustichello de Pisa, escritor de romances. La vívida narración de Marco y el quimérico estilo de Rustichello produjeron “La Descripción del Mundo o Los Viajes de Marco Polo”, uno de los libros más populares de todos los tiempos.

Al año siguiente, Venecia y Génova firmaron la paz, Marco fue liberado y regresó a Venecia. Unos meses después, ya con 45 años de edad, se casó con Donata y, a partir de entonces, vivió en paz el resto de su vida