¿Quien es Baitullah Mehsud ? Imprimir
Domingo, 05 de Abril de 2009 03:11

Baitullah Mehsud

Dilitio

¿Es Baitullah Mehsud un genuino combatiente afgano, o es un recambio a la desgastada y poco creíble imagen de Osama Bin Laden?

¿Es Baitullah Mehsud un genuino combatiente afgano, o es un recambio a la desgastada y poco creíble imagen de Osama Bin Laden? Aparece con todo lo que se espera de un “terrorista islámico”: discurso antioccidental, amenazas a diestra y siniestra y la promesa de un “ataque en Washington que asombrará a todo el mundo". Por supuesto simpatiza con la red “Al Qaeda” y su atribución del “ataque al centro comunitario” de Nueva York hace pensar en un nuevo autoatentado mediático perpetrado por la CIA que algo real.

Nótese también la simultaneidad del supuesto “ataque”, el incremento de la actividad militar en Afganistán y la “advertencia” de Barak Obama sobre que "Al Qaeda es una amenaza para todos" y "es más probable que Al Qaeda lance un grave ataque terrorista en Europa que en EEUU debido a su mayor proximidad geográfica".

El líder del movimiento extremista del talibán en Pakistán, Baitullah Mehsud, se atribuyó el tiroteo en el centro comunitario de la ciudad de Binghamton, Nueva York, en el que murieron 14 personas, entre ellos el responsable de los disparos.

La cadena británica de información BBC publicó en su página de internet que Baitullah Mehsud llamó a la BBC en Islamabad para atribuirse la responsabilidad del ataque, aunque dijo que no dio evidencias para corroborar su dicho.

El pasado martes, aunque no dio detalles, Mehsud dijo a The Associated Press por teléfono que el grupo planeaba un ataque terrorista en Washington que "asombrará" al mundo."Pronto lanzaremos un ataque en Washington que asombrará a todo el mundo".

Mehsud está catalogado como un líder tribal en la región rebelde de Waziristán, simpatizante de la red Al-Qaeda de Osama Bin Laden y líder máximo del Talibán en territorio paquistaní, se le ha vinculado con el asesinato de la ex primera ministra pakistaní Benazir Bhutto.

El líder del movimiento talibán también se atribuyó el ataque del pasado 30 de marzo en la ciudad de Lahore, Pakistán, que dejó 12 muertos y 100 heridos, luego de que un comando armado tomó por asalto una academia de policía y abrió fuego con armas de alto poder.


El tiroteo ocurrido la víspera en la ciudad de Binghamton coincidió con la llegada del presidente Barack Obama a la Cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la que el líder estadunidense abordará la nueva estrategia en Afganistán.

Según algunos analistas, Barack Obama encarará la lucha contra “Al Qaeda” y sus aliados talibanes con un aumento de efectivos militares que al parecer llegará a 68 mil hacia finales de 2009, superando de forma importante los 38 mil que hay actualmente.

El conflicto armado en Afganistán marca la primera vez que la OTAN invoca el artículo 5, según el cual se requiere una defensa colectiva en caso de ataque a uno de los miembros.

Justo cuando el Center for American Progress, de Washington, ha hecho un llamamiento para una guerra de diez años en Afganistán, que incluye una escalada militar inmediata, precisamente cuando el presidente Obama esta semana se prepara para desvelar a la opinión pública estadounidense y a la OTAN sus políticas con Afganistán y Pakistán.

Ello significa que se avecina una larga guerra contrainsurgente, que va a provocar desde masivas encarcelaciones y detenciones a mortíferos ataques que causarán cada vez más víctimas civiles. El CAP comienza por pedir al presidente que acepte la petición de su comandante en Afganistán de enviar 15.000 soldados más sobre los 17.000 ya comprometidos por Obama, lo que llevaría a corto plazo a un total de 70.000 soldados estadounidenses. Para pagar estas tropas adicionales, el CAP propone redirigir hacia Afganistán 25.000 millones de dólares anualmente de los gastos de combate en Iraq. Además, el CAP recomienda gastar hasta 5.000 millones al año en ayuda diplomática y económica, también desviándolos desde Iraq.

El calendario previsto por el CAP, lleno de implicaciones militares, es tan descabellado para Afganistán y Pakistán como lo fue el de los conservadores respecto a Iraq en los años 1990:

En los próximos dieciocho meses, incrementar la lucha contra la insurgencia para evitar que Afganistán “sea un paraíso de los grupos terroristas y radicales de alcance mundial”; evitar la desestabilización de Pakistán mediante la formación de un “gobierno civil estable comprometido en trabajar para acabar allí con los paraísos terroristas seguros”

Entre tres y cinco, años poner en marcha “una economía afgana viable”, frenar el comercio de heroína, promover la democracia y los derechos humanos, y resolver las tensiones regionales.

En el plazo de diez años, establecer un Estado afgano que pueda defenderse por sí mismo y “prepararse para una retirada militar completa”.

En la práctica, lo que sí es seguro es que habrá sangre. Cuando el problema es una uña, recurre al martillo. Pero la ocupación militar, y en particular un aumento de las tropas estadounidense en la región Pastún del sur de Afganistán y de Pakistán, es la manera más segura de atizar la resistencia nacionalista y aumentar el apoyo a los Talibán. El presidente Hamid Karzai afirmó al pasado diciembre que “la coalición ha ido por las aldeas afganas, irrumpido en las casas de las gentes y cometido matanzas en nuestro país”.